El ex espía del Pentágono que apoya a Trump

19 de Abril de 2024

El ex espía del Pentágono que apoya a Trump

flynt semanario

THE INTERCEPT_ | Ryan Devereaux

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Por Ryan Devereaux

  • Una entrevista con Michael T. Flynn

El teniente general retirado Michael T. Flynn, ex director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA por sus siglas en inglés), está convencido de que Estados Unidos se enfrenta a una potencial amenaza existencial: una ola creciente de extremistas musulmanes. Ahora llevará su mensaje al escenario más grande posible: la elección presidencial de 2016.

Hace unos días, el New York Post informó que Flynn, un demócrata registrado, fue considerado como compañero de fórmula de Donald Trump por el partido Republicano. Desde entonces, Flynn se ha acercado a los medios alabando al favorito del GOP.

Las probabilidades para el general de tres estrellas retirado eran escasas. Flynn se enfrentó a un grupo de operadores políticos veteranos, entre ellos Newt Gingrich, Chris Christie, así como el gobernador de Indiana, Mike Pence, quien resultó ser el elegido. Trump se mostraba más inclinado hacia un candidato con experiencia en la política, en vez de la milicia.

Flynn se comprometió a apoyar a Trump sin importar si era elegido VP o no. El viernes previo a la Convención Republicana, Flynn habló con The Intercept sobre varios temas, incluyendo su nuevo libro, The Field of Fight: How we Can Win The Global War Against Radical Islam and Its Allies (El campo de batalla: ¿Cómo podemos ganar la guera global contra el Islam radical y sus aliados?), sus prescripciones para la seguridad nacional de Estados Unidos y su admiración por la plataforma de Trump.

Al hacerlo, ofreció una ventana a su perspectiva del mundo y un vistazo a una visión de la seguridad nacional que resuena en el campo de Trump. Para Flynn, la decisión de entrar en la vida pública precedió a la aparición de Trump y se reducía a dos cuestiones fundamentales: las mentiras percibidas promovidas por el gobierno de Obama y su deber autoimpuesto de enfrentarlas. “Vi a nuestro propio gobierno mentir acerca de una serie de cosas”, dijo Flynn a The Intercept.

❝Sólo nos veo dirigirnos en la dirección equivocada, y ésa es la verdad de por qué quise involucrarme”, explicó. “No me importa hacerlo. Es parte de mí ❞.

Nativo de Rhode Island, Flynn entregó 33 años de servicio al gobierno de Estados Unidos, escalando filas como oficial de inteligencia del Ejército.

En 2004, se convirtió en director de inteligencia para el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas –JSOC, por sus siglas en inglés–, la fuerza militar asesina de élite del Ejército estadounidense, que incluye a unidades bien conocidas, como la Fuerza Delta del Ejército y el SEAL Team 6 de la Marina.

En ése momento, el JSOC era dirigido por el comandante general Stanley McChrystal. Flynn se hizo de un nombre bajo McChrystal cuando el JSOC puso la mira en Irak y buscó una estrategia de inteligencia para capturar y matar a presuntos terroristas conocida como “encontrar, arreglar, terminar”.

Flynn pasó a servir en varias otras funciones en los años siguientes, tanto en Estados Unidos como en Afganistán, antes de asumir el mando del DIA en el verano de 2012.

La franqueza de Flynn nunca ha sido cuestionada, sobre todo en los últimos años en los que pasó de jefe de inteligencia en una ilusoria guerra contra el terror a un invitado frecuente de los medios de comunicación y una voz para los reporteros que cubrían la fuente de seguridad nacional.

En un artículo de opinión para el New York Post publicado hace unas semanas, Flynn dijo que sus declaraciones honestas sobre el “islamismo radical y la expansión de Al Qaeda y sus movimientos asociados” llevaron a su despido a manos del general James Clapper, el director de la inteligencia nacional.

Flynn presenta su historia personal como la de un funcionario de EU honesto castigado por decir la verdad.

La realidad de su salida del gobierno es menos clara.

Cuando The Washington Post dio por primera vez la noticia de que estaba siendo expulsado de la DIA, en abril de 2014, el diario reportó que el retiro forzoso tenía menos que ver con las opiniones de Flynn sobre las amenazas planteadas por el Islam radical y más con sus esfuerzos por reconstruir la agencia y convertirla en un servicio de espionaje que podría rivalizar con la CIA.

El plan de Flynn encontró resistencia en el Congreso, donde los legisladores hicieron preguntas acerca de su necesidad y los costos, y según los informes, desencadenó enfrentamientos entre Flynn y otros funcionarios de alto nivel de seguridad nacional de Estados Unidos.

›Flynn es respetado por muchos en la comunidad de seguridad nacional por su trabajo en un informe de 2010 sobre las fallas de inteligencia de Estados Unidos en Afganistán, publicado por el Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense.

El influyente informe ofreció una punzante crítica del aparato de inteligencia de Estados Unidos en Afganistán, recomendando “cambios radicales en la forma en que la comunidad de inteligencia piensa en sí misma”. El informe argumenta que después de casi una década de guerra en Afganistán, las fuerzas estadounidenses apenas entendían el país en el que estaban operando.

