Cuatro semanas después de que 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecieran en el municipio de Iguala y luego de las críticas que el hecho ha generado sobre su gestión, el perredista Ángel Aguirre pidió ayer su licencia para dejar el gobierno de Guerrero, como una medida para facilitar las investigaciones del caso, pero el tema ya no sé quedó en la escena nacional. Cruzó fronteras, fue parte de las noticias en Europa y Estados Unidos, y después de casi un mes los ojos del mundo están puestos en los desaparecidos en México.
“Para favorecer un clima político que ponga la atención y la solución de estas prioridades (la localización de los normalistas), el día de hoy, con fundamento en el artículo 84 de nuestra Constitución Política del estado de Guerrero, he decidido solicitar licencia al honorable congreso del estado”, anunció Aguirre este jueves desde Casa Guerrero, la sede del gobierno local en Chilpancingo, la capital estatal.