Ser tu propio doctor está mal. Y es muy peligroso.

24 de Abril de 2024

Eduardo Penafiel

Ser tu propio doctor está mal. Y es muy peligroso.

Las principales encuestas relacionadas con este tema señalan que 7 de cada 10 mexicanos se automedican. Las 3 principales razones: Falta de tiempo, falta de dinero para la consulta y que los síntomas no son tan graves.

Es un Domingo de esos que se sienten muy pesados. El dolor de cabeza se hace presente desde muy temprano y lo más fácil antes de levantarse de la cama y bajar por un vaso de jugo, es agarrar un par de aspirinas y tomártelas con el vaso de agua que astutamente dejaste al lado de tu cama. Pasan un par de horas y después de un desayuno grande y picante (huevos a la mexicana con tortillas y salsa) es momento de un par de pastillas efervescentes para que se aliviane el estómago.

Y así, el día sigue su paso y el malestar ha bajado muy poco. Además, es momento de tomarse las pastillas para la gripa porque con este clima no ha estado fácil estar al cien por ciento y la semana viene pesada de trabajo. Agarras una caja de esas brillantes con nombre corto y atractivo, no es antibiótico pero es de las clásicas que venden en cualquier farmacia. Buena mezcla de paracetamol, fenilefrina, clorfenamina y un poco de cafeína para estar más despierto y animoso durante la comida familiar.

El día va llegando a su fin pero antes de dormir la dosis de siempre: una pastilla de rosuvastatina para el colesterol y un pequeño trago de ese jarabe para la tos que no quita el sueño, para evitar toser tanto por la noche.

Suena exagerado pero así somos los mexicanos. Nos gusta autorecetarnos y automedicarnos con medicinas que nos parecen conocidas o que la última vez que tuvimos síntomas similares, son los que nos recomendó un amigo o familiar, o que simplemente las buscamos en internet. Además la gran mayoría de estas medicinas las puede comprar cualquier persona sin la necesidad de una receta y peor aún, decidir cuantas y cuando tomarlas, ya que la leyenda más común en estas cajas son “Dosis: La que el médico señale”.

Las principales encuestas relacionadas con este tema señalan que 7 de cada 10 mexicanos se automedican. Las 3 principales razones: Falta de tiempo, falta de dinero para la consulta y que los síntomas no son tan graves. Y lo peligroso es que no solamente se consumen analgésicos y antigripales, sino que un porcentaje considerable consigue antibióticos y los toma según su criterio.

Esto explica el crecimiento exponencial en los últimos años de los consultorios dentro o como parte de las farmacias. De acuerdo con Cofepris, este tipo de establecimientos ha crecido más de 340% en los últimos 6 años. Esto quiere decir que hoy más de 15 mil farmacias cuentan con un consultorio, lo que ha generado un aumento considerable en la venta de medicamentos genéricos y un negocio redondo para las farmacias en un país donde cada familia destina entre el 35 y 40% de sus ingresos en al cuidado de su salud.

Esta estrategia por parte de las Farmacias ha generado mucha confianza sobre la población, ya que cerca del 70% de las personas que acuden a estos consultorios cuentan con seguridad social, pero prefieren acudir a estos porque les quedan más cerca, esperan menos tiempo y reciben un mejor servicio.

Esto lejos de ser una llamada de atención para mejorar e invertir en las instituciones de salud ha servido para que Cofepris presuma haber solucionado parte del problema de la automedicación, al aportar una alternativa en donde las personas pueden atender situaciones de salud más comunes o que no requieren un nivel de atención profesional o de seguimiento.

Hablemos claro. Automedicarse representa un peligro grave que puede tener efectos muy nocivos en la salud. Puede crear una alergia, dañar el organismo y peor aún, automedicarse puede generar complicaciones que nos lleven a la muerte. Si, así de grave.

Si te sientes mal y vas a tomar las medicinas de siempre, lo mejor que puedes hacer es buscar una farmacia con consultorio y que revisen tus síntomas. Hacer esto en vez de ser tu propio doctor te va a ayudar a saber lo que tienes, curarte más rápido y hasta te podría salvar al vida. En serio.