¿Dónde estamos…?

19 de Abril de 2024

Ricardo Eguia

¿Dónde estamos…?

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No hace falta ser devoto ni sumiso aplaudidor de populismos tanto de derechas fundamentalistas del saqueo y/o la especulación, ni de izquierdas fanáticas viendo siempre al pasado para dejar de entender que uno y otro son extremos fracasados enmarañados que comparten líneas comunes de cruel absolutismo discrecional.

El “cambio” en México solo ha significado autodestrucción sexenal.

Como en el brutal mito de Sísifo a éste país y desde hace treinta o más años se le ha impuesto la barbarie de subir la misma empinada cuesta empujando la misma roca para después unos pocos beneficiarios lo hagan rodar hacia la sima obligándole a empezar y como maldición hundir al país en los mismos lodazales de la devaluación, más deuda pública y privada que no refleja más infraestructura productiva ni empleos dignos; embestidas salvajes con leyes facilitadoras del saqueo multiplicado de la riqueza nacional y con ello una economía siempre estancada, más desempleo, más pobreza de millones y más desigualdad.

En la anterior colaboración me preguntaba ¿qué somos? en un intento no sé si vano, que nos hiciera reflexionar como colectivo social para salir del marasmo y de ese fatal inmovilismo que incentivan a la repetición de las mismas políticas anacrónicas e inservibles; las mismas prácticas sin una hoja de ruta consistente hacia los siempre postergados beneficios sociales y las mismas añejas y por tanto altamente ofensivas promesas que ya no alimentan ni la fantasía de los niños y con las cuales se pretende torpemente infantilizar a los adultos.

Ahora y con la misma motivación de la columna anterior formulo la interrogante de ¿dónde estamos? para con rigor, sin métricas subjetivas, sin trucos, medias verdades ni simulación nos ubiquemos en los días aciagos que pueblan el futuro inmediato y donde ya no es nada nuevo que el 2016 inicia con el mismo sistema económico y financiero convulso preparándose para propinarle a éste país más zarpazos,recortes presupuestales sin reducción del gasto corriente inútil y privilegiando como siempre al capital especulativo lo que restringirá todas las actividades productivas generadoras de los empleos que se requieren con urgencia.

En apretada síntesis hoy estamos en un país con crecimiento económico casi nulo; con salida intermitente de capitales; consumo de reservas internacionales; menores entradas de capitales (IED) aumento de tasas para intentar retener inversiones en bonos soberanos; moneda debilitada con tendencia a los $20 pesos por dólar y con finanzas públicas petrolizadas (fueron por muchos años hasta el 33.3% y son ahora más del veinte por ciento del Presupuesto federal) y un precio del barril de petróleo de solo veinte dólares pero que en los sexenios de Fox y de Calderón fluctuó por arriba de los cien dólares pero esos enormes recursos fueron desviados y saqueados por ambos regímenes panistas; con esa devaluación más pesos para pagar la deuda externa incrementada; más puntos base de “riesgo país"; con los recortes menos inversión pública; hundimiento acelerado del mercado interno por salarios miserables; caída en los precios de las mercancías exportables; demanda agregada estancada; un país que exportaba y ahora es importador neto de hidrocarburos; sistema pensionario que permite a las “Afores/Siefores arriesguen, saqueen a discreción y acumulen pérdidas en perjuicio de la clase trabajadora que ha ahorrado más de dos billones seiscientos mil millones de pesos y ahora, sin regulaciones, en la más total opacidad han transformado a las Afores en simple “pila de agua bendita” donde todos (gobierno y las empresas privadas) le meten mano como fuente de oscura financiación perfilándose otro “robaproa” y por ende otra fuente de inestabilidad.

Ya no son ni la Banca oficial, menos la Banca privatizada fuentes de financiamiento, ahora saquean con furor y sin fiscalización alguna los ahorros en las Afores que con elevadas comisiones sostienen y permiten medrar a una faraónica estructura parasitaria integrada por la “CONSAR”, “AFORES” (Bancos privados) “SIEFORES”, “AMAFORE” más lo que se acumule en esas estructuras depredadoras que con la crisis exponen al sistema a criminales riesgos de insolvencias empresariales.

De 50 millones que conforman la PEA al menos 30 millones de personas en la informalidad (sin prestación alguna).

La Reforma Laboral precarizó, tercerizó y nunca reguló las “outsourcing” sacando raja de esas lagunas legales deliberadas empresas que triangulan, engañan a los trabajadores y evaden el pago no solo de prestaciones a los trabajadores sino también al fisco.

Inexplicable, malsana y trágica la Reforma que hizo de Pemex antes tren rugiente que “transportaba el 33.3% del gasto público federal, ahora con el mismo lastrante régimen fiscal de pillaje, más recortes y obligándole a contraer más deuda llevarlo al extremo de un simple trenecito camotero al que sobrevuelan los buitres para apoderarse de sus reservas petroleras.

Fuga hacia la nada de pesadilla reformar la Constitución, modificar el régimen legal de “Pemex” para quitarle la protección de empresa paraestatal y ubicarla en el callejón de su desaparición como “empresa productiva del estado”, pero sujeta al mismo oprobioso régimen fiscal, sinónimo de obvio empujón a “competir atado de pies y manos”.

La solución debería ser una Reforma Fiscal Integral y con impuestos progresivos a los que más ganan y gravar las herencias para dejar de sangrar a un Pemex heroico en un escenario nebuloso pues por más que se regalen reservas probadas a empresas nacionales sin experiencia y se liciten campos maduros a favor de empresas extranjeras las inversiones no llegarán ni se producirá más, en la medida que en el contexto internacional permanezcan bajos los precios del barril de crudo.

Por otra parte la Industria automotriz importa el 80% de los componentes y es en los hechos otra maquiladora grandota ¿de dónde entonces las fanfarrias, el mariachi y los fuegos pirotécnicos?

¿Hay acaso prosperidad general en México solo por exportar 2.76 millones de autos maquilados aquí?

¿Son estúpidos y/o pusilánimes 60 millones de pobres, 12 millones en pobreza extrema, siete millones de “NiNis” y 30 millones de informales por no aplaudir a esa gigantesca maquiladora? (De una columneja en El Financiero, titulada “Coño, las cifras automotrices no sacian a los recelosos”).

Como el espacio no da para más y hay muchos rubros de la economía complicada que requieren análisis ponderados tal vez podré abordar en ¿Dónde estamos? dos, pero hoy como colofón debo hacer alusión a la “tasa de explotación” que se enseñorea en México que implica enormes márgenes de ganancia para ese régimen de maquila que sin aumentar la inversión, ni dejar tecnología abusando de los bajos salarios hace crecer la opulencia de los empresarios, crece la pobreza, crece la explotación y crece el margen bruto de ganancias del capitalismo protegido.

¡Por ende si la descomposición es mayúscula, la simulación democrática pervive en una partidocracia enmascarada que se ha vaciado de representatividad; si el combate a las drogas es simulado y solo exacerba la violencia en la medida que aumenta la demanda en el principal país consumidor; si no se previene el delito y crece la criminalidad execrable; si la recaptura del hampón no es suficiente para recuperar la tranquilidad ciudadana ni el bienestar de las mayorías, ni siquiera para establecer el compromiso de una mejor procuración e impartición de Justicia; si no se tapan los túneles de la desigualdad, de la pobreza y del desempleo y se multiplican al igual que el lavado de dinero del narco en las estructuras financieras y bancarias, procede que con dignidad colectiva elevemos la voz de manera articulada y consistente pues somos mayoría los que cumplimos con las leyes y vivimos honestamente!

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