Alternancia y definición

24 de Abril de 2024

Salvador Guerrero Chiprés

Alternancia y definición

Salvador

La intentona de Alejandra Barrales y de Ricardo Anaya, dirigentes nacionales del PRD y del PAN, de comenzar pública y claramente la construcción de un frente que pueda enfrentar a AMLO, aun cuando el argumento es enfrentar al PRI, ni cayó bien dentro de sus respectivas bases ni parece ser eficaz a juzgar por las contradicciones irresueltas en el planteamiento y que podrían proyectarse hacia el 2018 con su cauda de tropiezos.

La base de ese acuerdo ahora sujeto a la golpiza crítica e interna de las corrientes y tribus de los dos partidos es la idea de simular quién es el enemigo a vencer: ¿es el PRI o es Morena?

Si es el primero ¿por qué no aseguraron la alianza PAN-PRD cuando pudo ser significativa en el Estado de México? ¿Si es el segundo cuál es la razón en detalle del distanciamiento con AMLO más allá del discurso del unipersonalismo autoritario atribuido al tabasqueño?

Por supuesto que los ciudadanos sin partido apostamos por la mejor calidad de los gobernantes y los mejores equipos de trabajo. Sabemos que ningunos son ideales y perfectos. Pero hay que definir y decidir. No está dicha la última palabra de nada, pero los balbuceos iniciales dejan que desear.

Veamos. La primera contradicción consiste en que las fuerzas partidistas sostienen un tipo de discurso ante la opinión pública que sus acciones parecen contradecir y que es apenas aceptable -porque es casi irrelevante ante la indiferencia social- solamente en espacios de menor politización y educación cívica. Sostienen un apetito de distinción ideológica una vez sí y otras no; en unas regiones sí, en otras no.

Por ejemplo, a nivel nacional PAN y PRD deben mantener una calidad de argumentación distinta de lo que realizan en los estados como en Veracruz donde muy pocos han señalado la relación entre ambos partidos detrás de un personaje como Miguel Ángel Yunes Linares al que acudió a abrazar Margarita Zavala hace tres semanas en su campaña a favor de los hijos de ese gobernador y que también en las percepciones para muchos es inaceptable, si no incomprensible…aquí en la capital del país.

La consistencia que exigen al gobierno, su actitud pragmática de “en cada caso según el caso”, no la defienden con su actitud y comportamiento registrado.

La segunda contradicción importante es que las dirigencias reivindican una relación horizontal con sus representados pero éstos no son considerados en cuenta cuando se trata de hacer un planteamiento significativo, como el presentado por Barrales y Anaya o cuando ya habiendo ganado una posición en la Cámara de Diputados o en el Senado pasan de un partido a otro como si les perteneciera el poder desde donde fueron respaldados, venga de la cúpula de su partido o de una base social que los hubiera respaldado.

Los equilibrios y lealtades que esperan de sus representados no los cuidan ellos mismos.

De ahí que frente a esas inconsistencias y habiendo aprendido del comportamiento de los partidos y como resistencia a ellos, en el Estado de México ocurrirá una elección mediante la cual se valora o reprueba a la representación del sistema y que, en este caso, dado que lo más opuesto a él es Morena y es ese partido la manera más clara de manifestar la renuencia a la aceptación de todo lo que significa, especialmente para clases medias y populares, la permanenencia de una misma fuerza política durante 87 años, la elección es a favor de Morena y contra el PRI o del PRI y contra Morena.

Ya habíamos señalado lo esencial de esta dicotomía.

Lo interesante es saber si en términos de operación territorial, medios convencionales, redes, litigio jurídico y creación de la inminencia de victoria Morena podrá imponerse a la inmensa maquinaria del PRI y lo que harán los demás partidos.

Muchos creemos que los temas de inseguridad, corrupción, contaminación, graves problemas de tráfico vehicular e incompetencia administrativa, judicial y de justicia no serán resueltos sin el triunfo casi simultáneo en el Estado de México y en la Ciudad de México porque es indispensable una visión metropolitana progresista que implemente y entregue resultados.

Específicamente sin una coordinación policial, ecológica y administrativo-política creativa e inteligente, los problemas del Valle de México no podrán ser resueltos.

Las razones para la apuesta por la alternancia con una visión metropolitana progresista son tan grandes como la fuerza que se le opone.

FB Chilangos con Delfina