La abierta contradicción en la que entró el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, sobre la construcción de la refinería de Dos Bocas, volvió a sacudir a los mercados. Los analistas dieron la bienvenida a la afirmación de Herrera de que su construcción sería pospuesta, pero cuando lo desmintieron, regresó la percepción de que el fortalecimiento financiero de Pemex no está en la cabeza del Presidente. Eurasia, una de las consultoras que reaccionaron, dijo que este episodio “evidencía la desorganización del gobierno y exacerba los riesgos en la implementación de las políticas”. Oséase que “el gasto presiona las cuentas fiscales que probablemente se empezarán a deteriorar en el mediano plazo”. También, anticipó, dañará la reputación del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en su papel de interlocutor de los mercados. Óoooorale.