Buscan 60 nuevas fosas clandestinas

20 de Abril de 2024

Buscan 60 nuevas fosas clandestinas

TEXTURIZADO 5 55

El gobierno de Veracruz carece de espacios y equipo para albergar más restos humanos

Veracruz, VER.— ¿Cuántos cuerpos más arrojará la tierra? Es la pregunta recurrente, prácticamente de cada día, de las madres que integran el Colectivo Solecito que poco a poco se expanden por Veracruz. A 10 meses de haber empezado a buscar restos humanos en Colinas de Santa Fe, se inició una nueva brigada y ya busca nuevos cuerpos. Podría pensarse que es un grupo de trabajo muy eficiente, que ha superado los resultados en esta materia de cualquier autoridad, y porque sin contar con entrenamiento, sólo con voluntad, el colectivo ha encontrado y exhumado 267 cuerpos. Pero es imposible verlo como algo exitoso, porque cada vez que remueven la tierra buscan a uno de sus hijos, a uno de sus padres o hermanos. Buscan y rebuscan porque ya se les agotó la esperanza en la vida y tienen que excarvar entre el olor de la muerte. El Solecito busca ahora en un terreno entre los municipios de Córdoba e Ixtaczoquitlán. Por los datos que han podido recabar, estiman que hay al menos 60 nuevas fosas con un número indeterminado de cuerpos. En agosto de 2016 el colectivo ingresó a Colinas de Santa Fe, en Veracruz, considerada el cementerio clandestino más grande de Latinoamérica. “Santa Fe es nuestro campo de prácticas, ahí aprendimos, ahí vimos, ahí conocimos a qué huele la muerte y parte de la barbarie humana”, aseguró Lucía Díaz Genao, coordinadora del Colectivo Solecito.

Mariposas blancas

El aprendizaje para una brigadista es práctico en su mayoría. Cada sentido juega un papel importante, aunque destacan tres: la vista, el tacto y el olfato. Aprendieron a identificar señales y a decodificar mensajes anónimos que les ofrecen pistas, y en menos de un año las 40 madres brigadistas del Solecito han aprendido del Equipo Mexicano de Antropología Forense las bases para buscar restos humanos, reconocimiento y excavación. Reaprendieron a caminar por la tierra que alberga un sepulcro. Por ejemplo, el nivel del suelo es más bajo o más alto, según sea la descomposición del cuerpo. También la tierra se ve “suelta, como paleada y al meter la varilla enseguida se distingue por los aromas”. Conforme se profundiza la tierra se hace más oscura, se hace espesa y huele “a muerte, a dolor y desesperanza”. Pero hay una señal que la mirada ha aprendido a identificar, para ellas prueba inequívoca de que allí deben buscar: las “mariposas blancas que viven alrededor de las fosas”, y que revolotean como señal de que ahí descansa la muerte. ¿No les costó trabajó soportar el aroma a muerte? Hemos perdido el pudor en muchas cosas, nuestra realidad nos orilló a aprender. A usar los cinco sentidos y el sexto que es la intuición, sentir dónde está la muerte. Asociaciones civiles como I(dh)eas, litigio estratégico en Derechos Humanos, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C. (IMDHD), Cauce Ciudadano, la Red Retoño, Servicios y Asesorías para la Paz A.C. (Serapaz) y en en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, han capacitado a las madres. “Las asociaciones nos han capacitado legalmente para que la brigada de 20 madres (o menos) vaya a los penales, Centros de Readaptación Social, Ceferesos, todas las cárceles estatales y federales e identificar quiénes son los que están en calidad de desconocidos”, relata Lucía Díaz Genao. Solecito vive de rifas, venden comida y han conseguido algunos donativos para continuar las jornadas. En 10 meses, las 40 mujeres del colectivo han gastado 400 mil pesos, en alimentos, traslados y estancia. Ese monto equivale al salario de dos meses de un subsecretario de Estado. La voluntad de las mujeres no siempre puede moverlo todo, ni cambiar a autoridades acostumbradas a no actuar. En Córdoba, por ejemplo, han detenido su búsqueda, porque en “el forense de Xalapa ya no caben más cuerpos, y hay un frigorífico descompuesto”. Sin embargo, Lucía Díaz asegura que las madres “no se detendrán por nadie. Poco a poco vamos entendiendo el fenómeno y entendemos que hay muchos vacíos en la sociedad. No resolveremos las cosas, pero podemos prevenir”.