Delfina

19 de Abril de 2024

Salvador Guerrero Chiprés

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Delfina Gómez y Josefina y Vázquez Mota, en ese orden, están en situación de trasladar al PRI al tercer sitio de entre las principales fuerzas políticas que han iniciado campaña para llegar a la gubernatura de la entidad con más votantes en todo el país y que es ya una de las condiciones de la transición del 2018.

Además de una coyuntura abiertamente desfavorable al PRI, aquello dependerá de la calidad de su estrategia, de su operatividad efectiva “en terreno”, de la relación con las crisis que emergerán en estos dos meses, de su habilidad para conectar con una generación digital y de atraer a las fuerzas declinantes -entre ellas la del PRD- y de la inteligencia de su campaña y visualización de su mensaje.

Una ex maestra texcocana, trabajadora, orgullosamente hija de un albañil, ex edil y diputada federal, identificada con gran tino por Andrés Manuel López Obrador e Higinio Martínez como representativa de un nuevo tipo de líderes sociales, eficaz, digno y creíble, está empatada en el primer sitio de las preferencias con Alfredo del Mazo y es altamente probable que lo rebase en los próximos quince días.

Vázquez Mota, está ligeramente debajo de ambos candidatos, pero se halla también en situación de beneficiarse de la caída de las preferencias del PRI. Ese partido tenía 62 por ciento de simpatía confirmada en la elección del 2011 y que hoy ha perdido más de 30 puntos porcentuales por el descalabro de la imagen del primer priista del país y por la percepción de inseguridad y corrupción que la propia campaña de Del Mazo ha considerado pertinente considerar en su primera andanada de spots.

Vázquez Mota, sin embargo, y a diferencia de Gómez, no parece estar en la misma capacidad de generar la confiabilidad ética que Delfina. Ella cree superada la controversia acerca de relación con el régimen -vocablo con el que designo el sistema de relaciones dominante- y el presupuesto priista; tampoco ayuda para los mexiquenses irritados su ubicación en un gabinete del PAN y la derrota en una campaña presidencia. Nada de ello es fácilmente asociable con la renovación indispensable en una entidad dominada por más de 8 décadas por diversas expresiones de un priismo que hoy es visto como anacrónico y estancado.

El imperativo categórico en el Estado de México es la creación de confianza basada en expectativas realistas de ejercicio del poder y en la interrupción de décadas de abusos del presupuesto local y federal para enriquecimiento de un pequeño grupo que ha dominado la vida pública mexiquense y que falló en la interrupción del rezago social mayoritario registrado en la entidad.

Las elecciones recientes demuestran que para saber de la dimensión de los daños de administraciones recientes de requiere un gobierno de distinto signo.

confianzafundada.mx