Democracia, sociedad y elecciones

18 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Democracia, sociedad y elecciones

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Las elecciones en los nueve estados en donde habrá elección general se han puesto más que interesantes, en donde podrían estarse gestando varias alternancias. 1. Elecciones y cosas peores En medio de la vorágine de espionaje, denuncias, filtraciones, denuestos y golpes bajos en que se ha tornado el proceso electoral al que los ciudadanos estamos asistiendo para renovar la representación política nacional o gobernadores en nueve entidades y congresos locales y presidencias municipales en otras 17, algunas cosas llaman más la atención que otras. Sin duda, lo escabroso de las denuncias tiende a “jalar la marca” como se dice en el argot deportivo, lo que ha llevado a que el público observe más las mentadas que las jugadas. Por ello, el “road show” que realiza el ex presidente Felipe Calderón en apoyo a su esposa, Margarita Zavala, para disputarle el PAN al grupo de Gustavo Madero, está aconteciendo de cierta manera. Lo único que podría explicar el impasible recorrido que está teniendo el ex presidente Felipe Calderón, es el deterioro de la política en el ánimo ciudadano, que como en otros países, ha encontrado en el nuestro una relación directa con la popularidad presidencial. Las encuestas de popularidad registran el momento más bajo del perfil presidencial, ubicándose entre 25 a 30%, lo que implica que una figura de baja eficiencia y peor desempeño como fue la de Calderón resulte indiferente en el contexto nacional. Gracias a ello, Calderón pudo adoptar una actitud retadora para retornar a la política: que se atrevan los ex presidentes priístas a salir a la calle y hacer campaña, dijo. Peor aún, los resultados de su gestión, que es responsable de buena parte de los problemas que hoy vive el país, parecieran ser virtudes en vez de defectos. Ahora resulta que estábamos mejor en su gobierno y si no hizo más fue porque no lo dejaron. Pocos recuerdan cuál fue el saldo de su administración; en su gestión se registró la mayor crisis económica de la alternancia, al caer la economía -7%, tras lo cual la respuesta del gobierno fue simplemente subir los impuestos: el IVA pasó del 15 al 16% (“salió barato” diría entonces Carstens al haber firmado el Gobierno una promesa de que no se aliaría con el PRD en la elección mexiquense); fue el entonces secretario Ernesto Cordero quien hizo saltar el esquema prudencial de la estimación del precio del petróleo en el presupuesto, de 65 a 85 dólares en 2010-2011. Crecieron los ingresos, pero los mayores ingresos públicos sirvieron para incrementar el gasto corriente y otros subsidios. En el PAN se crearon los gasolinazos y ésta subió al precio que tiene ahora, además de que la “burocracia dorada” se incrementó irracionalmente, como lo prueban los 1,800 directores generales adjuntos creados en el panato cuando los de “estructura” o regulares eran sólo 1,100; así como los 400 homólogos a subsecretario, siendo éstos sólo 69. La deuda pública del país creció también exponencialmente, dado que, en ausencia de una verdadera reforma fiscal, el presupuesto de costos fiscales del gobierno se mantuvo en torno a los 500 mil millones de pesos anuales, subsanables con deuda interna, es decir, emisión de papeles gubernamentales. De esta forma, la deuda pública expresada en dólares creció de 47 mil millones de dólares en que la dejó la administración Fox, a casi 130 mil millones al cierre de 2012; la deuda nominada en pesos pasó de 1.7 billones a 3.5 billones de pesos en el mismo lapso, para dar un total entre ambas cercano a los 400 mil millones de dólares como deuda pública total. Todo ello, aún cuando el gobierno de Calderón tuvo a su disposición los mayores excedentes petroleros en la historia nacional, así como los presupuestos federales más copeteados también en toda la historia nacional. No obstante, en promedio, en los gobiernos del PAN el PIB creció