A treinta años
 de la alternancia

25 de Abril de 2024

A treinta años
 de la alternancia

Ernesto Ruffo Appel hace un balance sobre lo positivo y lo negativo que le ha ocurrido a la democracia mexicana en estas tres décadas

La alternancia política en México fue detonada por un paletero. Era la primavera de 1988, cuando el alcalde de Ensenada, Ernesto Ruffo Appel, se dirigía a una reunión convocada por el gobernador de Baja California, Xicoténcatl Leyva Mortera. El presidente municipal había dejado su automóvil a unas cuadras del Centro Cultural Tijuana y caminaba a toda prisa para llegar a tiempo a su cita, cuando alguien le gritó desde la acera de enfrente: “¡Hey, Ruffo!”

La exclamación provenía de un hombre de 65 años que portaba una gorra desteñida por el sol. En cuanto el anciano dejó de sonar las campanillas de su carrito de helados, Ruffo le contestó: “¿Qué pasó?” Entonces el paletero lo retó: “¿Te vas a aventar... o qué?”

El alcalde de Ensenada llevaba varios meses meditando si aceptaría la invitación del PAN a ser candidato a gobernador. Los interminables problemas ciudadanos, la escasez de presupuesto y las presiones de grupos políticos y delincuenciales le habían indicado que era momento de dejar el servicio público y regresar a las actividades empresariales. Pero el hombre de las paletas le hizo ver la realidad.

“Aquel señor era de una ciudad distinta a la mía, seguramente era la primera vez que me veía y aun así confiaba en mí. En ese momento comprendí que tenía que lanzarme. Ni modo que dejara a ese hombre con la esperanza”, relató a ejecentral Ruffo, quien al año siguiente se convirtió en el primer militante de oposición en ganar una gubernatura. El régimen de partido único comenzaba a agrietarse.

Que 30 años no es nada

Treinta años han pasado desde que Ernesto Ruffo llegó al gobierno de Baja California y fisuró el monolito priista. En aquel 1989, México trataba de recuperar la estabilidad política tras el cuestionado triunfo de Carlos Salinas de Gortari en los comicios de 1988; el PRI ostentaba mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso y el PRD debutaba como partido político.

En el mundo, la Guerra Fría llegaba a su fin. Las revoluciones de los Estados comunistas de Europa del Este derivaron en la disolución de la Unión Soviética y en la emblemática caída del muro de Berlín.

Es en ese contexto que Ruffo se convirtió en punta de lanza para la alternancia política en México. Mientras que en 1989 había 31 estados en manos del PRI y sólo uno en poder del PAN, hoy el tricolor tiene 12, el panismo 11, Morena cinco, el PRD dos, Movimiento Ciudadano uno y el independiente Jaime Rodríguez El Bronco, otro.

¿La alternancia ha traído beneficios a México? —se le pregunta al exmandatario de Baja California. Aquí hay un reto muy importante que debemos resolver los mexicanos. Por principio de cuentas, yo creo que la alternancia es positiva, porque de esta forma se rompen acuerdos, entendimientos, mafias y cofradías. Porque este canijo poder, tú te sientas en la silla, y aunque tú no quieras, los que están alrededor de ti empiezan a tejer redes en función de sus intereses y si los dejas mucho tiempo… ¡ah, jijo! Te construyen algo que ni tú puedes desmontar.

Pero eso tiene un problema… A eso voy. El problema con la alternancia en México es que no hay continuidad. Nuestro país está formado de eslaboncitos. ¿Qué es lo que sucede? El gobernante que llega dice: “el que estaba antes no sabía hacer las cosas, yo sí las sé hacer”. Y ¡pácatelas! Te salen con otro plan, con otros programas, es empezar de cero. Entonces se fragmenta todo. Aquí lo que tenemos que pensar es cómo podemos tener faros de visión y de rumbo, y esas son las famosas instituciones. Tenemos que obligar a los gobiernos a que mantengan los planes de desarrollo a 15 o a 20 años y que nos los puedan romper, que los planes trasciendan a las personas y a los sexenios.

