Desacumulación de reservas

25 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Desacumulación de reservas

FED

Sin duda, el 2016 habrá de ser un año complicado debido a la incertidumbre y la desaceleración mundiales

1. Rasgos del Paquete Económico 2016

Un dato importante en el paquete económico mexicano para el 2016, es que en esta ocasión, el costo del ajuste presupuestal, que se estima en 1.15% del Producto Interno Bruto, habrá de ser absorbido por el gobierno mexicano, manteniendo además el objetivo de no aumentar los impuestos ni aplicar el IVA a alimentos y medicinas.

El proyecto enviado por el Ejecutivo federal a la Cámara de Diputados ha sido propuesto con toda responsabilidad, en torno a los ejes planteados por el Presidente en el Plan Nacional de Desarrollo: un México en paz, incluyente, con educación de calidad para todos, próspero y como actor con responsabilidad global.

Necesariamente, y como se ha dicho, con responsabilidad, busca responder a las necesidades actuales del país tomando en cuenta la situación económica mundial, la baja internacional de los precios del petróleo y el incremento en las tasas de interés, encontrado áreas en las cuales es posible ejercer medidas de austeridad sin que se afecte el impulso al crecimiento o la protección social a las familias, en lo que, pese a la situación de intensa volatilidad internacional, en el país se ha logrado mantener la estabilidad en su nivel de precios y en las tasas de interés, además de perfilarse un ritmo de crecimiento mayor al de 2014.

En este sentido, se observa que el comienzo de la implementación de las reformas estructurales ha sido pieza clave para alcanzar resultados ya perceptibles en la economía familiar: baja de precios de telefonía fija y móvil, desaparición del cobro de larga distancia; reducción de tarifas eléctricas, que van del 8% residencial al 30% industrial; desaparición de los “gasolinazos” y reducción real del precio del gas doméstico; adelantamiento para 2016 del inicio de liberación del precio de las gasolinas; 26 mil escuelas de calidad y tiempo completo; distribución de un millón de tablets a alumnos de 5º y 60 grado y, sobre todo, se han generado un millón 400 mil empleos formales en los últimos tres años, en un contexto de reducción sostenida de la tasa de inflación, que se sitúa en torno al 2.53% en el último trimestre. Con esa visión de mayor eficiencia en el mercado y mejor desempeño de las políticas públicas, es que se ha logrado formular una propuesta de presupuesto base cero y fortalecer la estructura del gasto público, lo cual reduce significativamente el gasto corriente del gobierno en el equivalente a 180 mil millones de pesos.

Sobresale, en lo que es una excelente noticia para los Estados y Municipios, que los ajustes no habrán de afectar esencialmente sus finanzas públicas, pues se plantea al Congreso transferir recursos federales por un monto similar al de 2015 en términos reales. La cobertura de participaciones se incrementará un 8.5 por ciento respecto al año anterior.

En otros rubros se ha dado prioridad a los programas que contribuyen a reducir la desigualdad e impulsar el crecimiento económico, desapareciendo o fusionando unos doscientos programas, para sostener aquéllos que a lo largo del tiempo han acreditado un mayor impacto social.

Se fortalecen igualmente los programas de combate a la pobreza, seguridad pública, ciencia y tecnología, educación y cultura y se crean programas como el Programa Nacional de Inglés al considerarlo prioritario para la nueva calidad y competitividad educativa que se está planteando con la reforma educativa.

En el mismo sentido, se propone la creación de la Secretaría de Cultura para dar un mayor impulso a la protección, creación de bienes culturales y engrandecimiento de la cultura del país, sin que ello implique incurrir en mayores gastos.

Al respecto, el titular de Hacienda, Luis Videgaray Caso, habrá de comparecer en la semana en las Cámaras de Diputados y de Senadores para explicar el sentido del paquete económico y dar respuesta a los interrogantes que del mismo se desprenden, sobre todo si con el desafiante entorno internacional, las previsiones y estimaciones realizadas resultarán suficientes para que las reformas sigan dando resultados, crecer a un mejor ritmo, generar los empleos necesarios y sostener la inversión en infraestructura, tal como se ha planteado.

2. Desacumulación de reservas

Finalmente, en su reunión del 17 de septiembre, la Reserva Federal de los Estados Unidos decidió, por votación dividida, postergar un trimestre más el inicio de la normalización monetaria que implica la elevación de las tasas de interés. De haberse dado, la elevación habría implicado un cuarto de punto, situando la tasa de referencia en 0.5%, para quizás en un año más ubicarse en 1%.

La FED consideró que, no obstante la situación interior de la economía norteamericana (buena tasa de crecimiento y prácticamente en pleno empleo), el incierto contexto internacional, caracterizado por la desaceleración del crecimiento mundial (que incluye a China, situada ahora en una perspectiva del 6% y los intentos para internacionalizar el yuan, así como la recesión en Brasil (-2%) y Canadá (-1%)) y los persistentes bajos precios del petróleo, dejaría sin cambios la tasa de referencia. En todo caso, dijo Janet Yellen, presidenta de la FED, en lo que resta del año habrá de darse el alza, que significaría el retorno a las prácticas de libre mercado en la economía norteamericana.

