La diplomacia parlamentaria, desde el punto de vista del Derecho Parlamentario, es un concepto que hace referencia al conjunto de relaciones interinstitucionales entre legisladores nacionales y parlamentarios extranjeros, autoridades de gobierno de los Estados, organizaciones internacionales regionales, multilaterales o supranacionales, o bien, por órganos no gubernamentales; mediante la cual se abre un canal de comunicación de carácter parlamentario para llegar a consensos en diversos ámbitos, además de influir legítimamente en materia de aprobación de convenios internacionales o en los nombramientos, así como mecanismo de control entre poderes públicos. Si bien, el Poder Legislativo no desempeña competencias formales en materia de política exterior, pues ésta se detenta exclusivamente por el Presidente de la República, es necesario comentar que materialmente se ha consolidado, durante los recientes años, un nuevo andamiaje institucional en materia de diplomacia parlamentaria para nuestro país, el cual se instituye por medio de grupos de amistad, reuniones interparlamentarias, delegaciones permanentes ante organismos multilaterales, encuentros oficiales encabezadas por los presidentes de las Cámaras, así como reuniones organizadas por las comisiones de Relaciones Exteriores. Las expresiones de la diplomacia parlamentaria mexicana son amplias, sin embargo, están lejos de limitarse únicamente a lo conferido en el ámbito legal; por lo que se han logrado ampliar hacia otros rubros de las relaciones internacionales y con distintos actores internacionales como jefes de Estado, embajadores y cónsules nombrados por sus respectivos Estados ante México. Esta configuración en el ámbito parlamentario ha permitido que los presidentes de las mesas directivas de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, en uso de sus atribuciones legales enmarcadas en los artículos 23 párrafo 1 fracción l, y 67 párrafo 1 fracción f, de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, puedan tener una representación de gran importancia en las relaciones y reuniones de carácter internacional, hacia el exterior; aunque también existe la posibilidad de delegar esta atribución en la persona o personas que resulte necesario, que por lo general son representantes populares. Para el caso de la Cámara de Diputados, durante el transcurso de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión, el presidente de la Mesa Directiva, Dip. Jesús Zambrano Grijalva, se ha reunido con miembros integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, acto en el que también destacó la presencia del Dip. César Camacho, presidente de la Junta de Coordinación Política de dicho cuerpo parlamentario; se recibió al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein; hubo fructíferos encuentros en San Lázaro con legisladores japoneses, encabezados por el presidente de la Cámara de Consejeros, Masaaki Yamazaki, para luego visitar aquel archipiélago asiático, donde fue recibido y pronunció un discurso en el Pleno de la Cámara de Representantes de la Dieta. Asimismo, sostuvo conversaciones solidarias con Andrea Orlando, ministro de Justicia de la República Italiana. En el Senado de la República también se lograron consolidar acercamientos no sólo con eurodiputados y representantes de diversos Estados, donde su presidente, el Sen. Roberto Gil Zuarth, de manera conjunta con el de la Cámara de Diputados, encabezaron la apertura del Foro Mundial de Legisladoras Parlamentarias —por sus siglas en inglés WIP—. De igual manera, no es de olvidar que la Mesa Directiva elaboró y remitió oficio con una cordial invitación al Papa Francisco, con la finalidad de recibirlo en el Pleno del Senado en sesión solemne, pero a la que lamentablemente no pudo asistir debido a la apretada agenda del mandatario de la Santa Sede. Aunque éstas son sólo algunas expresiones diplomáticas en la práctica legislativa, no debe olvidarse que, en la actualidad, las actividades desempeñadas por el Poder Legislativo se han ampliado de manera significativa, en un gran espacio que no se delimita únicamente en las expresiones legales conferidas a los presidentes de cada una de las Cámaras; aunque es de reconocer que dichas relaciones tienen un eje rector que, por naturaleza diplomática, requiere la participación de estas autoridades parlamentarias de cierto nivel, para su correcta protocolización. A este respecto, se han logrado constreñir vínculos con actores de la sociedad civil internacional y el Poder Legislativo mexicano, como es el caso del Dip. César Camacho, quien ha sostenido reuniones con académicos del continente americano y europeo, principalmente provenientes de países como España, Francia, Grecia, Ecuador, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Paraguay, Venezuela, Ecuador y Guatemala, quienes participaron en el Seminario Internacional “Fuentes Históricas de la Constitución de 1917”, acto coordinado por el distinguido investigador de la UNAM, Dr. Jorge Fernández Ruiz, así como por el experimentado y conocedor Dr. Sadot Sánchez Carreño, director del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP). También es importante identificar dentro de este nuevo andamiaje institucional que se ha dado especial énfasis en ampliar las relaciones con distintos embajadores en nuestro país. El Poder Legislativo mexicano debe ser consciente del papel que juega actualmente en la configuración del sistema político mexicano, fungiendo muchas veces como una institución de control político que representa a la sociedad mexicana. Es justamente en este marco de relaciones que el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados logró reunirse con embajadores de 19 países de la Organización para la Cooperación Islámica, quienes abogaron por un pronto reconocimiento del Estado Palestino y pidieron al gobierno mexicano reafirmar su posición respecto al tema. Además, se han aprovechado los espacios del Congreso para sostener conversaciones con el embajador de Japón en México, Akira Yamada, para acelerar la instalación de grupos de amistad entre ambas naciones; o bien, con el embajador de Italia, Alessandro Busacca, con quien más de una vez se han compartido preocupaciones y problemas comunes entre ambas naciones, y se han buscado vértices de solución. San Lázaro también ha sido sede del intercambio de posicionamientos, de primer nivel, donde se han encontrado presentes los embajadores de la República Popular China, Qui Xiaoqui; de la República Islámica de Irán, Jalal Kalantari, y de la República de Taiwán, Carlos Liao, quienes han reafirmado las excelentes relaciones diplomáticas, comerciales y culturales con México. Estos encuentros entre algunos actores del Poder Legislativo y los jefes de las misiones diplomáticas en nuestro país, o bien miembros de la sociedad civil, deben lograr fortalecer las relaciones entre países con la finalidad de velar por un mayor intercambio no sólo de ideas, sino de personas y capitales que permitan las mejorías sustantivas en la calidad de vida de los ciudadanos. Una correcta combinación entre mecanismos tradicionales como el papel de los puntos de acuerdo en ambas Cámaras Federales, que ayudan a formular pronunciamientos institucionales con la finalidad de promover la paz, el entendimiento y los lazos de solidaridad entre naciones; con unas relaciones directas de entendimiento entre actores internaciones, lograrán invariablemente nuevas vías de incidencia en la vida pública y en la toma de decisiones de nuestra nación y hacia el exterior. Los diputados y senadores, como representantes de las distintas voces de la sociedad, deben actuar como facilitadores de acuerdos, receptores de opiniones, conciliadores de intereses y mediadores que aseguren las buenas relaciones internacionales; lo anterior, por supuesto, no como simuladores paralelos al Servicio Exterior Mexicano, sino como nacionales que representen las mejores costumbres de México ante el extranjero.
@jlcamachov