¿Somos un mejor país que en 1989? Yo creo que sí. México ha vivido inmerso en una lucha entre ese gran número de mexicanos que anhelan prosperar y unos vivos que se los están fregando todo el tiempo. Pero, poco a poco ha ido avanzando este asunto del peso político de esa gran mayoría de mexicanos.

Dígame algo positivo y algo negativo que le haya pasado a la democracia mexicana en estas tres décadas… Yo pienso que hemos ganado en el tema de las libertades, pero en México tenemos una gran desigualdad, sobre todo por razones económicas; no todo mundo tiene el mismo ingreso y, por lo mismo, no tienes acceso a los mismos niveles de educación. Y eso se presta para que surja el populismo, que es de donde se ha nutrido el señor López Obrador.

BC, a tres décadas

Después de 30 años de estar en manos del PAN, hoy Baja California se encamina a una posible segunda alternancia, ya que las encuestas dan ventaja al candidato de Morena, Jaime Bonilla, sobre el aspirante panista, Óscar Vega Marín, rumbo a las elecciones del domingo próximo. Al respecto, Ruffo Appel afirmó que el declive del blanquiazul se debió a que los panistas se enfrascaron en disputas internas y dejaron de escuchar a la sociedad.

“Al PAN le ha echo un gran daño la ‘onda grupera’, la formación de grupos que sólo ven para dentro y dejaron de ver hacia la ciudadanía, eso te va dañando”.

Con sus 3.3 millones de habitantes, Baja California es el estado número 11 que más aporta al PIB nacional (3.3%) y el número 10 en materia de competitividad. La frontera que tiene con California, Estados Unidos, lo hace tener una intensa actividad económica y un bajo nivel de pobreza (3.5% contra el 11% a nivel nacional), aunque padece elevados niveles de criminalidad y una intensa presencia de migrantes que buscan cruzar la frontera.

¿Qué hizo o dejó de hacer el PAN para que hoy la gubernatura esté en riesgo? Mira. Hasta yo me he sorprendido de que ya tenemos 30 años detentando la gubernatura. ¿Cómo fue posible? Porque eso de las luchas internas es muy desgastante. Empezó a dejar de tener vigencia la asamblea electoral del PAN y empezaron los dedazos… ¡en el PAN! Todo eso fue mermando al partido y empezamos a perder votación, sexenio tras sexenio, pero sobrevivimos porque el PRI iba perdiendo apoyos más rápido. Eso nos mantuvo en el gobierno, con una precaria ventaja sobre el PRI y una gran abstención. La gente se fue desanimando.

En diversas encuestas sobre el desempeño de los gobernadores, Francisco Vega de Lamdrid aparece siempre en los últimos lugares. ¿Qué piensa de eso? Pues que le ha faltado transparencia. Hay que entender que cuando estás en el gobierno, ya eres figura pública y eres sujeto obligado a la transparencia y a tener abierta toda tu conducta. A veces es molesto, pero es necesario.

Han sido reiterados los señalamientos de desvíos de recursos en contra del gobernador… Sí, claro. Por eso ante cualquier sospecha, por pequeña que sea, tienes que salir a atajarla, aclarar las cosas. Porque esto de la política es pura percepción y tu credibilidad es como una pequeña vela que con cualquier ventisca se te apaga. Entonces tienes que estar cuidando la transparencia, esa es la labor del político, su imagen es lo único que tiene, y es el parámetro para la confianza hacia las instituciones. Si te escondes, pues ya traicionaste la causa.

El corazón de Tijuana

A Jaime Bonilla, hoy candidato de Morena al gobierno de Baja California, Ruffo lo conoce desde 1983, cuando iniciaba el gobierno de Xicoténcatl Leyva Mortera. Ese año, Bonilla fue el enviado del gobernador para invitar a Ruffo a sumarse a las filas del PRI y ser su candidato a la alcaldía de Ensenada, pero el empresario ya estaba en pláticas con el PAN.