En sentido estricto, la normalización de las tasas ha sido asimilada ya por los mercados, con la presión reciente sobre las principales divisas del mundo que ha llevado la paridad, en el caso mexicano, más allá de 17 pesos por dólar, restando por aplicar únicamente la igualación de las tasas, es decir, en la medida en que suba la tasa norteamericana, habrán de subir las tasas de otros bancos centrales para compensar la volatilidad de los capitales.

Quizá la postergación signifique un alivio momentáneo para las tesorerías, sobre todo aquellas con deuda pública importante (la mexicana es de 160 mil millones de dólares) porque al elevar las tasas, se eleva el servicio de la misma. Otro dato importante en el caso mexicano, es la reducción sostenida que han tenido las reservas internacionales para sostener la velocidad del deslizamiento del peso en niveles de control.

Según los informes del Banco de México, el saldo neto de las reservas monetarias del país en la semana que concluye anda ya por los 180 mil millones de dólares, lo que implicaría una desacumulación cercana a los 15 mil millones de dólares de marzo de este año a la fecha, cuando llegamos a tener hasta 195 mil millones en esta cuenta.

No obstante el dispositivo preventivo de venta de dólares (hasta 400 millones diarios) para contener el deslizamiento del peso, la paridad de la moneda tiende a irse hacia los 18 pesos por unidad debido a factores sobre todo externos, como son la volatilidad internacional y la desaceleración o recesión de otras economías globales como China, Canadá y Brasil, pero también internos, dado que las finanzas públicas aún no terminan de despetrolizarse, con una perspectiva de bajos precios del crudo aún por varios años. En las finanzas nacionales, los ingresos petroleros representan aún el 20% del total.

La corredora Goldman Sachs ha señalado la posibilidad de que, en un mercado de abundancia petrolera dada la incorporación de nuevos y poderosos productores como Irán y los propios Estados Unidos, el precio del crudo podría llegar a los 20 dólares, en tanto que para JP Morgan, la razón entre deuda externa y reservas monetarias del país se estaría acercando demasiado a uno, es decir, el saldo neto de la deuda externa nominada en dólares se encuentra en 160 mil millones, en tanto que las reservas internacionales están en 180 mil, lo que hace una razón matemática de 0.9, es decir, de suficiencia inmediata pero de mayor riesgo futuro.

La desaceleración del crecimiento mundial se ha reflejado necesariamente en la reducción de las perspectivas propias. Si se pensaba que sería posible crecer al 3.9% en 2016, como era posible pensar a principios del 2015, en esta ocasión la SHCP ha estimado que la cifra se ubicaría en torno al 3%, siendo para el 2015 prácticamente un punto menos, del 2.1%. Sin duda, el 2016 habrá de ser un año complicado debido a la incertidumbre y la desaceleración mundiales, en el que las previsiones económicas podrían faltar una vez más a su palabra. En tiempos tan volátiles como los que vivimos, la economía suele transformarse en un arte en el que una parte de los economistas se la pasan explicando por qué no se cumplen las previsiones de la otra parte.

3. La Gran Encuesta

Ahora que el Presidente Enrique Peña Nieto asiste a la Asamblea General de la ONU y a la Cumbre por el Desarrollo Sustentable, los datos de La Gran Encuesta que en su decimoprimer corte publicó la casa encuestadora Consulta Mitofksy permiten conocer de qué manera las distintas sociedades de los países de América sostienen las exigencias públicas y valoran a sus dirigentes y a sus instituciones.

Los datos de La Gran Encuesta tienen, como es dable suponer, múltiples aristas. Las más visibles y mediáticas se refieren a la popularidad presidencial en México, que se muestra en declive, en consonancia con el set de encuestas publicadas recientemente. Mitofksy la sitúa en un nivel del 36% en el grado de acuerdo de la población, frente a un 61% de desacuerdo. El principal problema que el Presidente Peña enfrenta, según la encuesta, es el que se refiere a la seguridad, cuya percepción había venido disminuyendo pero que en este 2015 vuelve a colocarse en los niveles de mala percepción que tenía en 2013, esto es, el 55% piensa que la inseguridad es el problema, frente a 36% que sostiene que es la economía.

Otras conclusiones observadas son las siguientes:

La evaluación del Presidente disminuye tres puntos en el último trimestre, debido principalmente a la fuga del capo Joaquín Guzmán Loaera (a) El Chapo. Los momentos que más han afectado los niveles de aprobación presidencial fueron las detenciones de la maestra Elba Esther Gordillo y de “el Chapo” Guzmán favorablemente hace más de un año, en tanto que el caso Iguala y la fuga del propio “Chapo” jugaron en contra ya en fechas cercanas. En su detención en 2013, Elba Esther significó 6.6 puntos de aprobación; al igual que “el Chapo” representó 2.7 puntos. En cambio, en 2014, el caso Iguala le restó 6.1 puntos, y la fuga del “Chapo significó 3 puntos menos.

