Al tiempo que el proceso electoral federal está en marcha, en 30 entidades federativas también se preparan para convocar a su ciudadanía a acudir a las urnas el 1 de julio próximo para elegir diputados locales, gobiernos municipales y en 9 casos gobernadores. Se trata, sin lugar a dudas, de la madre de todas las elecciones en México.
Y en este escenario el tema de la educación ocupa la prioridad en todos los partidos políticos, sabedores que se trata de la mayor y mejor palanca de desarrollo y movilidad social que ha existido en México. Ni más ni menos, gracias a ella la clase media en nuestro país se ha ensanchado y convertido en el mayor vehículo de transformación social. Y mientras los precandidatos esbozan lo que será su propuesta formal en la materia, en nuestro país tienen lugar avances concretos en la educación y capacitación laboral dignos de ser destacados. Me refiero en particular al esfuerzo que está realizando el Sindicato del Metro para crear el Instituto Tecnológico del Metro, para que sus agremiados puedan tener mejores y mayores herramientas para coadyuvar en las mejoras del servicio. Se trata del reto que se ha planteado el cuerpo gremial encabezado por Fernando Espino Arévalo, con la intención de capacitar a las y los trabajadores para que cuenten con las herramientas necesarias para la mejora del servicio que presta el Metro de la Ciudad de México a más de cinco millones de usuarios diariamente. Se trata de una preocupación que debiera ser de los directivos y autoridades de ese sistema de transporte, pero que ante la contratación externa de empresas que hace los directivos, el Sindicato del Metro busca cubrir para aminorar los gastos y con ello, destinar más dinero al mantenimiento y renovación de las instalaciones. Para ello, el Sindicato ha pedido al director del Metro realizar las gestiones necesarias ante el gobierno capitalino, a fin de que le sea reintegrado un inmueble que pertenecía a ese cuerpo gremial desde tiempos del regente Carlos Hank González y que después le fue retirado. Se trata del edificio ubicado a un costado de la estación Zaragoza del Metro (Línea 1), y que actualmente no resulta imprescindible para el gobierno capitalino. Por ello, resulta muy viable que accedan a la noble intención del cuerpo gremial encabezado por Fernando Espino Arévalo y que redundará en ahorro de recursos públicos. Se pretende que las y los trabajadores del Metro cuenten con los conocimientos y certificaciones necesarios para llevar a cabo la rehabilitación y composturas necesarias que requiere el sistema de transporte colectivo de una de las urbes más grandes del mundo. Nadie puede dudar que ante la difícil situación que enfrenta el Metro de la Ciudad de México, resulta fundamental crear el Instituto Tecnológico que lo dote de viabilidad y futuro al medio de transporte más importante de la capital mexicana. Esperemos que las autoridades capitalinas sean sensibles y atiendan esta propuesta viable y oportuna.
@jlcamachov