“Después ya me metí al PAN y fui alcalde de Ensenada en 1986, y Jaime Bonilla era agente del gobernador, sobre todo representante de sus negocios. Ahora anda en Morena, yo creo que de rebote, porque cuando yo llego de gobernador en el año 89, pues ya habían corrido del PRI al gobernador Leyva Mortera. Salinas lo corrió, porque en Baja California perdió la elección presidencial y ganó Cuauhtémoc Cárdenas.

“Entonces, cuando llego de gobernador, me encuentro en los almacenes de la imprenta del estado… ¡Ufff! Montones de cajas de propaganda para Manuel Bartlett”, actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y que en 1987 rivalizó con Salinas de Gortari para quedarse con la candidatura presidencial. Según Ruffo, Bonilla era el principal operador de Mortera para apoyar las aspiraciones de Bartlett y por eso fueron desterrados del priismo.

En el documental 1994, de Netflix, se refiere que, ante la falta de legitimidad que agobiaba al gobierno de Salinas y la necesidad de que el PRI recuperara la credibilidad de los votantes, Colosio, en su calidad de dirigente nacional del tricolor, pensaba en 1989 que para seguir siendo un proyecto viable “el partido tenía que perder”. Es decir, el triunfo del PAN en Baja California, sería leído no como una derrota, sino como una oportunidad para mostrar un rostro democrático.

¿Su triunfo fue real o fue una concesión? En ese momento había una Presidencia de la República cuestionada y a Carlos Salinas de Gortari no le convenía hacer más olas. Y sí, los analistas de aquí del centro del país, siempre me dicen que mi triunfo fue una concesión. Y yo lo que les respondo es: pues sabrá Dios qué es lo que andan haciendo allá en México, pero acá en Baja California la gente fue a votar, cuidaron las casillas, certificamos las actas y hubo un resultado electoral. Y ese resultado electoral no fue consecuencia de que desde el centro se haya ordenado que votaran por Ernesto Ruffo, no, fue un hecho real. Que se reconociera por las autoridades centrales y por el PRI, pues a lo mejor así les convenía y por eso lo validaron.

Lo que es un hecho es que la participación electoral de 1989 nunca se ha vuelto a repetir en Baja California. Entre 1986 y 1989, cuando Ruffo fue alcalde de Ensenada, se registró una movilización ciudadana que hasta ese momento no se había visto. Soplaban vientos de cambio y eso se notó en 1988, pues el PRI perdió la elección presidencial en el estado. Pero también se notó en un velorio, otra de las señales que Ruffo leyó para buscar la
gubernatura.

“Poco a poco fui ganando notoriedad y quizá era porque tengo ese espíritu medio rebelde. Pero no era rebeldía, sino que simplemente quería yo cumplir mis obligaciones de alcalde y al hacerlo afectaba intereses. Y eso me fue haciendo famoso.

“Y luego mataron a un periodista que yo conocí muy bien y que estimaba; este amigo era de Tijuana y muy querido por la gente. Pos fui a su velorio. Y cuando la gente me ve, se sorprenden, porque yo fui la única autoridad que asistió. ¿Pues no me subieron a un templete para que les dijera algo? Yo no quería ni subir, les dije: ‘Oigan es un velorio, no un mitin’. Pero insistieron. Ya ni me acuerdo qué dije, pero sí me acuerdo que cuando bajé de esa plataforma llevaba el corazón de Tijuana en mi mano”.

Mientras que en 1989 había 31 estados en manos del PRI y sólo uno para del PAN, hoy el tricolor tiene 12, el panismo 11, Morena cinco, el PRD dos, Movimiento Ciudadano uno y Jaime Rodríguez El Bronco uno más.