Sin embargo, desde que dejó el gobierno, Flynn ha atacado a la administración de Obama por su estrategia en Siria, el acuerdo nuclear de Irán, y lo que él considera ser una debilitante deseo de la Casa Blanca por abrazar la corrección política frente a las peligrosas tendencias en el mundo islámico.

Lo que Flynn parece ver como declaraciones honestas tiene una tendencia a desviarse hacia un terreno peligroso e islamófobo. A principios de este año, llamó a la destrucción de Raqqa, la ciudad siria capturada por el Estado islámico en la que decenas de miles de civiles permanecen atrapados. Y en más de una ocasión, Flynn ha dicho en entrevista: “He estado en guerra con el Islam, o un componente del Islam, durante la última década”.

EL VP QUE NO FUE

Las conversaciones con ex funcionarios militares y de inteligencia, incluyendo algunos que trabajaron directamente con Flynn y otros que se cruzaron en el camino del general retirado, así como investigadores civiles, ofrecen un panorama variado de su reputación. Algunos elogiaron a Flynn como un visionario de la libertad de expresión, mientras que otros describen su estilo de liderazgo como uno marcado por la abrasividad y la confusión en el límite de los funcionarios civiles. Ninguno se atrevió a explicar su reciente atracción hacia Trump.

Nada Bakos, una ex analista de la CIA, describió la representación de Flynn de las amenazas extremistas que enfrenta EU como perturbadoramente familiares. Bakos, quien dirigió la búsqueda del líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al-Zarqawi, dijo que, “en general, su forma de ver la inteligencia y el análisis realmente me asusta. Esto me recuerda a donde estábamos en el comienzo de la guerra de Irak, antes de la invasión”.

“Cuando hablas con alguien que en realidad no entiende el problema y aplica visiones muy generales a temas muy específicos”, añadió.

Incluso teniendo en cuenta su historia de declaraciones incendiarias, el apoyo de Flynn a Trump ha tomado por sorpresa a muchos ex funcionarios militares y de inteligencia. Sin embargo, el coqueteo de Flynn con la campaña de Trump le ha tomado meses de trabajo.

Bloomberg reportó por primera vez que se había reunido con el equipo de Trump en enero. “Este tipo está realmente encendido y tiene una sólida comprensión de lo que está pasando en el mundo”, dijo Flynn sobre Trump en el momento.

libro “The Field of Fight” por Lt. Gen. Michael T. Flynn.

Flynn dice que fueron las posturas económicas de Trump las que finalmente ganaron su apoyo.

En materia de seguridad nacional y política exterior, Flynn argumentó que el abierto apoyo de Trump por el empleo de técnicas de tortura, su apoyo al ataque letal dirigido a los miembros de la familia de los sospechosos de terrorismo, y su llamado a prohibir la entrada a los musulmanes a EU son parte de una estrategia más amplia destinada a mantener alerta al enemigo.

“Esto es lo que un tipo como Donald Trump está haciendo: Básicamente está diciendo, ‘Hey, mira, tenemos todas estas opciones sobre la mesa’, y ha sido muy impredecible frente a un enemigo muy decidido”, explicó.

En cuanto a los interrogatorios, dijo: “Creo que la forma en que hicimos las operaciones de interrogatorio posteriores a Abu Ghraib funcionaron de manera muy eficaz. Seguimos el manual”.

Además del uso de la tortura los sitios de detención ilegales, ampliamente reportado, el JSOC, en Irak, también se enfrentó a acusaciones de abuso de los detenidos, en particular, en un lugar conocido como Camp Nama, aunque Flynn ha sostenido que él tomó una parte activa en el cierre de las prácticas abusivas de interrogación una vez que llegó al país, en lugar de promoverlas o ampliarlas.

Sin embargo, Flynn indicó que no excluiría el uso de métodos duros si hubiera una amenaza inminente de algo parecido a un ataque con bombas. “¿Por qué no usar algunas otras técnicas legales?”, dijo.

Flynn no dio detalles sobre las técnicas que recomendaría, a pesar de que en repetidas ocasiones dijo que tendrían que estar dentro del marco de la ley.

Flynn indicó que no apoyaría explícitamente ataques dirigidos a los miembros de las familias de presuntos terroristas con fuerza letal. Añadió, sin embargo, que cuando EU está “tratando de capturar o matar a un objetivo de alto valor”, y que el objetivo esté acompañado de miembros de su familia, “es una decisión que se tiene que tomar”.

“Nosotros tomamos esas decisiones, y las tomamos de forma bastante rutinaria durante la guerra”, agregó.

Flynn es cuidadoso sobre sus observaciones a algunas de las declaraciones más controvertidas de Trump, como no permitir la entrada a los musulmanes a Estados Unidos, e hizo hincapié en la importancia de ser “muy preciso” sobre las opiniones de Trump.

