Los legisladores federales han celebrado la primera reunión del año de la Comisión Permanente, órgano que funciona durante los recesos legislativos del Congreso Federal, y el tema de la eliminación del subsidio público a la venta de combustibles fue el principal tema de atención. Fueron numerosos los posicionamientos y propuestas explicadas en tribuna y ante las cámaras de televisión para tratar de responder a la inquietud social por la subida en el precio de la gasolina; no obstante, el que a mi parecer destacó por su explicación clara, razonada y bien contextualizada fue el del coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Dr. César Camacho, quien en pocas palabras señaló que los legisladores federales enfrentaron una disyuntiva durante la discusión del paquete económico para este año. Dicha disyuntiva consistió en elegir entre etiquetar los recursos suficientes para que siguiera operando el programa social más importante y de mayores alcances que tiene el gobierno federal, como lo es Próspera, así como instituciones tan relevantes como la SEDESOL y el IMSS o eliminar el subsidio inequitativo a la gasolina, que año con año crecía y que en 2016 representó 200 mil millones de pesos. Y los legisladores eligieron la menos dolorosa ante la restricción económica que viven las finanzas públicas. Es decir, para nadie es ajeno que a raíz de eventos internacionales el precio del petróleo bajó y con él, los ingresos de los países productores, como lo es México, lo cual ha hecho necesario que desde Brasil hasta Arabia Saudita se realicen ajustes en su gasto público, y nuestro país no es la excepción. Sin embargo, a diferencia de dichos países en los que ha habido aumento de impuestos y eliminación de partidas para programas sociales, en México no se ha optado por ese camino para hacer frente al nuevo escenario internacional, sino que se ha elegido mejorar la recaudación fiscal por medio de la ampliación de la base tributaria, así como mejorar el funcionamiento de los programas sociales evitando duplicidades y dispersión. Esa planeación presupuestal hace posible que en momentos de incertidumbre internacional, la estabilidad económica del país se consolide y sea una herramienta fundamental para el crecimiento y desarrollo. “Hasta la semana pasada, el precio que pagamos no correspondía al costo que implicaba producir la gasolina o importarla. Gastábamos cerca de 200 mil millones de pesos al año para mantener un precio artificial, y sostenerlo un año más habría tenido implicaciones: elevación de impuestos, aumento de la deuda, desaparición de al menos Próspera, entre otras consecuencias”, reveló el líder priista César Camacho durante la reunión de la Comisión Permanente. Se trata de una explicación clara con la que no se busca desconocer la inquietud social, sino informar plenamente sobre las razones que hicieron necesario dejar de subsidiar a los hogares de clase media y alta en la compra de la gasolina para sus vehículos, para en su lugar beneficiar a los sectores más desprotegidos y vulnerables. Por los corrillos… Destacada la intervención de la legisladora federal por el Estado de Hidalgo, Ana Guadalupe Perea Santos, del Partido Encuentro Social, durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión… Los trabajos de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México avanzan de manera positiva. No cabe duda que los integrantes de este cuerpo han recuperado tiempo y alcanzado buen ritmo. @jlcamachov
César Camacho da las razones