A Jaime Bonilla, hoy candidato de Morena al gobierno de baja california, Ruffo lo conoce desde 1983. Ese año Bonilla fue el enviado del gobernador para invitar a Ruffo a sumarse a las filas del PRI y ser su candidato a la alcaldía de Ensenada.

REVIVE EL CASO COLOSIO

Las balas salieron del PRI

Yo siempre he pensado que la verdad finalmente se conoce, la pregunta es cuánto tiempo va a tardar. Hay muchos intereses fortísimos que han buscado ocultar la verdad.. Ernesto Ruffo Appel, exgobernador de BC

El crimen del candidato presidencial, asegura Ruffo, fue un complot derivado de las resistencias al cambio del sistema político y fue perpetrado por quienes no querían la democratización que promovía Colosio dentro del partido

A 25 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, Ernesto Ruffo Appel afirma que no fue casualidad que el atentado contra el candidato del PRI a la Presidencia haya sido en Baja California, uno de los tres estados de la República que en esos momentos estaban en manos de la oposición. “Si hubieran podido, nos echan la culpa”, afirma el hoy diputado federal panista.

Gobernador de Baja California cuando ocurrió el magnicidio, Ruffo externa su propia conclusión: “Yo creo que, por lo menos, se está cuajando una verdad política: fue un complot que tiene que ver con las resistencias al cambio del sistema político, con quienes no querían la democratización que promovía Colosio dentro del PRI”.

¿Ya vio la serie de Netflix, “1994”? Sí, ya la vi. Me pareció muy interesante, dado que compagina la palabra directa, el pensamiento ya bastante meditado de quienes participamos allí y puedes cotejar unos dichos por aquí con los dichos por allá, lo que te permite mejorar tus conclusiones. Yo hace tiempo que las tengo.

¿Cuál es su conclusión sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio? Yo creo que está claro que fue un complot, puesto que hubo más de un arma involucrada y las investigaciones no se condujeron en todas las líneas donde profesionalmente deberían haberse hecho. ¡Dieron una de tumbos! Tantos fiscales especiales hacen ver cómo la investigación estaba sujeta al vaivén de presiones y de intereses.

¿Sigue pensando que más nos vale no seguir investigando? Yo siempre he pensado que la verdad finalmente se conoce, la pregunta es cuánto tiempo va a tardar. Hay muchos intereses fortísimos que han buscado ocultar la verdad. Hay una serie de personajes que lo que les interesa es seguir controlando el poder y sólo van a parar hasta que se fortalezca la sociedad y por consecuencia las instituciones.

¿Qué anomalías vio ese día? Ese día, 23 de marzo de 1994, yo me amanezco en la Ciudad de México, porque el doctor Carpizo, que era el secretario de Gobernación, convocó a todos los gobernadores para que empezamos a conocer del proceso electoral federal. Era muy notable cuando a una de esas convocatorias algún gobernador faltaba y en esa cita faltaron cinco. ¡Inaudito! Entre los ausentes estaba Manlio Fabio Beltrones, entonces gobernador de Sonora.

¿Eso fue atípico? Totalmente. Porque yo tomo un avión en la tarde para ir a Mexicali y a las 5:20 de la tarde, cuando fue el atentado, el vuelo iba más o menos a la altura de Mazatlán. Y pues ahí pido hablar con el presidente Salinas y fue cuando él me dijo que la Federación atraía la investigación. Pero cuando yo llego a Mexicali, me entero que Manlio ya estaba en Tijuana; eso sí llama la atención, es anómalo, porque cuánto tiempo le pudo haber tomado a Manlio trasladarse, suponiendo que estaba en Hermosillo, hubiera llegado más o menos igual que yo, pero no, ya tenía rato cuando yo llegué.

¿Algún día sabremos la verdad? Yo creo que por lo menos se está cuajando una verdad política. Fue un complot, pero que tiene que ver con las resistencias al cambio del sistema político, con los que no querían la democratización que promovía Colosio dentro del PRI.

https://www.youtube.com/watch?v=2DzZtvskcaE