Despetrolización

20 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Despetrolización

PEMEX

La caída de los precios internacionales del petróleo abre la posibilidad de plantear un esquema fiscal basado en la recaudación y menos en los ingresos petroleros.

1. Despetrolización.

Por lo menos desde el año 2000, uno de los objetivos centrales del país había sido la despetrolización de las finanzas públicas, es decir, que los ingresos petroleros dejaran de representar, en ese entonces, más del 50% de los ingresos públicos. No obstante los esfuerzos realizados al respecto, sobre todo con la reforma hacendaria del 2013, en el presupuesto de egresos del gobierno federal para 2014 los ingresos petroleros aún representaron el 32% del total. Paradójicamente, lo que ha forzado al gobierno federal a una real despetrolización de las finanzas públicas ha sido la crisis de los precios internacionales del petróleo, que en un año cayeron del orden de los 100 dólares el barril, a sólo 45, que para las finanzas públicas significa, entonces, una participación de los ingresos petroleros en sólo 18% del total para el ejercicio fiscal del 2015, proporción que podría mantenerse también para el del 2016 y subsecuentes.

Al respecto, lo que en otras condiciones sería una muy mala noticia podría no serlo tanto, pues ya no somos un país tan dependiente los ingresos petroleros como antaño. La transformación productiva que ha acontecido en la economía nacional en los últimos veinte años es algo trascendente. El petróleo, en el total del contexto nacional, representa hoy una proporción menor al 10% del Producto Interno Bruto, lo que es realmente una buena noticia pues la producción de bienes y manufacturas no petroleras supera ampliamente a lo generado por la industria petrolera nacional. Más aún, la participación de todo el sector público en el Producto Nacional, es ya inferior al 25%, con lo que el valor de la producción generada por los particulares y el sector social supera tres a uno el peso total del gobierno.

De esta forma, nuestra economía se ha ido despetrolizando, hoy no somos ya un país esencialmente petrolero, lo que en buena medida explica que la profunda caída en el precio internacional del energético apenas y se ha reflejado en el conjunto. Son sin duda buenas noticias, nuestra economía está empezando a parecerse cada vez más a las economías de los países más estables. Por ejemplo, en los Estados Unidos, no obstante que el gobierno federal no tiene aún la perspectiva clara de aprobación del presupuesto para el año fiscal 2016 y que dispone sólo de una aprobación parcial suficiente hasta el 11 de diciembre próximo para evitar el paro del gobierno, la situación apenas preocupa al conjunto de la economía, que crece a un ritmo sostenido del 2.5% anual, cifra realmente considerable para países de alto grado de desarrollo.

Al respecto, el secretario general de la OCDE, José Angel Gurría, destacó que el país ha enfrentado mejor que otros países emergentes el complicado escenario internacional.

“A veces los mexicanos somos muy duros con nosotros mismos, pero debemos reconocer que el entorno es muy difícil, muy complicado y México ha tenido las reacciones correctas y en tal virtud, en una circunstancia difícil le está yendo mejor que a muchos otros países. Viene un mejor 2016 para el mundo entero y también para México”, comentó.

Gurría subrayó que México está inmerso en el proceso de despetrolización ante la caída de los precios internacionales del petróleo, lo cual abre la posibilidad de plantear un esquema fiscal más benéfico para el país.

Gurría subrayó también que México ha logrado mantener la atracción de inversiones a pesar de la incertidumbre que se vive en los mercados internacionales.

“Lo que estamos viendo es que México está en un contexto difícil donde tiene que batallar más para vender, tiene que batallar más para atraer inversiones, pero lo está haciendo. Tenemos menores crecimientos que el originalmente previsto, pero así es como pasa en otras partes del mundo”, explicó.

2. Segunda ola de reformas.

Por otra parte, al referirse Gurría a las perspectivas inmediatas de México, subrayó que es imprescindible emprender una segunda ola de reformas.

El titular de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se muestra convencido de que, pesar de los avances al combate a la pobreza extrema, México sigue siendo el país más desigual de la organización.

Para enfrentar de mejor manera esta situación, es necesaria “una segunda ola de reformas que incluya el combate a la corrupción, el fortalecimiento del Estado de Derecho, desaparecer la informalidad y por supuesto, mitigar la desigualdad”.

