Balance a la mitad del camino

18 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Balance a la mitad del camino

Un mal clima de opinión no debiera ser excusa para que las buenas cosas que están pasando dejen de apreciarse.

  1. Balance a la mitad del camino.

El 1º de diciembre, prácticamente a la vista, se habrán cumplido tres años exactos del inicio del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.

En los medios, la efeméride es propicia para realizar, otra vez, balances de lo acontecido durante la gestión.

En el entorno de negatividad y desconfianza prevaleciente en la sociedad (los políticos y los partidos ocupan los últimos lugares en el orden de apreciación de los ciudadanos, Parametría dixit), los asuntos controversiales ocupan un lugar preponderante, como han sido la larga noche de Iguala, los casos de Michoacán y de Tlatlaya, el repunte de la violencia (Lantia, organización ciudadana, señala en su Ejecutómetro que en los 34 meses de la gestión actual la suma de ejecutados va en 25,900, una cifra que empieza a parecerse a las del tiempo de Felipe Calderón), el tema de la corrupción y la anticlimática actuación de la Función Pública para resolver las dudas y los casos polémicos, así como el desliz/devaluación del peso y las bajas cifras del crecimiento económico, que si bien repuntan, no dejan de rondar el 2% en promedio, cifra considerada mediocre por tirios y troyanos.

En el lado positivo, no obstante la negatividad prevaleciente, las buenas noticias no brillan como debieran. No obstante, le guste o no a los críticos, la implementación de las reformas estructurales está dando resultados, manteniendo al país en el ojo del huracán pero también en la atención de los mercados internacionales, que siguen considerando a la mexicana como la más atractiva economía entre los países emergentes. El brillo de los antiguos BRIC ya no existe (Brasil, Rusia, India y China), caídas como están sus economías a la mitad de lo que solían crecer, agotado ya su ciclo de reformas, en tanto que en nuestro país, las reformas estructurales están en el inicio de su ciclo de expansión.

Los resultados empiezan a verse: el crecimiento económico está repuntando (2.6% en el último trimestre) no obstante la caída profunda del precio internacional del petróleo, lo que revela un motor diferente al de la etapa en que se debía “administrar la abundancia”, que es el dinamismo del mercado interno y la expansión del crédito a mejores tasas; las tarifas de servicios de telecomunicaciones están bajando (telefonía de larga distancia es cero, los servicios de data y de internet son más baratos, nuevos paquetes de telefonía móvil más accesibles y económicos); las tarifas eléctricas registran disminuciones importantes en todos sus niveles, tanto consumo popular, como residencial, alto consumo e industrial, generando esa nueva competitividad que la energía barata está produciendo, sobre todo, en la región de América del Norte; se recuperó la rectoría del Estado en la educación pública y se empiezan a desmontar los intereses contrarios en la materia.

Adicionalmente, la baja inflación prevaleciente (se espera que promedie 2.69% en el año) representa un incremento neto al poder adquisitivo del salario, dice la STyPS del orden del 5%; la depreciación del peso frente al dólar no se ha trasladado al mercado interno, en tanto que, en ese contexto de caída de los ingresos petroleros que en otros tiempos hubiera puesto al país de rodillas, el Presupuesto de Egresos de la Federación no registró un recorte perceptible, se mantuvo prácticamente en sus términos y en todo caso, el ajuste será absorbido por vez primera en la historia nacional por el propio gobierno mexicano, mediante un mejor gasto, austeridad y mayor eficiencia.

Al contrario de lo esperado, en el presupuesto se incrementaron las participaciones a Estados y Municipios, se reforzó el gasto social, el apoyo al campo, a la educación y la inversión en infraestructura física, siendo perceptible la disposición gubernamental, como sucediera antes en la historia nacional, para emprender grandes proyectos de desarrollo regional, como son el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (de destacar el defeat del proyecto alternativo del señor López, ocurrente pero sin el debido sustento técnico ni operativo ni financiero), la creación de tres Zonas de Desarrollo Económico en la costa del Pacífico Sur y la integración del Fondo de Desarrollo de la Frontera.

Es decir, la mala prensa e imagen que tiene el gobierno federal no debiera ser excusa para que las buenas cosas que están pasando dejen de apreciarse. Cabría considerar entonces, en el contexto de las venideras elecciones estatales, el derecho del Gobierno Federal para capitalizar los logros, aún cuando el señor López y coro de tiradores que le acompañan le seguirán apostillando lo que suceda a un gran “compló” maquinado por el lado oscuro de la fuerza.

  1. El “efecto AMLO”.

¿Qué tal? Andrés Manuel López Obrador, el proverbial “señor López”, fue electo por el Congreso Nacional de su partido, Morena, por mil 600 delegados de 3 mil que supuestamente integrarían la plenaria. Para ahorrarse la tómbola, él fue candidato único a la presidencia del partido Morena, y en el “procedimiento democrático” instaurado, a la antigua manera soviética (es decir, unanimidad y mano alzada), le fue entregado el mando.