a una mediocre tasa inferior al 2%. En materia de seguridad pública, es en el sexenio Calderón cuando la guerra del narcotráfico se extiende y los cárteles se multiplican. El saldo neto se estima en cerca de 100 mil asesinatos relacionados a la delincuencia organizada, 27 mil desaparecidos (incluidos casi 10 mil registros de restos incompletos) y 300 mil víctimas colaterales, que se recordará, al cierre del sexenio se buscó encauzar a través de la Ley general de Atención a Víctimas, legislación que el propio régimen calderonista combatió y vetó. Sólo que ahora, al no haberse ajustado cuentas con el pasado inmediato, el gobierno de Calderón no es cuestionado por la opinión pública, que ha resultado mucho más severa con la gestión del presidente Peña Nieto. 2. A dos semanas Al aproximarse la fecha de las elecciones intermedias (faltan sólo dos semanas para el 7 de junio) los temas públicos giran en torno al resultado posible y las consecuencias que de éste derivarían. En el plano nacional se sigue perfilando la tendencia ganadora del PRI por un margen de por lo menos 10 puntos, que no le alcanzaría para lograr la mayoría absoluta por sí mismo, pero suficiente para que siga siendo el “grupo mayor” en la Cámara de Diputados. El promedio de encuestas le ubicaría en el 35%, ante un 25% del PAN y la división del voto de izquierdas entre el PRD y Morena, con 16 y 11% respectivamente, quedando el vapuleado Partido Verde con 9%, y Panal y Movimiento Ciudadano con lo necesario para conservar el registro; consecuentemente, los otros tres minipartidos, el PT, Encuentro Social y Partido Humanista podrían quedar fuera del cuadro. Como siempre, la clave de distribución de los ”pluris” estará en el número de distritos de mayoría que cada partido gane, estimándose el número del PRI entre 150 y 160, que aún con el total de sobrerrepresentación posible del 8%, le estaría dando lo suficiente para lograr 215 curules; la cuestión es que, más o menos, en cada circunscripción estarían entrando entre 9 y 12 diputados por el principio de representación proporcional de esta lista. Su aliado, el Partido Verde, podría estar logrando de 35 a 50 legisladores, dependiendo de cómo le vaya en los números o qué tan eficaz resulte la intensa gestión en el INE para frenarlo. Ello quiere decir que, si bien no habría gobierno dividido (el Presidente de la República de un partido y la mayoría legislativa del lado opositor), sí habrá necesidad de reconstruir la coalición gobernante para contar con el suficiente respaldo legislativo. En lo que a las campañas se refiere, éstas han sido un rotundo fracaso. La lluvia de spots no dice nada, son repetitivas y en más de un caso han servido para nutrir aspiraciones presidenciales (en la campaña de Morena, para el señor López, y equívocamente, en la de Movimiento Ciudadano, para buscarle lugar al nuevo “tlacuache” Marcelo Ebrard, que solicita a quienes hubieran votado por él para la Presidencia, que ahora le voten de suplente de diputado plurinominal del Movimiento Ciudadano). El Instituto Nacional Electoral, nacido de la imposición del PAN para lograr las reformas estructurales, está teniendo un desempeño realmente deplorable. Lo persigue el fantasma de Woldenberg, en donde pareciera que sólo la lógica antipriísta le legitimara y sigue dando tumbos, desde multisancionar al Partido Vede por actos de campaña anticipados, incluido el deplorable tropiezo verbal del presidente del Consejo General, Lorenzo Córdova al menospreciar a un grupo indígena, hasta validar la candidatura suplente de Marcelo Ebrard o ignorar los repetidos abusos del señor López y Morena, que han rebasado el tope de gastos de campaña y se encuentra, además, en abierto proselitismo presidencial y personalista. Difícilmente el INE sobrevivirá sin cambios el actual proceso electoral. Las elecciones en los nueve estados en donde habrá elección general se han puesto más que interesantes. Es en estos Estados en donde se registrará la mayor competitividad y vuelcos o alternancias de gobierno. 