Si el proceso contra los acusados de la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, no ha terminado es por pura desidia y burocracia judicial. Resulta que algunos policías federales pidieron que declarara el narcotraficante, pensando que él confirmará que no los sobornó ni le ayudaron, pero eso los ha metido en un gran problema, porque ninguna autoridad movió un dedo para interrogarlo cuando estaba en México y menos ahora que está en Estados Unidos, así que los abogados de los agentes deberían repensarlo. Pero los detenidos que no pidieron esa prueba y quieren separar su juicio para ya cerrarlo, se tienen que esperar porque les dijeron en el juzgado Segundo de Distrito Penal de Toluca que hasta que otros cierren instrucción lo pueden hacer, porque de otra forma sale muy costoso; aunque dicen los que saben que lo cierto es que las investigaciones en el estado de México por corrupción en juzgados tiene a los funcionarios cuidándose de todo.