En la Catedral de Veracruz las bancas no alcanzan, las decenas de sillas extras que han sido colocadas en los extremos del recinto tampoco. Los fieles saturan la iglesia para participar con alegría y convicción en la misa del tercer domingo de Cuaresma. Cantan y responden a coro al padre en la ceremonia religiosa más concurrida que he visto en los últimos años. Curioso que sea en el estado que hoy parece no tener más que notas negativas, marcadas por la violencia y la corrupción.
Tan sólo en este fin de semana largo, en los diarios se dio cuenta del hallazgo de fosas clandestinas en Alvarado, una balacera con saldo de 8 muertos, 5 de ellos policías, en Veracruz y el asesinato del periodista Ricardo Monlui en Córdoba. El humor de los veracruzanos es fuerte, los bailes y la vida nocturna en el zócalo del Puerto nos muestran una estampa que parece mantenerse a pesar de la adversidad. Los veracruzanos son creyentes: creen en sus colores, sus sabores y su festividad, creen también de manera que la Catedral vibra con la misa de las 6:30. Quizá en el fondo saben que superarán los desastres modernos que sorprenderían hasta el más incrédulo, como el shopping de 8 millones anuales de la esposa de Duarte y la desaparición “mágica” que hizo el ex gobernador de la faz de la tierra.
Creen, pero no son ingenuos. Se escucha en las conversaciones de la calle, se percibe en el mercado, se descubre en el taxi: hay un deseo de sacudir desde las bases. El 4 de junio podría ser una fecha inolvidable para Morena, si la actividad de este fin de semana se concreta en los éxitos que espera su líder, Andrés Manuel López Obrador, en las elecciones de regidores. Las mismas que pondrán a prueba el incipiente gobierno de Yunes, que ganó por sólo 4.63% frente a Morena.
El de los Yunes es un gobierno construido con la alianza del PAN y el PRD, la única que parece estar en una distante situación para enfrentar a AMLO. Antes de la misa que he mencionado el congreso, es decir, la mayoría de todos menos Morena, aprobaron el proyecto de endeudamiento de Yunes. Perder la elección parece enormemente costoso para esa alianza.
Este 4 de junio se confirma que existirán dos polos dominantes de la elección: en Veracruz y Estado de México se ensaya la batalla mayor del 2018.
Los creyentes de ayer parecen, pero no son los mismos. A los resultados de las elecciones acreditaremos la evidencia.
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