3. Perspectivas en las elecciones estatales En Baja California Sur, Colima y Campeche las cosas se estarían perfilando para mantener el statu quo. Es decir, Baja Sur podría resultarle al PAN, en tanto que en Colima y Campeche el PRI estaría adelante. En Sonora, la elección está en ciernes, se sabe que con mucho habrá de ser la más compleja pues el PRI ha logrado construir una alternativa viable y ganadora, ante la cual el gobierno de Padrés y el PAN nacional parecen empecinados en descarrilarla a toda costa. Conocidas son las tácticas negras con las que el PAN actúa, mediante filtraciones e infundios para erosionar a sus contrincantes. Empero, el desgaste para el candidato del PAN y el propio gobernador Padrés ha sido mayor. Las encuestas perfilan una tendencia en ascenso para Claudia Pavlovich, con 2 a 4 puntos de ventaja (según El Universal y Mitofsky), lo cual aún se ha querido leer como un “empate técnico” tras lo cual todo pudiera suceder. En Nuevo León, las cosas se complicaron. La tendencia de Ivonne Alvarez ha decaído, en tanto que el candidato supuestamente independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco” se ha logrado situar como una opción posible, en done el diario “El Norte” le sitúa en la zona ganadora por dos puntos de diferencia ante Ivonne Alvarez, quien por otra parte, es situada como ganadora por El Universal a ocho puntos de diferencia. El principal elemento en la campaña neolonesa ha sido la mala fama e imagen del gobierno estatal, al grado que la candidata priísta ha tenido que deslindarse drásticamente para dar garantías de que en su eventual gobierno no habría nepotismo como en el actual. “El Bronco”, por otra parte, en su carácter de candidato ciudadano y aún recibiendo las adhesiones de los coleros en la contienda, enfrenta el riesgo de decaer debido a que su estilo populista asusta a la siempre conservadora sociedad neolonesa. De cualquier forma, como bien dicen los analistas, la candidatura antisistema de “El Bronco” ha tenido ya el efecto de recodar a los electores que, con su voto, pueden hacer que las cosas sean diferentes, como en el tiempo de la primera alternancia, cuando una amalgama de distintas fuerzas llevó al triunfo a Vicente Fox, la campaña de Jaime Rodríguez ha tenido el efecto de demostrar que los gobernantes no sólo pueden ejercer el poder, sino también tendrán que rendir cuentas. En este sentido, lo que está pasando en Nuevo León puede ser el recordatorio a los gobernantes de que los ciudadanos siempre tendrán la última palabra. El resultado electoral podrá ser muy cerrado y un vuelco siempre será posible, pero en el balance entre un posible gobierno de ocurrencias y el castigo al gobernante saliente, es posible que prevalezca la sensatez y los electores le cierren el paso a un experimento político con Nuevo León. En los estados de Querétaro y San Luis Potosí también se están viviendo carreras parejeras. En Querétaro, se registra una inusitada competitividad del candidato panista, Francisco Domínguez y un cierto declive en las preferencias por la coalición priísta de Roberto Loyola Vera, que no resulta explicable dada la buena imagen y resultados del actual gobernador priísta, José Calzada. En San Luis Potosí, la carrera parejera es entre la candidata panista Sonia Mendoza y la alianza priísta de Juan Manuel Carreras. Aquí lo que pesa es una gris gestión del gobernador Fernando Toranzo ante la frescura de la campaña panista, que se ha vinculado bien con el movimiento navista que está empujando el cambio local. Finalmente, en los dos estados del sur que habrán de renovar gobernador, Michoacán y Guerrero, muestran también carreras cerradas entre los aspirantes del PRI y el PRD en ambos casos. En Michoacán adelanta un poco Silvano Aureoles, en tanto que en Guerrero, la mejor posibilidad sería para el candidato del PRI, Héctor Astudillo. En realidad, la incógnita en estas entidades es si las elecciones podrán sentar efectos, es decir, si podrán realizarse y ser válidas, dado el activismo y protagonismo de las disidencias magisteriales en dichos estados, en tanto que en Guerrero abiertamente están buscando sabotear los comicios. Está en puerta el séptimo mes tras los trágicos acontecimientos en Iguala, que a partir del martes 26 desatarán una serie de actividades, marchas, plantones y bloqueos para poner en duda el alicaído proceso electoral, en una situación en que cualquier chispa buscaría incendiar la pradera. 