El miércoles pasado en el recinto legislativo de San Lázaro, los priistas se reunieron en su sesión plenaria, rumbo al último periodo de sesiones, donde escucharon la renuncia del Dr. César Camacho a la coordinación del tricolor, después de un positivo liderazgo en el Congreso de dos años y medio.
En dicha reunión, rindió protesta el nuevo coordinador. Se trata del Dip. Carlos Iriarte Mercado, joven y experimentado político, doctor en Derecho, quien ya ha sido legislador local y federal, e integrante del CEN del PRI. Es de señalar que dicho nombramiento fue bien recibido por sus compañeros, ya que es bien conocida su sensibilidad y su buen trato no sólo con sus correligionarios, sino con todos los diputados de las demás fracciones parlamentarias.
Por otra parte, es de señalar que ayer dio inicio el último periodo de sesiones ordinarias de la actual legislatura federal. Con un importante caudal de reformas, nuevas leyes y acuerdos ya aprobados en los pasados cinco periodos, las y los legisladores federales se alistaron para, en medio de las campañas electorales y las presiones políticas, analizar las reformas pendientes.
Y ésta constituye una ocasión relevante para recordar la naturaleza propia del Poder Legislativo en nuestro país, que a diferencia del Poder Ejecutivo no es unipersonal, sino colegiado, integrado por un total de 628 legisladores federales.
De ahí la relevancia de que las y los actuales aspirantes a convertirse en legisladores federales tengan presente que el trabajo que van a realizar no es administrativo ni unipersonal, sino que deben tener a flor de piel la negociación, el diálogo y la facilidad de llegar a acuerdos.
Si bien es cierto que la responsabilidad de dar informes es importante, ésta no constituye la columna vertebral del trabajo legislativo, por lo que no puede ser un argumento para decir que se hacen bien las cosas y que se cumple con el deber. Al contrario, dicho argumento se erige en la mayor prueba del fracaso alcanzado, pues se renunció al trabajo legislativo para abocarse a una labor administrativa sin mayor repercusión en la vida de 124 millones personas.
No es sencillo, nadie dijo que lo fuera. Por ello, las mujeres y los hombres que resulten electas el 1 de julio para ocupar una curul en el Palacio Legislativo de San Lázaro, no deben cejar en su labor democrática y nunca ceder ante la inercia de quienes sólo administran o de quienes se niegan a que las cosas cambien.
Pero el andar ha comenzado; la transformación iniciada por el Presidente de la República, Lic. Enrique Peña Nieto, tuvo su principal motor impulsor en el Poder Legislativo, tanto federal como locales, ya que las reformas constitucionales fueron aprobadas por amplios márgenes de todas las fuerzas políticas, en lo que constituye un gran acuerdo a favor de la República.
Y ese impulso no se acaba en la LXIII Legislatura, sino que debe continuar para lograr el más alto anhelo de la República, como lo es la igualdad social.