Castillo… y ‘el castillo de la pureza’

19 de Abril de 2024

Castillo… y ‘el castillo de la pureza’

alfredo-castillo-cervantes

HOJA VOLANTE | La columna de Joel Hernández Santiago

Él quería la Comisión Nacional del Deporte. Se la pidió al Presidente Enrique Peña Nieto y como en los cuentos de hadas: “¡Hágase!”… y se cumplió. Desde el jueves pasado a las 8 de la noche el señor Alfredo Castillo Cervantes es titular de una de las comisiones, digamos, más nobles y quizá no tan complicadas de la administración pública federal mexicana, la Comisión Nacional del Deporte (CONADE)

En realidad se le permitió descansar unos meses luego de que el 22 de enero de este año dejó de ser el Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, cargo que asumió el 14 de enero de 2014, después de haber sido Procurador del Consumidor (PROFECO) y de haber estado en la PGR y de haber sido Procurador en el Estado de México y de… ser un hombre muy cercano al Presidente mexicano…

Así, ya se ve que esta administración pública federal mexicana da para todo: da y quita: Castillo-Mena; castiga y premia y mueve sus piezas frenéticamente, como si no estuviera a gusto consigo misma, en su propia piel, y quiere cambiar pero sin cambiar, a lo Lampedusa. Y tiene a sus hombres dispuestos, Semper fidelis, porque, en tono de Pero Grullo, “el poder es el poder; es muy lucrativo; da fuerza pública; es afrodisiaco…” Y pocos se resisten…

Y, como es el caso, se puede pasar de los cargos más duros hacia la abundancia del placer. De tratar con lo más granado de la inseguridad nacional hasta lo más prometedor de nuestro orgullo patrio: el deporte.

El señor Castillo ha sido obediente. Es su mérito mayor. En 2002 ya era asesor del entonces Procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha; ahí mismo fue Subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo.

Pasó a ser director de Planeación Estratégica de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y director de Concertación, Modernización y Profesionalización, luego director de Servicios de Seguridad Privada en la Secretaría de Seguridad Pública. Fue subprocurador regional de Cuautitlán Izcalli. Luego, en 2010 cuando Enrique Peña Nieto era gobernador del EdoMex lo mandó como Procurador de Justicia del estado a la renuncia de Alberto Bazbaz por aquello del caso, aun inexplicable, de la desaparición y muerte de la niña Paulette.

A sus cuarenta años, digamos que Castillo ha tenido momentos estelares, uno de ellos, quizá el más relevante hasta ahora y más polémico fue cuando el presidente lo nombró Comisionado para Michoacán.

Llegó ahí con todos los poderes a su favor; tenía todo para poner orden en una entidad en la que la violencia estaba a la vista-al portador. Había sido así desde que el ex presidente Calderón inició ahí su ‘guerra’ contra el crimen organizado, dadas las circunstancias.

El agua estaba llegando al cuello y mandaron a un hombre con todos los poderes. Y los ejerció. Asumió la gran responsabilidad de perseguir a la delincuencia organizada, controlar a los autodefensas, meter a la cárcel a los malandrines y volver al cauce normal a una entidad que ha sido de trabajo y templanza.

¿Lo consiguió? No parece. Pero lo mediático hacía que se polemizara el tema. Lo que es cierto es que a partir de su llegada el avispero michoacano se alebrestó. El crimen organizado se volvió aún más feroz, las autodefensas surgieron primero por su cuenta, luego con apoyo de Castillo y luego encarcelando a sus líderes: todo junto.

Cuando dejó Michoacán en enero de este año la situación ahí era insostenible a pesar de que en su despedida aseguró haber dado por terminado el imperio de Los Caballeros Templarios y que el estado vivía una etapa de mayor seguridad…

Para sustituirlo, por órdenes del presidente, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong entregó el mando de la seguridad de la entidad a un militar, al general Felipe Gurrola, quien se debería hacer responsable de coordinar con las autoridades estatales y municipales el trabajo delos más de 6 mil elementos de las fuerzas federales que se encontraban en la entidad.

En realidad Castillo ya se había hecho un mal ambiente. Se le acusaba de excesos de mando, de tomarse atribuciones que no le correspondían a sus funciones y de que, de hecho, estaba gobernando a Michoacán, con el enojo tanto de la clase política local, como de los empresarios y los partidos políticos nacionales, que “interfería en las facultades de las autoridades locales”.

Cuando se despidió en enero de este año dijo a lo Fidel Castro: “Como todo en la vida hay aciertos y hay errores, la historia nos juzgara en su debido momento”. Sí. Eso es lo más seguro. De su gestión hay mucho qué revisar aun. Todo será juzgado por Clío.

Ya está encargado de traer medallas de oro para México en juegos nacionales e internacionales. Digamos que estará en un lugar de descanso luego de la batalla. Él se dice amante del deporte. Fue jugador de tenis. Le gusta el paddle. El golf. Lee biografías de deportistas, como la de Andrea Agassi, Michael Phelps y la de Rafael Nadal; le va al Barcelona… y así. Ya está en el castillo de la pureza.

Pronto lo trasladarán a otro cargo de responsabilidad extrema, como enviado especial.