Agregó, que hay también otros desafíos estructurales que vienen desde atrás como las carencias del sistema educativo, donde la reforma educativa está apenas tomando el curso debido.

En este sentido, las fallas en todo el sistema del Estado de Derecho tienen un costo directo en la eficiencia económica y el esfuerzo que se está intentando hacer ahora y que está en curso, aún no se percibe en la práctica, en la vida cotidiana, por lo que resulta más que urgente la actualización, modernización y hacer más efectiva y eficiente la administración de la justicia. Para recuperar la confianza ciudadana, para erradicar la tremenda corrupción que agobia al país, sin duda que tales áreas representan oportunidades de cambio en las que se tiene que seguir trabajando con denuedo.

Por lo pronto, Gurría enfatizó en la importancia de seguir a profundidad con el tema de la transparencia y detener la corrupción, que trasciende prácticamente a todas las esferas de las actividades públicas y privadas y que indudablemente tienen un alto costo para la eficiencia y la productividad de la economía en general, como también se percibe en la merma de los ingresos personales.

3. El impulso al crecimiento no vendrá del exterior.

En una línea coincidente, para el director del Banco de México, Agustín Carstens, la recuperación e impulso al crecimiento económico del país no provendrá del exterior, que crece lentamente, sino que provendrá de dentro, dependiendo del éxito o fracaso de la implementación de las reformas recientemente realizadas.

“Será muy difícil esperar que del exterior venga el crecimiento. La recuperación de Estados Unidos no se ha dado con el brío necesario y el impulso no será suficiente para el país”.

Al participar en el foro “Impulsando México, el futuro después de las reformas”, organizado por el Grupo Interacciones, Carstens dijo que será a partir de la implementación de las reformas que México podrá aumentar su crecimiento.

“Las cosas ya están sucediendo. Eso hará que México se distinga de otros países con crecimiento y estabilidad”, destacó.

Para Carstens, la crisis global de 2008 y 2009 no ha terminado de resolverse, con lo cual los retos globales son el bajo crecimiento, caída en precios de materias primas y la volatilidad ocasionada por la política monetaria en EU.

En alguna medida, un mejor desempeño interno sólo será posible a partir del despliegue del conjunto de reformas en curso de implementación. Ya se ha visto el incremento en el crédito y la baja en las tasas de interés que hoy son diez puntos menores que hace un par de años; asimismo, el incremento en el consumo, que ha crecido hasta en 6% mensual recientemente; la creación de empleos y formalización de la economía, que en los tres últimos años han representado más de un millón 600 mil nuevos puestos de trabajo, así como la baja de algunos precios de bienes y servicios público como la electricidad, el gas y los servicios de telefonía móvil e internet, que se reflejan, como dice el Banco de México, en la menor tasa de inflación observable desde hace treinta años, por debajo del 3% anual.

Pero, al contrario de lo que dice Carstens, lo que el país necesita es un buen desempeño tanto interno como externo. El solo desempeño interior resultará insuficiente si el exterior disminuye el requerimiento de productos mexicanos, dado que el comercio exterior está directamente relacionado con la producción de bienes y servicios. De ahí que iniciativas de expansión del comercio exterior como puede ser el Acuerdo Trans Pacífico resultan de indudable interés para nuestro país. Así como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte impulsó la economía a crecer y transformarse como no lo había hecho antes, el TPP habrá de significar en su momento una nueva expansión, en donde la gran tarea del Estado será el de aprovecharla para disminuir la desigualdad, que sigue siendo la gran asignatura pendiente.

4. “Reforma”, palabra mal evaluada por los mexicanos.

En distintas mediciones demoscópicas, la palabra “reforma” o “reformas” ha resultado mal evaluada por los mexicanos. 4 de cada 5 personas considera que se refiere a cosas que se pretendió hacer pero no están sucediendo o no tienen algún impacto directo en la situación económica personal o familiar.

De ello da cuenta la reacción viral al spot del gobierno en el que se pretendía ironizar con el asunto de las fuertes críticas a las reformas estructurales emprendidas, el del “ya chole con las reformas”, que por sensibilidad, como dijo el titular del Ejecutivo Federal, hubo de ser retirado del aire y del ciberespacio casi de inmediato.

