La sustentabilidad no es ni un juego ni una moda

18 de Abril de 2024

Eduardo Penafiel

La sustentabilidad no es ni un juego ni una moda

Después de mucho tiempo parece que finalmente personas de todas las edades y niveles socioeconómicos alrededor del mundo, gracias en parte a evidencias claras y contundentes, comprenden la importancia de la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente.

Aunque el presidente de Estados Unidos evite el tema cada vez que puede y lo trate como una moda, el resto del mundo está preocupado. Parece que hace pocos años a pesar de los sucesos relacionados con fenómenos naturales como tornados y huracanes, la contaminación, la escasez de los recursos naturales, las especies en peligro de extinción y el calentamiento global, las consecuencias se veían lejos de impactarnos de forma tan severa.

Pero con todo y los distintos acuerdos a nivel global que recientemente han acelerado los tiempos para su ejecución y endurecido sus políticas, el verdadero trabajo ha estado del lado de los ciudadanos. Las generaciones más jóvenes, gracias a la velocidad con la que viaja y se transmite la información actualmente, han sido capaces de abrirle los ojos a los más grandes y a contagiarles la necesidad de cuidar el lugar en donde viven y los recursos alrededor del mismo.

La cantidad de actividades que llevamos acabo día tras día que tienen que ver con la sustentabilidad y el medio ambiente son fáciles de identificar. Las más sencillas en ciudades como la nuestra generalmente se relacionan con la manera en la que nos desplazamos. Poco a poco somos más conscientes que el uso del automóvil no es la mejor alternativa y aunque la transformación del transporte público comenzó hace un par de años, todavía le falta mucho camino por recorrer. Esto impulsa a las personas a buscar alternativas como caminar, utilizar una bicicleta o en su defecto, interesarse en medios de transporte híbridos y eléctricos más amigables con el medio ambiente.

Otro aspecto muy relevante en nuestro país y a nivel mundial es la caída en el consumo de cigarros. La industria ha tenido que responder ante este cambio a tal grado que la tabacalera más grande del mundo, Philip Morris, planea dejar de vender cigarros en un futuro no muy lejano. Hoy son tan pocos los lugares que permiten fumar que las posibilidades de contaminar con los residuos y colillas cada vez están más controladas y los fumadores tienen más presión para dejar el vicio.

La cantidad de botes de basura para separar residuos en espacios públicos, el esfuerzo por eliminar el uso del popote, el empuje por llevar tu propia bolsa para evitar usar la de plástico del súper o llevar tu propia taza o recipiente a un expendio de café, son algunos ejemplos contundentes que nos ofrecen opciones todos los días para hacer algo por cuidar el lugar donde vivimos y además, obligan a comercios y a gobiernos a poner de su parte.

Vivimos un momento crítico en donde no podemos dejar que esta tendencia y esfuerzo se convierta en una moda pasajera y que, cuando las cosas comiencen a mejorar, aflojemos el paso y todo lo que hemos avanzado se deteriore rápidamente. En estos tiempos de transición en el país, es increíble que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) parece no tener rumbo, dirección o identidad y con planes para trasladarla a Mérida, algo que además representaría miles de millones de pesos que podrían aprovecharse para otra cosa.

Necesitamos que el nuevo gobierno le dé la importancia y la seriedad que se merece a esta Secretaría por el bien del país y para lograr un equilibrio entre los esfuerzos del gobierno y lo que aporta la sociedad. Si, los temas como la seguridad, la economía y la equidad social del país son importantes, pero la sustentabilidad no puede ni debe quedar en segundo plano porque sus efectos negativos pueden llegar a tener un impacto tan fuerte que termine por afectar a todo lo demás.