Redacción ejecentral
El crimen organizado no es el mayor enemigo de la prensa, las instituciones no sirven y siempre buscan la manera de desvirtuar la línea de trabajo periodístico como hipótesis de investigación, señaló la organización defensora de los derechos humanos y de la libertad de expresión Artículo 19.
Leopoldo Maldonado Gutiérrez, Oficial del Programa Legal de Artículo 19, calificó como una falacia que se diga que el principal agresor de los periodistas en México es el Crimen Organizado.
A raíz del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas, Maldonado expuso que las instituciones no sirven, ya que a pesar de que el periodista denunció amenazas, no hubo protección y se le quitó la vida el pasado lunes cuando salía de las oficinas de Ríodoce.
Subrayó que las autoridades y fiscalías están coludidas con los perpetradores de los crímenes, o incluso son las mismas instituciones quienes los perpetran; es por eso que existe una profunda desconfianza en las autoridades y el Estado.
Maldonado destacó que ante estas situaciones, las instituciones se vuelven un factor de riesgo y no de protección; dijo que no ve una fiscalía fuerte en Sinaloa, ni en ninguna parte del País, y las instituciones de procuración de justicia están colapsadas, infiltradas, con problema graves de corrupción y falta de capacitación.
El año pasado Artículo 19 documentó 426 agresiones a la prensa, de las cuales, 226 fueron cometidas por funcionarios públicos, del nivel estatal y municipal, que representa un 53 por ciento.
Tras las declaraciones de la Fiscalía, que señaló el robo de vehículo como principal línea de investigación, Artículo 19 calificó dicha afirmación como inverosímil, ya que no se mata a una persona con tanta saña solo para robar su auto.
El robo de vehículo como móvil, es un intento por desacreditar que se trate de la labor periodística la causa del asesinato, una práctica muy común de las procuradurías, añadió.
Mencionó los casos de Regina Martínez, Anabel Flores y Gregorio Jiménez, de Veracruz, y Rubén Espinoza, de la Ciudad de México, en donde se señala siempre que es un crimen pasional, el reportero estaba con malas compañías o la mujer era novia o pareja de un criminal.
El Oficial del Programa Legal aseveró que las autoridades siempre buscan la manera de desvirtuar la línea de trabajo periodístico como hipótesis de investigación, esto con el fin de bajar el impacto y la presión política para las procuradurías.
Finalmente, expuso que el caso de Javier Valdez marcó un parteaguas a nivel institucional en los casos de agresiones contra periodistas, ya que el presidente Enrique Peña Nieto, que se había mostrado indolente ante la violencia contra la prensa, por primera vez se pronunció en lo sucedido con un periodista. (Con información de Noroeste). MR