Una vez que el Congreso Constituyente finalizó la tarea que había iniciado el 1 de diciembre de 1916 y que cristalizó su trabajo en un texto constitucional de avanzada que permitió la celebración de comicios y la elección de los Poderes Legislativo y Ejecutivo federales, el presidente Venustiano Carranza informaba a la XXVIII Legislatura del Congreso de la Unión sobre el estado que guardaba la administración pública federal, ocupando un renglón estratégico la difícil relación que nuestro país guardaba con los Estados Unidos. En ese tenor, el oriundo de Cuatrociénegas señalaba que “La política internacional de México se ha caracterizado por la seguridad en el desarrollo de los principios que la sustenta… El deseo de que iguales prácticas que las adoptadas por México sigan los países y las legislaciones todas, han dado a tales principios un carácter doctrinario muy significativo.” El presidente Carranza no se refería a otros principios sino a los que hasta el día de hoy siguen apoyando y guiando nuestro proceder internacional: la autodeterminación de los pueblos; no intervención; solución pacífica de controversias; proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; igualdad jurídica de los Estados; cooperación internacional para el desarrollo; respeto, protección y promoción de los derechos humanos y lucha por la paz y seguridad internacionales; principios todos ellos que han dotado a México de credibilidad, respetabilidad y prestigio, pero sobre todo de un camino cimentado en la legalidad.
Hace unos días, el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), Mtro. José Calzada Rovirosa, habló con los industriales del campo sobre el horizonte de oportunidades al que México puede acceder, gracias al trabajo realizado en la agroindustria y ante los retos que provienen del norte.
José Calzada Rovirosa destacó que en los recientes días habló con sus pares de Alemania, Rusia, India y China, quienes le expresaron su interés por comerciar con México y abrir sus mercados a los productos que internacionalmente son reconocidos por su calidad y confiabilidad. Razón por la cual, lejos de permanecer en una zona de confort, el titular de SAGARPA expresó que los mexicanos sabemos vender y también sabemos comprar, lo cual nos vuelve atractivos al mundo y nos brinda herramientas fundamentales para ampliar la cooperación y comercio con otras naciones. Y es que hoy el sector agroindustrial no es motivo de preocupación, sino que constituye una ventana de oportunidades para el desarrollo, así como una plataforma de crecimiento, lo cual es posible gracias al trabajo que en equipo empresarios, agricultores y servidores públicos han sabido hacer en beneficio del país. Por ello, así como don Venustiano Carranza hace cien años al enfrentar una compleja interacción con los Estados Unidos, hoy José Calzada Rovirosa refrenda la hoja de ruta que nos ha permitido fortalecer nuestra soberanía: “Primero nuestros principios y después nuestros intereses. Eso hace a México fuerte”. Y sin duda, así será en la antesala de la modernización del TLCAN.
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