“De lo que él está hablando, y de lo que yo estoy hablando, es de que tenemos que entender de dónde vienen los individuos”, dijo Flynn. “Los inmigrantes que fluyen a través de Alemania ni siquiera están siendo sujetos a filtros biométricos o a algún tipo de identificación, simplemente los dejan entrar. No podemos enviar a miles de personas y estacionarlas en comunidades dentro del país. Eso es lo que este gobierno hará, eso es lo que está haciendo. Así que lo que tenemos que hacer es documentar, al igual que lo hacemos normalmente, y tenemos que hacerlo a través de los canales legales. Tenemos que ser muy precisos sobre quién está entrando y de dónde viene. Tenemos que seleccionarlos de manera adecuada”.

Flynn insiste en que sus preocupaciones no “se refieren a cerrar la posibilidad de que algún grupo de inmigrantes para entrar a nuestro país”, sino a determinar quiénes son esos inmigrantes.

“Quiero decir, no tenemos a gente disparando o haciéndose estallar, ya sabes, centros nocturnos o maratones gritando ‘Jesucristo’”, dijo (un estudio de New America encontró que desde el 11 de septiembre de 2001, los ataques jihadistas en suelo estadounidense han matado a 94 personas, y los ataques de la extrema derecha han matado a 48).

UN DOBLE ESTÁNDAR

De haber sido elegido para contender en las elecciones al lado de Trump, Flynn se habría enfrentado a Hillary Clinton, quien él cree que violó la ley al transmitir información clasificada. En opinión de Flynn, el director del FBI James Comey cometió un acto de “mala praxis” profesional cuando recomendó públicamente que el fiscal general no presentara cargos contra Clinton hace un par de semanas.

“Todo lo que Comey debió haber hecho fue consignar los hechos del caso y luego decir: ‘Entregaré esto al fiscal general para que tome una decisión’, y no dar una evaluación personal y legal”, dijo.

Al ofrecer su conclusión públicamente, argumentó Flynn, el director del FBI, “puso la carga sobre el votante estadounidense, lo que está completamente equivocado, muy equivocado”.

En lo que se refiere a Clinton, “Obviamente violó la ley. De acuerdo con Comey violó la ley”, dijo Flynn. “Yo estaría en prisión si hubiera hecho eso. Habría perdido mis privilegios de acceso por el resto de mi vida”. Flynn está de acuerdo en que “definitivamente existe un doble estándar” en el procesamiento de casos en los que oficiales de EU revelan información clasificada.

donald-trump-1000x670 El candidato presidencial republicano Donald Trump durante un acto de campaña en Raleigh, Carolina del Norte, el 5 de julio. Foto: Sara D. Davis/Getty Images

“Hay muchos casos en los que se les acusa de mucho menos” de lo que Clinton fue acusada, dijo. “Quiero decir, miles de veces menos, y perdieron sus accesos, lo que significa que perdieron sus empleos y sus medios de vida”.

“¿Ella podría ser potencialmente ser el próximo presidente?”, dijo. “Increíble”.

“Es un objetivo de nuestros adversarios”, explicó Flynn. “Hacemos lo mismo con ellos. Y apuntamos a altos funcionarios del gobierno. Y cuando un alto funcionario del gobierno de otro país nos da su información en bandeja de plata como lo hizo Hillary Clinton con los rusos y los chinos... oh, hombre, ése es un gran día para los sistemas de inteligencia de nuestros adversarios”.

La gran mentira que Flynn dice combatir es la lucha contra la noción de que EU no está en guerra con el Islam radical. En su libro, escrito en coautoría con el escritor neoconservador Michael Ledeen, Flynn declara que tiene como objetivo mostrar a los lectores “la guerra que se libra contra nosotros” y “diseñar una estrategia ganadora”. Flynn describe Field of Fight como “un libro de un sujeto que ha estado allí y hecho eso”.

“Es mi idioma”, dijo. “Es un lenguaje sencillo. Es directo. Ofrece soluciones. No es sólo otro golpe al Islam radical. Son ideas muy prácticas”.

A veces, el lenguaje del libro refleja la retórica contra la corrección política que se ha convertido en un sello distintivo de la campaña de Trump.

“Este gobierno nos ha prohibido describir a nuestros enemigos adecuada y claramente: son radicales islamistas”, escribe Flynn. “Ellos no están solos, y se alían con los países y grupos que, sin ser fanáticos religiosos, comparten su odio por Occidente, en particular por Estados Unidos e Israel. Esos aliados incluyen a Corea del Norte, Rusia, China, Cuba y Venezuela. Seamos realistas: en este momento estamos perdiendo, y estoy hablando de una guerra muy grande, no sólo Siria, Irak y Afganistán”.

Flynn continúa escribiendo: “Estamos en una guerra mundial en contra de un movimiento masivo mesiánico de gente mala, la mayoría de ella inspirada por una ideología totalitaria: el Islam radical. Pero no se nos permite hablar o escribir esas dos palabras, lo que es potencialmente fatal para nuestra cultura”. Militarmente, la campaña que Flynn ve sería “similar al esfuerzo durante la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría” y sería guiada por un solo líder que reportaría al presidente.