Desde Guerrero: ‘Los sentimientos de la Nación’

19 de Abril de 2024

ejecentral

Desde Guerrero: ‘Los sentimientos de la Nación’

angelAguirre

El momento era esperado semanas antes a pesar de los ires y venires del dirigente del PRD-Nueva Izquierda, Carlos Navarrete, que un día pedía perdón por los pecados políticos cometidos por su partido ahí; otro día apoyaba y otro desapoyaba y un día apoyaba y otro desapoyaba al gobernador perredista de Guerrero, en una muestra de lo que no debe hacerse en política.

Al final presentó su solicitud de licencia Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien dejará de ser gobernador del estado, en uno de los peores momentos de la entidad y del país...

Transcurrieron 27 días desde la tragedia de Iguala para que dejara el cargo quien, paradójicamente, llegó a ser gobernador sustituto del PRI en marzo de 1996 para concluir el mandato del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer luego de que el 28 de junio de 1995 policías estatales dispararon contra campesinos en el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez: murieron 17 personas y el gobernador tuvo que pedir licencia.

Al término de su gestión interina de unos cuantos días ese mismo año, Aguirre siguió acumulando poder político luego de que como priista había sido electo Diputado Federal por el VI Distrito Electoral Federal de Guerrero y la LV de 1991 a 1994; desde 1993 a 1996 fue además Presidente estatal del PRI en Guerrero.

En 2010 manifestó su interés por la candidatura del PRI a la gubernatura de Guerrero, en las elecciones que se celebrarían el 30 de enero de 2011. Sin embargo, cuando el PRI anunció que el candidato sería Manuel Añorve Baños, Aguirre, en una maroma política, ‘manifestó interés’ por la candidatura del PRD.

Este partido lo apoyó junto con el PT y Movimiento Ciudadano. Y ganó las elecciones para un periodo de cuatro años y siete meses de acuerdo con la reforma electoral federal, para empatar los comicios locales con los federales.

Así que ese domingo 30 de enero de 2011, el Programa de resultados electorales computó que del 99.61 % de las casillas Aguirre había ganado el 55.92 % para sumar un total de 671,012 votos, contra el 42.74 % de su contendiente del PRI, que sumó 512,830 votos.

Hay muchas lecciones en este procedimiento y en esta historia que pasa de lo político a lo truculento: En primer lugar el abuso de fórmulas electorales en las que los candidatos se empeñan en el poder que es al mismo tiempo negocio y estatus; y buscan salidas de emergencia en Partidos políticos que entregan su membrete sin conocer a su candidato y sin que éste coincida ni siquiera en lo mínimo con su ideología, su doctrina y su programa de gobierno...

...Como es el caso del PRD que lo mismo apoyó a Aguirre como al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, o a Leonel Godoy en Michoacán –quien dejó a un estado en la penumbra-, o al hermano de éste, Julio César Godoy Toscano, diputado perredista a quien sus compañeros diputados introdujeron a la Sala de Sesiones y después, cuando se conocieron sus presuntas fechorías, sacaron la mano, o a... ese es el tono de su ‘izquierda mexicana’.

Se va Aguirre Rivero pero el problema persiste, y es más grave aún. Casi un mes y los 43 muchachos no aparecen; el gobierno federal y estatal no encuentra salida política a la tragedia, en tanto que el país, todo, está enfurecido por el mundo de triquiñuelas y complicidades y asociaciones delictuosas entre políticos-autoridades y crimen organizado.

Las críticas en todo el mundo, al estado de la situación en México y la exigencia de que aparezcan los muchachos calan fuerte en el gobierno de Enrique Peña Nieto que está acostumbrado al halago internacional –pagado si se quiere-, y al reconocimiento de ser “el presidente del momento mexicano”. Tlatlaya y Ayotzinapa terminaron con el sueño.

¿Qué sigue? Reconstruir todo. Es la oportunidad histórica para Enrique Peña Nieto de dejarse de ser un gobierno mediático para convertirse en un hombre de Estado. ¿Puede? Nadie lo sabe. Lo que sí se sabe es que el país puede salírsele de las manos porque junto con la multitud de muchachos respondones en ejercicio de su libertad de expresión, aparecen ya padres de familia, empresarios, artistas, trabajadores...: una sociedad agraviada le exige justicia:

Ni mentiras, ni engaños ni retrasos: esa es la salida: y, ya, la recomposición de un país que permitió que los partidos políticos engañaran a los ciudadanos: todos los partidos políticos.

Sigue que se encuentre a los muchachos y se haga justicia. Sigue que ya pare la violencia criminal asociada con el poder político en el país; sigue que los Estados Unidos paren ya de consumir y exigir drogas para adormilarse mientras que en México muere gente culpable e inocente.

Sigue que los mexicanos asumamos la deuda de haber dejado hacer. La democracia se consolida cuando los ciudadanos de un país se entienden en democracia, con todas sus exigencias y no es sólo un asunto electoral: es una forma de vida, de libertades, derechos y responsabilidades.

En fin. Que hoy mismo en México vivimos al extremo. Pero hay tiempo de solución aun: el de la verdad, y el de que se abra paso al nuevo tiempo que ya asoma a través de la puerta y que exige entrar: no candados ni aldabas ni trancas van a impedirlo.

¿Un sueño guajiro? Si. Pero despierto y con los pies en la tierra y con el recuerdo de que ahí mismo, en Guerrero, el 14 de septiembre de 1813, Morelos nos dio a conocer “Los sentimientos de la Nación”.