Encuesta muy Morena

25 de Abril de 2024

Salvador Guerrero Chiprés

Encuesta muy Morena

salvador guerrero

Está en las manos de Morena, y por supuesto en la de sus adversarios, hegemonizar el sentido que tiene la encuesta realizada para designar a la precandidata a la jefatura de gobierno en la capital del país.

La capital nacional es el único espacio donde lo que es ventaja respecto de otras entidades -participación política y social informada, con vestigios muy importantes de política clientelar y abusiva- puede convertirse en pretexto de unas y otras fuerzas políticas para omitir analizar, desde el daño menor hasta el desastre vigente, en la imagen y la percepción de unos y otros.

También, hay que decirlo fuerte y claro, la izquierda debe asumir su compromiso con su propia congruencia declarada.

Cuando la encuesta beneficia es democrática, así fue hasta que se constituyó Morena y cuando el PRD no veía el problema que percibe ahora. Internamente, algo semejante: si no me beneficia “quién sabe quién la hizo”, y externamente, para todas las demás audiencias, incluidos nosotros, hay que demostrar sencillamente cómo se hizo si es que hablábamos de instrumento importante en la diferenciación metodológica o ética de una fuerza política sin olvidar lo que han hecho casi siempre todos los partidos: imponer a segmentos de grupos.

Parte de esa izquierda, el PRD, ante su decaimiento en la capital, encontró un filón de ataque en las omisiones discursivas y/o técnico-políticas de Morena y si bien no impedirá el muy probable triunfo electoral de los morenistas, podría disminuir el impacto de la convicción de quienes simpatizan con su líder y por lo tanto su potencial electoral, con el apoyo de las fuerzas anti AMLO agrupadas muy cerca del presupuesto oficial, local o federal.

Si el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador se conforma con indicar, sin justificar clara y contundentemente su argumento, que la encuesta no será mostrada al público, abre la puerta a una enorme oportunidad al resto de los partidos, es decir, el conjunto de los adversarios del político tabasqueño, para argumentar que solamente hubo una simulación.

Y, con ello, el resto de las encuestas estaría en entredicho: si la más importante hasta ahora no se puede conocer, ya sabemos que pasaría con todas las demás.

Ese sería el corolario de quienes critican a quienes le creen más a AMLO por tenerle fe, mucha más -según otras encuestas que les son dolorosas por irrefutables- de la que tienen al PRI, al PAN o al PRD.

Si los adversarios de AMLO, específicamente los integrantes del PRI de un lado y aquellos que simpatizan con el PAN y el PRD, del otro, sostienen que Morena es un partido y, por lo tanto, al ser una institución de interés público está obligada a la transparencia y mediante de ella, a demostrar congruencia, tienen razón.

Pero omiten reconocer lo que ocurre con los fenómenos del resto de los partidos.

Entre ambas versiones puede haber elementos de “veracidad” y de “verdad”.

Y aquellos que no pertenecemos a los partidos podremos demostrar al menos lo siguiente:

Efectivamente, Morena puede ganar un espacio de legitimidad ampliado si demostrará a la comunidad más informada del país que por supuesto es posible abrir la encuesta.

Otros partidos ni siquiera enuncian -aunque Morena tampoco lo precisó- cómo se combinarán los criterios “consenso”, “encuesta”, “dedazo”, “simpatía del presidente”, “fuerzas vivas”, “asamblea nacional”, “los liderazgos”, “el círculo cercano”, “lealtad”, “trayectoria” y tantas otras que se articulan discrecionalmente ante audiencias que suponen desinformadas y tontas.

Las autoridades electorales, a partir de su constitución mayoritaria definida mediante “el impulso” de la fuerza predominante, el PRI, por supuesto que tienen severos incentivos para comportarse como lo han hecho como lo hicieron en relación con el Estado de México y en muchos otros casos. ¿Dónde encontramos autoridad inteligente e imparcial en materia electoral y de encuestas en la materia?

Si los críticos de Morena asumen que el proceso interno para elegir a la precandidata de Morena al gobierno de la Ciudad de México es solamente “simulación” creo que desean ardientemente evitar el problema que enfrentan: existieron al menos cuatro aspirantes cada uno con una presencia superior al de ninguna otra fuerza en la capital del país.

Omiten indicarnos algo al menos exploratorio acerca de la enorme falta de vitalidad de otras fuerzas políticas en la capital y de los métodos de elección de algunos candidatos…que puedan ganar la elección.

Morena, sin embargo y por supuesto, debe contribuir a estimular el debate con mayor inteligencia pública.

La crítica a Morena desde el argumento único de la presunta simulación encubre, en conclusión, la ausencia de autocrítica o explicación acerca del letargo, estancamiento, quebrantamiento o desaparición de otras fuerzas electorales en la capital del país y, probablemente, en toda la nación consideradas como corruptas, ineficientes o encubridoras de la impunidad.

La “verdad” sobre la encuesta, si no aparece evidencia dura -datos compartibles y creíbles- es un espacio más de la lucha política.

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