En el mundo digital, tu seguridad está ligada a lo que compartes

19 de Abril de 2024

Eduardo Penafiel

En el mundo digital, tu seguridad está ligada a lo que compartes

Eduardo Penafiel

@elpocas

No importa qué tan lejos estés de casa o en qué parte del mundo te encuentres, mientras traigas tu teléfono contigo, alguien sabrá dónde estás. Aunque suene a ciencia ficción, la realidad es que mientras está encendido, el teléfono y la gran mayoría de las aplicaciones instaladas recopilan datos e información para conocernos mejor y saber dónde estamos. Incluso cuando estamos dormidos y nuestros teléfonos están conectados cargando la pila para el día siguiente, seguimos generando información de manera pasiva.

Cada vez que abrimos una aplicación para pedir un taxi, al buscar una dirección en alguna aplicación de mapas y seleccionar la opción de cómo llegar a ese lugar cuando queremos saber cómo estará el clima o queremos saber a qué hora juega nuestro equipo favorito y leer el previo del partido en alguna aplicación de deporte, la geolocalización y la información que generamos juegan un papel importante para acceder a esa información al instante.

Independientemente de qué marca sea tu teléfono, si tienes un modelo reciente adquirido en los últimos tres años, por default tu teléfono sabe cuántos pasos das al día, dónde vives, dónde trabajas y probablemente también tiene información acerca de los contactos a los que recurres de manera más frecuente. Esto no es necesariamente malo, ya que mucha de esta información puede ser muy útil para algunas situaciones, por ejemplo, saber en dónde estás en caso de emergencia y también a quién contactar en caso que tú no estés disponible. Esto convierte a tu teléfono en un especie de expediente médico y en una identificación que si bien no es oficial, es mucho más honesta y difícil de falsificar.

Desde Edward Snowden hasta los recientes escándalos de espionaje por parte de nuestro gobierno, estos eventos han expuesto lo vulnerables que son nuestros teléfonos ante nuevas tecnologías maliciosas que pretenden robar nuestra información, hacernos daño o aprender de nosotros para controlarnos. Aunque las grandes compañías invierten millones de dólares cada año para proteger sus dispositivos y tratar de convencernos que al usarlos estamos protegidos, la realidad es que la poca transparencia sobre el uso de nuestra información por parte de las compañías de telefonía celular y el uso de redes públicas de wifi nos mantienen expuestos a ser espiados o ser víctimas de un robo de datos.

Pero existe una manera sencilla de protegernos, de saber qué y quiénes son los que están utilizando nuestra información: leer. Algo que nunca hacemos, es leer la letra chiquita de los contratos, el famoso aviso de privacidad o los términos y condiciones que aceptamos sin pensarlo. Cada teléfono y aplicación los tiene y dedicarle unos minutos a estos documentos nos pueden aclarar cuánta información obtienen y para qué la necesitan.

Otra opción necesaria es revisar las configuraciones de seguridad y “permisos” de tu teléfono para decidir quién sí y quién no debe estar monitoreando o recabando información de tus actividades. Sólo recuerda que para muchas funciones o aplicaciones es indispensable esta información. Por ejemplo, si le quitas el permiso a una aplicación de taxis, pues entonces nunca va a saber a donde tiene que llegar por ti el chofer. Tal vez esa aplicación de tienda de ropa que nunca volviste a abrir, lleve muchos meses recabando tu actividad y no tendría por qué.

La privacidad es un aspecto importante que se debe de respetar y que debemos tomar en serio y cuidarla, pero también es nuestra responsabilidad saber qué y cómo manejamos nuestra información. Piensa que pasaría si hoy pierdes tu teléfono, ¿qué tiene más valor: el dinero que perdiste o la información que contiene? Hoy tu huella digital es de mucho valor para miles de empresas y delincuentes, pero la realidad es que debería de ser mucho más valiosa para ti.