#Ciencia La iglesia medieval, al fondo de nuestra mente

25 de Abril de 2024

#Ciencia La iglesia medieval, al fondo de nuestra mente

Un estudio reciente descubrió que entre los recovecos y las intimidades de nuestra mente, escondida entre ideas, recuerdos, pensamientos, proyectos y, sobre todo, emociones, se encuentra nada menos que la iglesia católica medieval

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Desde hace unos años considero a una de mis primas mi mejor amiga.

¿Y a mí qué carambas me importa? Pensarán con toda razón los lectores. Pero permítanme escribirles algunas frases para explicarles por qué la amistad entre mi prima y yo es una especie de proyección de los rasgos generales de la psicología de más o menos una tercera parte de la humanidad y una suerte de “negativo” de las otras dos terceras partes.

Mi prima y yo somos tan buenos amigos porque nos queremos, nos conocemos bien, hemos compartido partes muy importantes de nuestras historias personales, nos tenemos mucha confianza y porque, a pesar de todo lo anterior, no existe ni un poquito de intenciones románticas entre nosotros.

Y me acordé inmediatamente de ella cuando escuché unas palabras de Duman Bahrami-Rad, coautor de un estudio pionero en las ciencias sociales: La Iglesia, el parentesco intensivo y la variación psicológica global, publicado hace unos días en la revista Science. En teleconferencia de prensa, Barami-Rad dijo:

“Soy de Oriente Medio. En mi país de origen, Irán, el número de matrimonios entre primos primeros o segundos es de alrededor de 30 por ciento. La tasa es más alta en Afganistán y Pakistán, donde llega hasta 50 o 60 por ciento. Los iraníes incluso tenemos un proverbio que dice que un contrato de matrimonio entre primos hermanos se registra en el cielo.

›“Cuando me mudé a Canadá para hacer mi doctorado me quedé sorprendido al descubrir que los canadienses no se casan entre primos. Me parece muy raro que los occidentales no se enamoren entre primos”.

Pero la amistad o el amor que pueda surgir entre los primos es apenas un indicativo de cómo somos en la intimidad y los recovecos de nuestra mente, algo que empezó a cambiar hace unos mil 500 años, al principio de la Edad Media en Europa.

El programa de “psicología rara”

Jonathan Schulz, autor principal del estudio, se dedicaba hasta hace unos años a viajar por el mundo realizando experimentos económicos sobre cooperación entre seres humanos. “Originalmente pensé que era la fuerza de las instituciones formales lo que determina la cooperación; pero cada vez me resultó más claro que debía haber un factor subyacente”, comentó en la teleconferencia.

“Luego, cuando profundicé en la historia, me sorprendió lo temerosa y obsesionada que estaba la Europa medieval con el incesto. Este miedo no se trataba sólo de incesto con parientes cercanos, sino que también incluía un círculo cada vez mayor de primos, parientes políticos y espirituales, como padrinos y ahijados.

“Sólo para dar un ejemplo de esta obsesión, los desastres naturales como la peste se atribuyeron al castigo de Dios por el incesto”, apunta.

Después de recabar una enormidad de datos históricos y actuales, el estudio encabezado por Schulz encontró en palabras de Michele Gelfand (experta en el tema, pero que no participó en el estudio) que “el programa de matrimonio y familia de la Iglesia Católica Occidental, lanzado durante la Edad Media (en el año 506 D.C.) puede explicar parcialmente la psicología distintivamente individualista e inconformista que se puede observar actualmente en las sociedades occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas”.

Por cierto, las iniciales de las palabras “occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas”, en inglés, forman la palabra WEIRD que significa “rara”, una denominación que surgió para describir a los sujetos usuales de los estudios de psicología que normalmente eran alumnos en las universidades estadounidenses donde se llevaban a cabo los experimentos, pero que tiene éxito entre los estudiosos del tema, por lo que a los rasgos psicológicos generales que caracterizan a esas sociedades le llamaremos psicología rara.

La psicología rara se puede describir a grandes rasgos como individualista, prosocial hacia los extraños y menos conformista que la, digamos, “psicología tradicional” que enfatizaba la lealtad, la obediencia y la conformidad en el grupo.

Gracias a numerosos estudios antropológicos sabemos que después del surgimiento de la agricultura, las sociedades que más se desarrollaron fueron aquellas que tenían intensas relaciones de parentesco, comunidades con lazos fuertes y estrechos” tanto a nivel de las clases gobernantes como del pueblo llano.

Antes de ver cómo se originó esa psicología rara, veamos cómo hicieron para descubrir ese origen.

Muchas pruebas y casi ninguna duda

La cantidad de datos de este estudio es impresionante y abrumadora. Por un lado, reunieron una base de datos sobre la difusión de las iglesias medievales oriental y occidental y calcularon la duración de la exposición a ellas para cada país en el mundo, contabilizando las migraciones de población que sucedieron después de 1500 DC. Dado que eran mayores los datos para Europa, hicieron un análisis más detallado en cuanto a la duración de la exposición a la Iglesia Occidental para 440 regiones europeas subnacionales.

Para medir la intensidad de las instituciones basadas en el parentesco crearon un Índice de Intensidad de Parentesco (KII, por sus iniciales en inglés) basado en datos antropológicos para los principales grupos etnolingüísticos del mundo.