De inmediato, el señor López fue a lo que le interesa, victimizarse para estar en la polémica y seguir en su larga campaña hacia la Presidencia de la República, en la que, de seguir como va, habrá de cumplir 18 años. Reiteró, dice, que todos los demás lo quieren “borrar” como posible aspirante a la Presidencia de la República a través de una reforma electoral, y cuestionado sobre si éste es el primer paso hacia la candidatura en 2018, respondió, por supuesto, que “la tercera es la vencida”.

En todo caso, el señor López ha logrado acumular la atención de la comentocracia con un hábil manejo de la victimización, que le permite situarse en medio de las polémicas. En poco tiempo, ha estado generando espacios y líneas ágata con su visita al Papa para entregarle mensaje y medallita; con la confrontación con con su némesis, el “Bronco” Rodríguez de Nuevo León, con la propuesta de un aeropuerto alternativo; con la spotiza que maneja cachando el efecto del populismo (“anótenme en la lista”, dice); con la idea de crear universidades populares para mantener a los jóvenes ocupados y, finalmente, con el careo ante los liderazgos del PRI y del PAN, que le permite sostener sus ironías y hasta descalificar las encuestas que no lo ponen en primer lugar.

Todo, dice, es parte del complot en su contra, porque le quieren cerrar el paso a una Presidencia de la República que ya cuenta en su bolsillo, como si las elecciones fueran otro trámite para su ascensión al trono. En este sentido, le ayudan las “encuestas” que, publicadas por Mitofsky y Buendía y Laredo, realizaron careos con distintas combinaciones en las que, a dos años y medio de los comicios y sacando ventaja de que aún no hay campañas, suele posicionarse en primer o segundo lugar, como también otras de hechura más casera, en donde se pone como puntero.

La maniobra de hacerse designar presidente de Morena le permitirá seguir capitalizando la exposición mediática y la generación de líneas ágata controversiales, pues como dirigente de un partido podría superar cualquier limitación que una reforma electoral o interpretación jurisdiccional pudiera imponerle, al personificar, ahora legalmente, al partido Morena.

El debate mediático sostiene que al señor López se le hace crecer cuando se le ataca, al mejor estilo del desafuero de 2005, en tanto que sale mellado cuando expresa los despropósitos con los que suele aturdir a sus seguidores, que es lo que sustentan quienes piensan que debe dejársele expresar los despropósitos que le animan.

En sentido estricto, la ley no tendría por qué distinguir entre su persona y la de los demás; debiera aplicarse por igual a todos. Empero, en el ambiente antiPRI y de negatividad prevaleciente, los voceros de otros partidos, incluido el PAN, consideran que una reforma con dedicatoria no resultaría útil, beneficiándose López de la postura del dirigente panista Ricardo Anaya en el sentido de que, en el mundo, la normalidad democrática establece que los presidentes de los partidos son los voceros de los mismos.

En este momento es claro: no hay elección aún a la Presidencia de la República, cuyo proceso electoral iniciará en octubre de 2017. ¿Por qué tiene que haber entonces quienes se presentan, de una forma o de otra, como aspirantes a dicho cargo? ¿De qué sirve tanta regulación y costosas autoridades electorales, si hay quienes hacen lo que quieren?

En todo caso, sobre la mesa está ya la inminencia de una nueva reforma electoral que ponga fin, por lo menos, a la spotiza conque todo el tiempo se está saturando a los ciudadanos. La regla debiera ser sencilla, que nadie, nadie, pueda hacer actividades de promoción personalizada en tiempos en que no hay campañas políticas, bajo ningún subterfugio legal o garantista. Quien violara la ley y estuviera en abierta promoción anticipada, no podría participar en la elección de que se trate.

  1. Desacumulación.

El Banco de México anunció que, a partir del lunes 23 de noviembre, dejaría de subastar 200 millones de dólares sin precio mínimo como lo venía haciendo, bajando de 400 a 200 millones de dólares la subasta diaria, sugiriendo que el tipo de cambio podría estarse nivelando.

La medida obedece sobre todo a que la intervención del Banxico en realidad ha generado una desacumulación de reservas del orden de los 20 mil millones de dólares en lo que va del año, por lo que la cifra se acerca peligrosamente al orden de magnitud que tiene la deuda externa nominada en dólares, que ronda los 160 mil millones de dólares. El nivel actual de las reservas monetarias de México es de 175 mil millones de dólares, casi uno a uno con el nivel de la deuda externa, caso que ha sido empezado a percibir como un riesgo para la capacidad de cobertura de la deuda soberana por las agencias calificadoras que advierten, además, que la capacidad de creación de reservas ha menguado considerablemente.

El problema, además, es que el petróleo de exportación ha seguido en declive, situándose el precio muy cerca de los 30 dólares el barril, por lo que no existe un mecanismo mediante el cual se sigan acumulando reservas como en el pasado. El dato resultaría terrorífico si se compara con el gran total de la deuda pública consolidada, que según datos del Banco Mundial, importa la friolera de 443 mil millones de dólares (este dato incluye la deuda interna expresada en pesos más la deuda externa nominada en dólares). Otra nota precautoria es la baja en la calificación crediticia de Pemex que hiciera Moody´s por segunda vez en el año, otrora principal fuente de divisas y de acumulación de reservas de nuestro país.