4. Economía real Nuevamente, las perspectivas de la economía norteamericana, nuestro principal referente en el mundo, muestran un crecimiento menor a lo esperado. Ya el primer trimestre fue decepcionante, al tenerse sólo un incremento del 0.2%, decayendo drásticamente la inversión industrial y las exportaciones manufactureras (estas últimas significaron ocho por ciento menos durante el trimestre). Ahora, el segundo semestre tiene un comportamiento errático, pero todavía muy por debajo de los resultados esperados. Al cierre de abril, la recuperación en el segundo trimestre está siendo “sólo moderada”, dicen los analistas. La producción industrial decayó -0.3%, en tanto que la producción manufacturera tuvo un nulo crecimiento (es decir, 0%) fuertemente presionada todavía por la fortaleza del dólar, que tiende a encarecer las exportaciones norteamericanas. Estos datos confirman que la economía del vecino país del norte sigue en un “stop”, lo que augura un desempeño por debajo de los pronósticos a lo largo del año. Esta situación, combinada con la mayor volatilidad monetaria internacional y el persistente bajo precio del petróleo, hicieron ajustar al Banco de México las expectativas de crecimiento en el año para la economía mexicana, estableciéndola en un rango del 2 al 3%, con una media aritmética del 2.5%. El INEGI, por su parte, al dar a conocer el reporte del PIB correspondiente al primer trimestre del año, confirmó que éste había sido del 2.5%. En consecuencia, los demás actores del sector privado hicieron lo propio y corrieron sus expectativas entre el 2 y 2.5% en el mejor de los casos. Finalmente, a la Secretaría de Hacienda no le quedará de otra que ajustar la cifra de crecimiento al 2.5%, con el señalamiento del titular, Luis Videgaray, de que esta cifra debe verse a la luz del contexto en el que la economía mexicana muestra dinamismo cando el mundo tiene una recuperación lenta. Claro, todo esto emociona a los economistas: “México la está haciendo bien” dicen tanto las agencias evaluadoras como los organismos multilaterales, que aprecian que se está haciendo con las reformas estructurales y la disciplina financiera del sector público; hasta Carstens se emociona, “habrá turbulencias, pero será benéfico para México”, dice. Para los demás, tales noticias de la economía real, en temporada electoral, no son precisamente buenas noticias. 5. Eventuales Sesiones Extraordinarias Aún se sigue manejando la posibilidad de que se tenga un periodo de sesiones extraordinarias en el Congreso, con cierto desfase entre las Cámaras. En el entorno de las sesiones de la Comisión Permanente se valoran los temas que quedaron pendientes, estando algunos dictámenes casi a punto para su eventual votación, como son, por ejemplo, la Ley de Hidrocarburos que busca frenar el robo de combustible y penalizar con mayor severidad a los ladrones en ductos y gasolinerías; así como la enormemente necesaria reforma a la Ley de Ahorro y Crédito Popular, conteniendo las bases de solución al fraude de Ficrea e integrando las inquietudes de las sociedades financieras de ahorro cooperativo (Soficos) que tanta movilización e inquietud generaron. Ello podría implicar que, transcurrida la jornada electoral, el Senado pudiera realizara sus sesiones extraordinarias para modificar y aprobar ambos proyectos legislativos, para posteriormente la Cámara de Diputados recibirlos, dictaminarlos y citar a sesión extraordinaria para hacer lo propio. Sería posible entonces que hubiera sesiones extraordinarias después de las elecciones del 6 de junio.