Por los pasillos de los recintos legislativos han transitado centenas de mujeres y hombres que bajo diversas circunstancias y coyunturas, han fungido como representantes populares y creadores de leyes. Las protestas, negociaciones, acuerdos, enojos y decepciones que los muros de los recintos legislativos han atestiguado quitarían a más de uno el sueño si pudieran ser conocidos, pues en ellos se las ha ido muchas veces su carrera política y no en pocas la culminación de sus logros. El Poder Legislativo es un devorador de políticos, pues a él puedes llegar por suerte, pero no saldrás de pie si no demostraste capacidad, liderazgo, vocación y visión. Muchos se han quedado en el camino y pocos son los que han merecido ser recordados como parlamentarios. Originaria de Mérida, de profesión socióloga y primera Gobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri Riancho ha llegado por segunda ocasión a la Cámara de Diputados, siendo la primera durante la LII Legislatura, primer trienio del presidente Miguel de la Madrid Hurtado y al que prácticamente tocó inaugurar los edificios A y H del Palacio Legislativo de San Lázaro, en la que el PRI contaba con una mayoría muy similar a la que hoy ostenta Morena. Entre sus compañeros de curul se encontraban Manlio Fabio Beltrones Rivera, Héctor Hugo Olivares Ventura, Arely Madrid Tovilla, José Luis Madrid Souza, Sami David David, Demetrio Meixueiro Siguenza, Hilda Anderson Nevárez, Bernardo Bátiz, Iván García Solís, Antonio Ortega Martínez y Jorge Cruickshank García, entre otros destacados parlamentarios y hoy servidores públicos. A la LII Legislatura correspondió reformar la Constitución para facultar al Congreso para legislar en materia de derecho a la salud, vivienda y rectoría del Estado, en momentos de una grave crisis económica. Mujer producto de la cultura del esfuerzo, astucia y prudencia, Dulce María Sauri concluyó su labor como diputada federal no para irse a su casa sino para presidir al tricolor en su Estado, siendo posteriormente senadora por primera vez y gobernadora de Yucatán. No se duda en señalar que su labor permitió abrir el camino para que más mujeres participaran y decidieran en política. Y ello le fue reconocido por el tricolor cuando en 1999 se convirtió en la primera mujer en ser Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, labor en la que dio mucho de qué hablar. Tras vivir un proceso electoral complicado, invadido por un hartazgo ciudadano hacia el PRI, Dulce María Sauri Riancho condujo el destino del hasta entonces más difícil momento que había vivido el tricolor en su historia: la primera derrota en la elección presidencial. Su carácter, experiencia política, conocimiento de los cuadros del tricolor, autoridad moral y liderazgo se conjuntaron con los esfuerzos de otros militantes para mantener al PTI unido y listo para seguir siendo competitivo en las siguientes elecciones. En 2002 dejó un partido en mejores condiciones de cómo lo había recibido. Su desempeño como senadora de la República no fue menor, pues supo estar a la altura de las circunstancias políticas e impulsar, junto con Manuel Bartlett y Javier Corral, proyectos legislativos progresistas y valiosos para México. Siendo una política coherente, al concluir su labor como senadora y no identificarse con las decisiones que al interior del PRI se tomaban, se refugio en Yucatán, en donde se mantuvo al tanto de lo que sucedía en el país. Su consejo como expresidenta nacional del PRI siempre fue bien recibido por la militancia partidista y por los cuadros. En 2018 acepta la invitación de formar parte de las candidatas plurinominales del PRI a la Cámara de Diputados, resultando electa. Desde el 1 de septiembre de 2018 se desempeña como Vicepresidenta de la Mesa Directiva, posición desde la que el manejo de las prácticas parlamentarias, conocimiento del marco jurídico y bien actuar han sido una garantía de imparcialidad y responsabilidad en el manejo del trabajo plenario. Ello no le ha impedido de acudir a reuniones de comisión y de formar parte de la Comisión Permanente, en las que sus intervenciones son dignas de una parlamentaria que busca el bien público. Tal condición le ha sido reconocida por sus compañeros de todas las bancadas. Mujer austera, que desde 20 metros de distancia se puede apreciar que se trata de ella por su altura y porte, Dulce María Sauri Riancho es diputada federal por segunda ocasión y legisladora federal por cuarta ocasión, sin embargo, en su hoja de servicio hay muchos párrafos por llenar y en la LXIV Legislatura, que apenas comienza, su experiencia y capacidad han sido notables para sacar adelante el trabajo legislativo.
Dulce María Sauri
