El regalo que el primer ministro japonés Shinzo Abe dio al presidente electo estadunidense Donald Trump la semana pasada, un fino y costoso palo de golf, fue elaborado por una empresa propiedad de un empresario chino.
Podría tratarse de un ejemplo de la globalización y un mensaje a un defensor del proteccionismo y crítico del libre comercio, acotó el experto japonés Tomoo Marukawa.
El origen del palo de golf ocupa aún a la prensa japonesa y china, que continuaron así sus comentarios y análisis sobre la primera visita de un líder político internacional a quien será el presidente número 45 de Estados Unidos.
Abe se convirtió la semana pasada en el primer visitante extranjero de alto rango en visitar al mandatario electo. Hasta ahora, no se ha registrado otra.
El palo de golf costó medio millón de yenes, unos cuatro mil 424 dólares, que fueron cubiertos por Abe de su propio bolsillo según este mismo aseguró a la Cámara de los Consejeros del parlamento japonés.
El artículo fue elaborado por Honma Golf Co, con oficinas en Tokio pero cuyos talleres se ubican en Sakata, en la prefectura de Yamagata, en el centro norte del archipiélago japonés.
Esta empresa se declaró en quiebra en 2005 y cinco años después la adquirió el hombre de negocios chino Liu Jianguio, quien la llevó a cotizar al mercado de valores de Hong Kong a partir del pasado octubre, informó Japan Times.
Como todos los productos de golf de Honma Golf Co. son manufacturados en la planta de Sakata, pueden ser considerados como “técnicamente japoneses”, añadió el rotativo.
Un vocero de la empresa explicó que uno de sus palos de golf más caros, uno de la serie BERES, fue adquirido por la cancillería japonesa, pero ignoraba su destino último. El ministerio de Asuntos Exteriores declinó comentar el tema.
Se trató de un regalo que atiende a una de las aficiones preferidas de Trump, quien será el mandatario estadunidense número 16 de los últimos 19 que juega golf con regularidad.
En los pasados 60 años ningún candidato presidencial golfista ha sido derrotado electoralmente por un aspirante que no practique ese deporte, señaló la revista Forbes con apoyo del libro “First off the tee: presidential hackers, duffers and cheaters from Taft to Bush”.
La reunión de Trump con Shizo Abe. Foto| @jenepsEsa serie continuó con la victoria de Trump sobre Hillary Clinton, quien no practica ese deporte como sí lo hace su esposo y expresidente William Clinton, acotó Forbes.
Pero más allá de la afición del mandatario electo por el golf, destaca también por sus 18 campos para la practica de ese deporte.
Pero con todo respeto para el próximo 45avo presidente, no todos ellos son los mejores como él lo afirma, indica Forbes que en seguida ofrece una lista de los 10 que sí considera entre los destacables.
La lista inicia con el de Turnberry, en Escocia, que en 2014 le costó 63 millones de dólares. Este campo estará fuera del British Open en 2020 debido a los comentarios de Trump sobre los musulmanes.
También en Escocia, conocida como el hogar del golf y frente al Mar del Norte, se ubica el de Aberdeen, una de las paradas obligatorias para los golfistas.
En New Jersey se encuentra el campo de Bedminster, a solo 40 minutos de Manhattan, que el año próximo recibirá el US Women’s Open.
En Florida el Doral Miami significó un gasto de 250 millones de dólares, pero que el PGA Tour rechazó como sede de uno de sus eventos luego de comentarios de Trump sobre los migrantes mexicanos. El evento fue trasladado a la ciudad de México.
A 30 minutos de Los Angeles se encuentra el quinto campo citado por Forbes, el Trump National Los Angeles, adquirido en 27 millones de dólares tras declararse en bancarrota.
De regreso a Reino Unido, el sexto campo es el de County Clare, en Irlanda, mientas que en Nueva York se encuentra el de Ferry Point, desde donde se aprecia el puente de Manhattan, en funcionamiento desde 1963 aunque Trump lo tomó apenas en 2011.
El octavo campo en la lista es el de Palm Beach, en Florida, mientras que el noveno es el Trump Philadelphia en Nueva Jersey y el décimo el de Hudson Valley, erigido sobre un antiguo campo de crianza de bisontes.
Ya en la Oficina Oval, Trump podría practicar este deporte en otro campo de su propiedad que se encuentra en Potomac Falls, pues solo requiere un corto viaje en helicóptero, indicó Forbes.
El Diario del Pueblo, quien cita al experto japonés de la Universidad de Tokio, Tomoo Marukawa, señala que Sports Hochi, un portal de noticias japonés, comentó irónicamente que el regalo claramente facilitó la comunicación, ya que la reunión estaba programada para que durara 45 minutos pero se alargó hasta los 90 minutos”.DA