La llamada entonces es a proteger las reservas. La medida del Banco Central, si bien es adecuada, podría tener un efecto inmediato en una mayor depreciación del tipo de cambio, al volverse el dólar una mercancía escasa, con lo que el desliz podría pronunciarse y lanzarse sobre los 17 pesos por unidad.

En estos días se verá cómo responde el mercado a la reducción de la oferta de dólares.

  1. Renovada perspectiva económica.

En lo que debería ser considerado como una excelente noticia, el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) reportó que el crecimiento de la economía mexicana observado en el tercer trimestre del año (3T15) fue superior al esperado, situándose en 2.6% en perspectiva anualizada.

El dato confirma que el principal impulso de la actividad económica es el mercado interno, dinamizado por la reforma financiera, es decir, la mayor disponibilidad de crédito a tasas más bajas, así como la recuperación que está teniendo el salario, confirmado por la baja en la inflación por debajo del 3% que estamos teniendo.

Esta situación lleva a que la Secretaría de Hacienda sostenga su previsión de crecimiento en un promedio del 2.5% para este año, en un intervalo entre 2.0 y 2.8%. Otros analistas, siguiendo el consenso del mercado, también están ajustando al alza el promedio de crecimiento a observar en 2015, subiéndolo de 2.3% en donde le tenían, a un más optimista 2.4%.

En contraste, los analistas del sector privado, conforme al reporte de la Encuesta Banamex publicado el viernes 20, eleva el estimado del tipo de cambio de 16.70 a 16.80 pesos por dólar.

La manera en que se integra la cifra del crecimiento trimestral es sintomática del impulso interno. Las manufacturas crecieron en el tercer trimestre 3.1%; los servicios 3.3%; el comercio 4.8%, los transportes 4.0% y el turismo 7%, en tanto que la producción industrial lo hizo sólo en 1.2%. Esta situación revela un mayor consumo, en línea con la expectativa de mejoramiento del poder adquisitivo que se ha venido observando (y que el secretario del trabajo, Alfonso Navarrete Prida, estima un efecto promedio de 5% en mayor capacidad de compra).

Por otra parte, según la referida Encuesta Banamex, la mayoría de los analistas del sector privado estima un incremento en las tasas de interés mexicanas para el 17 de diciembre, un día después de la reunión de la Reserva Federal norteamericana en que se estaría esperando el inicio de la normalización de las tasas allá. De hecho, en los Criterios Generales de Política Económica se estima un promedio de tasas para los CETES en 2016, del 4%, es decir, un punto más de lo que tienen actualmente.

Finalmente, el promedio de inflación para el año se espera se ubique en 2.69%, la medición más baja de este indicador en dos décadas.

  1. Desindexación del Salario Mínimo.

Finalmente, más de un año después de haberse generado la idea pero al menos de manera unánime, la Cámara de Diputados aprobó la primera reforma constitucional de la LXIII Legislatura, que fuera iniciada en la anterior, votando la minuta que devolviera el Senado con observaciones relativas a la desindexación del Salario Mínimo.

Es una iniciativa consistente con el mejoramiento del salario que estamos buscando, por lo que se impone saludarla y exigir a las Legislaturas de los Estados el pronto refrendo del Constituyente Permanente para que la medida entre en vigor ya en la revisión salarial de diciembre próximo, a efecto de que la próxima negociación del salario mínimo se realice sin tomar en cuenta los efectos en la inflación de ser la referencia en el cálculo de muchas otras cuestiones. Se creará una Unidad de Cuenta, que será calculada por el INEGI.

Sin duda positiva, la medida habrá de ser avalada por las Legislaturas Estatales, siendo otra buena noticia acreditable para las familias mexicanas.

De igual forma, el Senado de la República aprobó la nueva Ley Federal de Transparencia, con lo que prácticamente todos los entes públicos o semipúblicos son sujetos obligados y subsisten sólo algunos casos de excepción, por cuestión de seguridad nacional que debe fundamentarse, a la obligación de limitar el acceso a la información de los ciudadanos.

Vistas así las cosas, el primer periodo ordinario de sesiones de la LXIII Legislatura bien podría concluir a tambor batiente, si, como han pactado las Cámaras, se incrementa el número de sesiones útiles (han convenido sesionar tres días a la semana, con lo que la disponibilidad se eleva a 12 antes del cierre) y si lograran hacer avanzar los acuerdos para legislar en Cámara de Diputados, el robo de hidrocarburos, la trata de personas, la disciplina financiera de Estados y Municipios, la creación de Zonas Económicas Especiales, la creación de la Secretaría de Cultura y, mucho más complicado que lo anterior, la Reforma del Distrito Federal.

El Senado, por su parte, podría legislar la Trata de Personas, el Sistema Anticorrupción, así como procesar los nombramientos de los dos ministros a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (se estarían perfilando Norma Piña y Javier Láynez con una mayoría calificada PRI-PAN), como también lograr el nombramiento del nuevo presidente del INEGI, al concluir el doctor Mario Sojo su gestión el día último del año.