En tercer lugar, reunieron (también para todo el mundo) los datos de 24 variables psicológicas diferentes provenientes de experimentos de laboratorio, escalas psicológicas validadas, preguntas de encuestas y datos de observación que se centran en las tendencias psicológicas hacia el individualismo y la independencia, la conformidad y la obediencia, y la cooperación y la equidad con extraños. Entre esos datos habían cosas como el número de donaciones de sangre o si los diplomáticos de distintos países pagan sus multas vehiculares cuando van a las oficinas de la ONU en Nueva York.

A partir de esos datos hicieron una caracterización de las diferentes culturas siguiendo clasificaciones de valores culturales como la de Shalom Schwarz. Por ejemplo, la integración es uno de los siete valores de Schwarz y se compone de 14 elementos relacionados, por poner algunos ejemplos, con el orden social, la cortesía, la reciprocidad de favores, el respeto por la tradición, la autodisciplina, la sabiduría, la moderación y el honor a los padres y ancianos.

Y todo eso, todo, se correlacionó fuertemente con la presencia de la Iglesia Occidental Medieval. Bueno, salvo el la idea de seguir un “comportamiento adecuado” que, con sus particularidades, existe en todas las culturas del mundo independientemente de iglesias y religiones.

›Además, explica Schulz, fuimos muy cuidadosos en eliminar muchas otras posibles explicaciones” de los fenómenos observados como, por ejemplo, las condiciones biogeográficas, es decir cómo están conformadas la hidrología, la geología y la biología de cada región para la agricultura.

En el caso de México, explicó Schulz en entrevista para ejecentral, y de otros países americanos, la influencia de la iglesia medieval es tan notable como en algunos países europeos.

“Tenemos datos contemporáneos de matrimonios entre primos. Como hubo movimientos de población muy notables después del 1500, cuando mucha gente de Europa se asentó en las Américas, calculamos la población actual de acuerdo a esos movimientos del pasado. Así que si ves la exposición de la Iglesia en México, es bastante grande”; es ligeramente menor a la de España y del mismo nivel que Portugal.

De las naciones americanas, la que ha tenido más exposición a la Iglesia es Argentina, “es muy alto por la cantidad de gente que llegó de Italia”, que es la región donde se desarrolló la iglesia católica de occidente. También se debe a que en Argentina ya no existe población indígena.

Ni bendición ni castigo; ni pecado ni penitencia

Schulz explica que el origen del programa de matrimonio y familia, de acuerdo con diversos historiadores se puede rastrear hasta San Agustín, quien propuso que no deberíamos casarnos con personas con quienes estuviéramos relacionados porque eso no conduce a que se difunda la caridad. De acuerdo con él, la caridad se difundiría por el matrimonio y por las relaciones consanguíneas. Así que al casarte con quien ya estás relacionado por la sangre no multiplicas la caridad.

Sin embargo, aunque el fudamento de la idea pueda ser espiritual, su mantenimiento e implementación sistemática se sustentaría probablemente en razones más materialistas.

Si la base de una sociedad es la familia nuclear, “la posibilidad de que los herederos potenciales mueran es más alta, y entonces era frecuente que las tierras se heredaran a la Iglesia. En las sociedades tribales o de clanes la propiedad suele ser compartida por grupos grandes, como todo el clan y no sólo por la familia nuclear”.

“La iglesia tampoco favoreció la adopción y así hacía aún más difícil tener herederos. Tampoco se favorecía la poligamia ni el divorcio, así que si una pareja no tenía hijos no podían divorciarse ni el hombre podía casarse con otra mujer para tener descendencia”.

›Hay registros de que estas políticas fueron exitosas, pues desaparecieran muchos linajes y la Iglesia se convirtió en uno de los más grandes terratenientes del mundo, una especie de gran corporación de la época medieval.

Para Schulz no se trata de que San Agustín fuera pérfido, “hay virtud y espiritualidad en su idea”. Tampoco necesariamente los jerarcas de la Iglesia. “Pareciera que se tropezaron con esta idea, les pareció adecuada, y de pronto se dieron cuenta de que además podía generarles muchas ganancias”, tenían un incentivo para fomentar y mantener en marcha su programa de matrimonio y familia.

“Irónicamente, la iglesia católica fue víctima de su propio éxito: Instaló este programa, generó una psicología con personas individualistas que al cabo del tiempo no quisieron tener una iglesia con jerarquías muy fuertes, así que salieron con una nueva religión, el protestantismo, otros se volvieron ateos…”

El proceso, por supuesto, continúa. “Creo que la transformación y el cambio de la psicología no se detiene. Incluso en las familias nucleares la gente se vuelve tan individualista que hasta esas familias se deshacen, mucha gente se divorcia, hay familias aún más pequeñas, de madres o padres solteros”.

Tras admitir que este estudio ofrece tan solo una parte de la explicación del origen de nuestra forma de pensar aclara que tener “psicología rara” o comunal “no te dice nada sobre la felicidad; no hay juicio de cuál es mejor o peor, son sólo diferentes. Podría ser cierto que en una sociedad individualista la gente se siente más solitaria... o no”.