La historia del beso en la boca es fascinante, pues este gesto íntimo ha pasado por muchas significaciones, desde la más casta hasta la más erótica. Intentaré resumir miles de años en los que la humanidad ha rozado sus labios buscando más que la cercanía del otro.
No hay registros del beso en la prehistoria, sin embargo 1500 años antes de nuestra era los textos védicos hablan sobre cómo se “olían la boca” entre personas de sexos opuestos, existen también frescos egipcios de más de 3800 años que muestran a parejas besándose. En la Grecia antigua, donde las jerarquías eran muy importantes, se besaban sólo entre “iguales” y los hombres juntaban sus labios como muestra del más grande respeto. En la Roma antigua, Plutarco cuenta en una fábula que la tradición romana de besarse en la boca data de la época de la guerra de Troya y más tarde, con la expansión por Europa y el norte de África del imperio romano, se extendería el feliz hábito. Los romanos además diferenciaban tres tipos de besos: el ósculum (lo que para nosotros es beso de piquito), el basium (no es un beso social, sino de afecto) y el suavium (el beso sexual, erótico, de lengüita). Los cristianos usaban el beso de la paz entre ellos, Pablo de Tarso decía a sus fieles “salúdense los unos a los otros, por un santo beso”.
En la Edad Media había cuatro diferencias principales entre las maneras de besar: entre esposos, que es el beso más clásico; entre cristianos que a diferencia de la invitación de San Pablo a besarse castamente, en 397, el concilio de Cártago prohíbe el beso entre hombres y mujeres, solo los clérigos lo practican; entre señores y vasallos, se besan para validar su pacto entre protección del uno y sumisión del otro y entre caballeros, que con este gesto se demuestran un profundo afecto y el reconocimiento del apoyo mutuo.
En el Renacimiento las epidemias constantes tienen como efecto la desaparición del beso en público, aún los más puros. Sin embargo el libertinaje convierte al beso en una práctica erótico-sexual. En el siglo XIX las parejas solo se besan en la intimidad de su hogar, el beso es virtuoso y moral. Todo esto cambia en el siglo XX, cuando la mujer asume su sexualidad y nace el beso hollywoodense.
En el siglo XXI el beso en la boca está totalmente asimilado; se practica en privado, en público y entre personas de cualquier orientación sexual. Un estudio de Wlodarski y Dunbar demuestra que pasamos en promedio 20 000 minutos de nuestra vida besando a alguien más. Mmmmmh, ¡qué rico!.
En francés, la palabra embrasser (besar) viene de en bras, en español en brazos, de abrazar, de demostrar afecto. Expresa un gesto íntimo en sí y como diría mi hija: es la palabra más ad hoc, pues captura la esencia misma del beso, pues abrazar es cariñoso, cercano y vinculante.
Hagamos efectivos esos 20 000 minutos y más, que le haremos un bien a la humanidad, estoy segura.
¡Hasta la próxima!
@didiloyola