El vocablo, que alude a los cambios estructurales realizados en el país, arrastra el efecto de la baja credibilidad que tiene el gobierno, como también cataliza el gran descontento que es posible observar en la población derivado del largo ciclo de situaciones de crisis que se han vivido en las últimas dos décadas, así como por la insatisfacción generada con la persistente pobreza, desigualdad y escasas oportunidades de mejoría, incluida la constante compresión de las clases medias, ubicadas en gran medida en la línea de transición entre la pobreza y la medianía.

Quizá una mejor manera de posicionar positivamente al gobierno no resulte de alardear, sino el mostrar los resultados de la marcha de las reformas. Los datos duros dicen más que mil palabras: cuánto se han reducido las tarifas de electricidad; la congelación del precio de las gasolinas y el gas; el mejoramiento del poder adquisitivo del ingreso debido a la baja inflación; el incremento en el número de empleos formales en la actual administración, el ahorro generado en una familia por la desaparición de las tarifas de larga distancia y la reducción el precio de la telefonía móvil; el porcentaje en que han bajado las tasas de interés y en consecuencia, el aliento al consumo de bienes intermedios, que significan mejoría en el nivel de vida.

5. Aprobación de la Ley de Ingresos de la Federación.

El lunes 19, la Cámara de Diputados aprobó en el pleno el dictamen de la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2016, mismo que fue turnado para su revisión y eventual refrendo al Senado de la República.En el mismo, son evidentes varios de los propósitos laudables de la actual administración que, como ha dicho su titular en varias ocasiones, harán que el Gobierno Federal asuma primordialmente el costo de cualquier ajuste, sin trasladarlo ni a la sociedad ni a las empresas.

* El correcto balance de los ingresos, considerando la ya comentada despetrolización de las finanzas públicas, al estimarse el precio del petróleo en 50 dólares el barril, que habrá de representar el 18% del total de los ingresos públicos o menos.

* No hay más ni nuevos impuestos, es decir, se mantienen los niveles y los mismos gravámenes adoptados desde la reforma hacendaria de 2013.

* Se observa la disminución de un gravamen, el impuesto especial a bebidas muy azucaradas, buscando incentivar la producción y distribución de bebidas bajas en azúcar, que son las que resultarían beneficiadas con un 50% menos del impuesto a las bebidas con alto contenido calórico.

* Se mantiene el objetivo del déficit público en 0.5%, lo que revela disciplina en el ejercicio de los dineros públicos.

* Se mantiene una perspectiva de crecimiento económico razonable, acorde a la situación de incertidumbre y volatilidad mundial.

* Se establece un mayor objetivo de incremento en la recaudación de ingresos tributarios, sobre todo IVA e ISR, como los pilares de los ingresos públicos.

* En conjunto, la Ley de Ingresos es responsable, prudente y sostiene la viabilidad de los programas sociales, el impulso a la economía e infraestructura, así como el apoyo al campo y a las familias.

No obstante el populismo hacendario que está mostrando el PAN, pretendiendo una reducción de impuestos que en los gobiernos azules nunca se impulsó (en realidad, en su tiempo el presidente Calderón incrementó los impuestos, elevó el IVA de 15 a 16%, y había creado dos impuestos nuevos, como fueron el IETU y el IDE, que estaban provocando doble contabilidad en las empresas); el PAN también ataca la homologación del IVA en las fronteras e impulsa una reducción brusca del precio de la gasolina, disminuyendo el actual IEPS que actúa favorablemente a las finanzas públicas.

Ello augura un debate intenso en el Congreso para defender la responsabilidad y el sentido social y económico del proyecto gubernamental, ante la embestida de los panistas, que establecidos en lo mediático y el discurso chicharronero, no alcanzan a argumentar por qué razón deben pagar menos impuestos quienes más tienen, en detrimento de quienes, con mucho menores ingresos, por ejemplo, en las zonas de La Montaña de Guerrero o de los pueblos indígenas de Oaxaca, tendrían que pagar el IVA del 16% o subsidiar el consumo de gasolina de los automovilistas.

Resulta previsible entonces prever que el Senado aprobará la minuta de la Ley de Ingresos en el tiempo previsto para ello, retornándola a la Cámara de Diputados para el 30 o 31 de octubre, con lo que los diputados estarían en condiciones, conocidos con precisión los ingresos, de pasar a integrar la filigrana del Presupuesto de Egresos, como es su facultad exclusiva, que deberá estar aprobado a más tardar el próximo 15 de noviembre.