Para el 22% de los encuestados el país lleva un rumbo correcto, en tanto que 66% señala que el rumbo es incorrecto.

Se percibe también una caída en la aprobación hacia los gobernantes en los tres niveles de gobierno. De agosto de 2007 a 2014, la aprobación promedio de los gobernadores pasó de niveles del 70% al 45% actual, cayendo 25 puntos porcentuales desde entonces. Similar comportamiento se observa para los Presidentes Municipales.

La reforma más recordada por los ciudadanos en forma espontánea es la energética (29%), luego la educativa (28%); en lo que se refiere a la ponderación sobre la importancia de las reformas, prevalece la educativa sobre la energética (27% a 16% respectivamente).

En los próximos tres años, aún cuando uno de cada tres mexicanos pensaría en nuevas reformas, el 56% considera que deben mostrarse resultados de las reformas ya aprobadas.

La corrupción y el narcotráfico figuran también de manera significativa en las preocupaciones de los mexicanos.

4. Popularidad presidencial comparada

La Gran Encuesta incluye asimismo el ranking de aceptación de los mandatarios en los países del continente americano.

Al respecto, se perciben tres segmentos: los que están muy bien evaluados, que paradójicamente son los gobiernos más autoritarios de la región; luego, los que se encuentran en la zona media, que de alguna manera pudieran situarse en la normalidad democrática; y por último, los que están mal y muy mal evaluados, países que constituyen un coctel de mandatarios salientes o repetidores con malos resultados en sus economías.

En el primer caso, los mandatarios muy bien evaluados son el presidente de República Dominicana, Danilo Molina, quien resulta el mejor evaluado con 85% de aprobación; le siguen los presidentes Evo Morales, de Bolivia, con el 75%, y Daniel Ortega, de Nicaragua, con el 70%. En la zona mediana, en donde se ubica México, están el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, con 58% de aprobación; Rafael Correa de Ecuador con el 50%; Tabaré Vázquez del Uruguay con el 48%; Salvador Sánchez Cerén de El Salvador, Juan Orlando Hernández de Honduras y Raúl Castro de Cuba, con el 47% cada uno; el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ha repuntado al 45%, luego están Enrique Peña Nieto de México y Stephen Harper, de Canadá, ambos con el 36%.

Entre los mandatarios mal evaluados, se encuentran Cristina Fernández, de Argentina, con el 32%; Juan Manuel Santos, de Colombia, con 28%; Michelle Bachelet, de Chile, en el 26%; Horacio Cartes, de Paraguay, con 25% y Nicolás Maduro, de Venezuela, con el 24%.

Finalmente, los muy mal evaluados son el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, con 20% de aprobación, Ollanta Humala del Perú en el 17%; todavía figuraba en la medición Otto Pérez Molina de Guatemala, quien cayera del poder en el 12% de aprobación, y en el sótano de la estimación se encuentra la presidenta Dilma Rousseff de Brasil, con sólo 8% de aprobación. El promedio de aprobación en los países americanos, de acuerdo con las cifras anteriores, es del 40%.

5. Evaluación institucional

La evaluación en el aprecio ciudadano del desempeño de las principales instituciones en nuestro país, en una escala del 1 al 10 que es fácilmente comprensible entre la aprobación y la reprobación pública, arroja otra vez, en el caso mexicano, la mayor apreciación por instituciones autoritarias y eficientes pero cercanas a la sociedad, en demérito de la clase política y las instituciones de representación o control, en las que se carga el déficit democrático.

Al respecto, las Universidades, la Iglesia, el Ejército, la Comisión de Derechos Humanos, los Medios de Comunicación y las Encuestas obtienen entre 7.6 y 7.0 puntos, los máximos otorgados –ninguna institución llega a 8.0, lo que revela en general un severo déficit institucional--. Estas gozarían, por tanto, de credibilidad y confianza.

“De panzazo”, resultan evaluados los bancos, empresarios, el Instituto Nacional Electoral, las cadenas de televisión, la Suprema Corte de Justicia y el Presidente de la República, entre 6.8 y 6.1, apenitas para este último.

Reprobados, resultan los senadores, los diputados, la policía, los sindicatos y en el fondo, los partidos políticos, con calificaciones que van del 5.7 al 5.3 para los últimos mencionados. Cabe señalar al respecto que en estudios similares realizados en países con democracias consolidadas, la evaluación suele estar invertida, registrando mayor aprecio ciudadano las áreas de expresión del sector privado, seguido de las instituciones representativas y al final, las que corresponden a las instituciones autoritarias.