El colapso del Estado Islámico y el nacimiento del “terrorista fallido”

20 de Abril de 2024

El colapso del Estado Islámico y el nacimiento del “terrorista fallido”

Explosion in New York

NEW YORK, USA - DECEMBER 11: Fire brigade crew wait at the scene after an explosion occured at the Port Authority Bus Terminal in New York, United States on December 11, 2017. (Photo by Ertugrul Cingil/Anadolu Agency/Getty Images)

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Anadolu Agency/Getty Images

NEW YORK, USA - DECEMBER 11: Fire brigade crew wait at the scene after an explosion occured at the Port Authority Bus Terminal in New York, United States on December 11, 2017. (Photo by Ertugrul Cingil/Anadolu Agency/Getty Images)

El Estado Islámico parece inclinarse por voluntarios individuales para llevar a cabo ataques en nombre de un colectivo que casi ha dejado de existir como una entidad cohesionada

La mañana del lunes 11 de diciembre, un hombre de 27 años con una bomba casera atada a su abdomen entró en la transitada terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria de Manhattan e intentó explotarse en medio de los pasajeros. Debido a un aparente mal funcionamiento, la bomba que el atacante llevaba debajo de la chamarra no logró crear la carnicería que pretendía.

La única herida seria en el ataque fue sufrida por el propio terrorista, que según se informa es un residente de Brooklyn de origen bangladesí llamado Akayed Ullah. En una entrevista, el excomisionado del Departamento de Policía de Nueva York, Bill Bratton, dijo que el atacante “supuestamente activó el dispositivo en nombre del Estado Islámico” y describió el atentado fallido como “definitivamente un ataque terrorista”.

Si el ataque estuvo relacionado con el Estado Islámico, dice mucho acerca de las capacidades disminuidas del grupo. Varios años después de lanzar su insurgencia en Irak y Siria —un levantamiento que los líderes del grupo intentaron internacionalizar a través de actos de terrorismo global—, el Estado Islámico ha visto sus propiedades territoriales y su estructura de liderazgo diezmados por una campaña militar liderada por una improbable alianza de fuerzas respaldadas por Estados Unidos e Irán.

Ciudad en alerta. El intento de atentado ocurrió en las zona que conecta las estaciones de Port Authority y Times Square, en el Metro de NY. Foto: Tomada de www.theintercept.com

Sin embargo, en el corto plazo, el resultado neto de la destrucción del Estado Islámico como organización real puede ser un aumento en los llamados “atacantes fallidos”: individuos solos de dudosa competencia. Se cree que los ataques terroristas mortales en París y Bruselas que ayudaron a cimentar la imagen del Estado Islámico en Occidente como una amenaza relevante a la seguridad se llevaron a cabo con el apoyo del liderazgo central del grupo en Irak y Siria.

Pero ahora que la mayoría de esos líderes han sido asesinados o enviados a la clandestinidad, el grupo parece inclinarse exclusivamente por voluntarios individuales, para llevar a cabo ataques en nombre de un grupo que casi ha dejado de existir como una entidad cohesionada. Muchas de estas personas están débilmente conectadas con la organización central, y, en todo caso, están relacionadas con el grupo principalmente a través de las redes sociales, en vez de tener un contacto, capacitación o apoyo logístico cara a cara.

Según todos los informes, estos terroristas entusiastas del bricolaje no parecen capaces de llevar a cabo ataques complejos como los que cerraron París y Bruselas. Un ataque reciente en un camión en la ciudad de Nueva York, que mató a ocho personas, mostró que los partidarios del Estado Islámico pueden matar a inocentes en espacios públicos, pero incluso ese atacante de alguna manera falló: en un país con leyes de armas notoriamente laxas, el atacante no pudo conseguir armamento más mortífero que una pistola de perdigones y bolas de pintura, lo que limitó en gran medida el daño que podía infligir. También está el espectáculo cada vez más común del incompetente “atacante fallido”, como el atacante actual de la Autoridad Portuaria, así como otro hombre que no realizó un ataque con bomba en el barrio de Chelsea en Nueva York el año pasado.

›La implosión del Estado Islámico podría significar que el terrorismo se está volviendo más común, pero menos fatal. Si bien los grupos terroristas pueden ser atacados y desmantelados, evitar que atacantes solitarios cometan actos violentos de cualquier tipo es notoriamente difícil.

La regularidad de los tiroteos masivos individuales en Estados Unidos, incluidas las recientes masacres en Las Vegas y Texas donde mataron a docenas, sirven como un recordatorio de la naturaleza intratable de este problema. A pesar de matar a mucha más gente, esos ataques solitarios no dieron lugar a llamadas de la administración Trump a la represión de los grupos demográficos de los atacantes, a suspensiones de libertades civiles o a declaraciones de guerra contra enemigos internos.

La implosión del Estado Islámico podría significar que el terrorismo se está volviendo más común, pero menos fatal.

Incluso en su apogeo, el Estado Islámico nunca planteó una amenaza existencial para la seguridad de Estados Unidos o Europa, a pesar de lo beligerante de su propaganda, a menudo eco de los medios y figuras políticas. En su forma diezmada, el Estado Islámico hoy representa más que una sofisticada organización terrorista capaz de cerrar la sociedad occidental, una molestia mortal. Es probable que atacantes solitarios continúen intentando suicidarse y matar a los demás en nombre del grupo, ya sea por deseo de venganza, debido a alguna inestabilidad mental o simplemente porque no recibieron el memo sobre la desaparición del “califato”. En lugar de sucumbir a la histeria, podría ser útil pensar en el Estado Islámico disminuido y sus partidarios en estos términos: como una amenaza crónica, pero manejable para la seguridad pública.

Hace unos años, en el apogeo de su poder en Irak y Siria, el Estado Islámico comenzó a amenazar con desencadenar un conflicto religioso apocalíptico entre musulmanes y no musulmanes en todo el mundo. Podemos decir que el grupo fracasó estrepitosamente. Seguramente surgirá más información sobre el ataque, pero por el momento una cosa parece clara: En lugar de ser un “soldado del califato” o cualquier otro emisario del apocalipsis, Akayed Ullah parece algo muy familiar para la gente de Nueva York y las grandes ciudades del mundo: un criminal fracasado.

Traducción: Carlos Morales.