En la víspera de Acción de Gracias en Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador evadió hablar sobre la clasificación de los cárteles del narcotráfico como terroristas, declaración hecha por su homologo, Donald Trump.
El martes, el Presidente de Estados Unidos aceptó la solicitud de la familia LeBaron de designar a los cárteles mexicanos como terroristas por su papel en el tráfico de drogas y personas, lo que dijo le dará al gobierno de su país más poder para lidiar de manera más efectiva con las drogas que cruzan a su territorio.
Pese a que la decisión tendría complicaciones políticas, sociales, comerciales y económicas para el gobierno mexicano, de acuerdo a especialistas, López Obrador dijo que será el canciller Marcelo Ebrard quien se encargue del asunto y de informar.
El mandatario dijo que las fechas que celebran en Estados Unidos no son para hablar del tema, que no quería polemizar, por lo que lo único que detalló fue: “Cooperación, sí. Intervencionismo, no”; además de enviar un abrazo al pueblo norteamericano por el festejo.
En una entrevista radiofónica Trump aseguró que serán catalogados como terroristas, que lleva tres meses trabajando en ese tema, porque no es algo tan fácil, que se sigue un proceso; pero que vale la pena por las 100 mil vidas que se pierden al año por “lo que está pasando en México”.
Luego del ataque a la familia LeBaron que dejó a tres mujeres y seis menores fallecidos, el mandatario estadounidense ofreció su cooperación militar para hacer la guerra a los cárteles de la droga. El Presidente de México rechazó la ayuda y aseguró que se hará justicia.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, anunció que solicitó de inmediato una reunión con autoridades de Estados Unidos para conocer los alcances de la clasificación que se plantea, pero afirmó que México no permitirá acciones que signifiquen la violación de su soberanía.
Para que la medida entre en vigor deberá ser aprobada por diferentes autoridades, y no significaría la intervención militar estadounidense de manera inmediata, pero sí afectaría las relaciones entre ambos países, sobre todo en la negociación del tratado de libre comercio (T-MEC).