A menos de una semana de la extradición del Chapo Guzmán, fuerte y claro insistió este lunes el gobierno de Estados Unidos: el muro y la deportación de mexicanos criminales son las prioridades estadounidenses.
Sobre el primer tema habremos de separar demagogia de realidad. Debemos tener más observables específicos para distinguir propaganda respecto del foco de la voluntad política verificable del gobierno estadounidense.
Sobre el segundo tema, nos urge conocer la posición del gobierno mexicano, poco antes o poco después del encuentro del presidente Enrique Peña Nieto con su homólogo Donald Trump.
Hay alrededor de 240 mil extranjeros en cárceles estadounidenses. En 2009 se informó en un estudio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que habría inmigrantes deportables en cerca de alrededor de 111 mil. ¿Cuántos son mexicanos de ese grupo el día de hoy?
Aunque la economía ha desplazado a todos los temas de la agenda percibida en México la seguridad y su correlato, la violencia criminal, es aún el segundo tema en importancia.
Destaca la prevalencia de las tendencias de comisión de delitos patrimoniales y con violencia en un proceso que no se ha interrumpido.
Si acaso, concediendo que los gobiernos de los estados reportan objetivamente los sucesos delictivos, de acuerdo a los datos concentrados por del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se ha registrado cierta disminución en algunos casos y ésta no ha sido sostenida, particularmente en secuestros y homicidios con violencia cometidos o atribuibles al crimen organizado.
Las cárceles estatales, incluidas las de la capital del país, padecen sobrecupo y los centros de detención de máxima seguridad podrían no estar en la capacidad de asegurar el propósito para el cual fueron construidos si se carece de la adecuada relación entre demanda y capacidad de provisión de espacios de reclusión.
En un contexto donde el registro y la percepción ciudadana señalan que la violencia y la inseguridad permanecen y en la referencia de enero de 2017, donde la economía en deterioro no abona a creer que la seguridad mejorara con tal decremento, el tema de la deportación de criminales a México se convierte en un problema de seguridad interior que debería ser objeto de la más minuciosa discusión y determinación. ¿Cuál es la propuesta del gobierno mexicano sobre el tema? confianzafundada.mx