El funcionario que falta por irse, Zerón

24 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

El funcionario que falta por irse, Zerón

›Tomás Zerón de Lucio, titular de la Agencia de Investigación Criminal, dijo una mentira. Aseguró en un programa radiofónico que él había solicitado se investigara su actuación. Los oficios revelan que es falso.

El ahora excomisionado de la Policía Federal Enrique Galindo se fue, tarde, pero se fue. Si en su destitución existe una verdadera intención de arreglar las cosas y poner orden, hay un funcionario sustancial que metió y sigue metiendo en graves problemas al presidente Enrique Peña, con repercusiones a nivel nacional e internacional y posibles consecuencias en tribunales internacionales.

Ese funcionario se llama Tomás Zerón de Lucio y es el hombre que acumula hoy más poder en la Procuraduría General de la República (PGR), no sólo porque desde la Agencia de Investigación Criminal (AIC) concentra todos los recursos para tareas de inteligencia e investigaciones, sino porque asegura formar parte del equipo más cercano del Presidente, a él responde y es, en consecuencia, intocable.

Y sí, parecería intocable. Zerón, con el apoyo del entonces procurador Jesús Murillo Karam, fue el aguijón que introdujo el veneno en la médula del gobierno de Peña sobre el caso Ayotzinapa. Articuló la versión oficial que pretendió imponerse desde la PGR, lo hizo sin incluir investigaciones ministeriales, porque cuestionaban su reconstrucción de hechos, y al menos en una diligencia clave violó la ley, porque trasladó a un detenido sin autorización del Ministerio Público sólo del procurador, y realizó actuaciones que no fueron asentadas en la carpeta de investigación, coincidentemente, un día antes de que se encontraran algunos restos de los normalistas.

Al conocerse en abril el video que documentó esa diligencia irregular, profundizó la falta de credibilidad y abrió más la puerta a presiones y cuestionamientos de organizaciones nacionales e internacionales, y aportó pruebas a un eventual proceso internacional por violaciones graves a derechos humanos.

Para resguardarse dijo que la diligencia fue de carácter policial no ministerial, lo cual no lo exime. Al mismo tiempo, hizo valer su “amistad” en algunos medios impresos y electrónicos a los que ha filtrado información a su antojo y a veces poco exacta, pero siempre beneficiándose.

Como broche de oro el titular de la AIC dijo una mentira. Aseguró en un programa radiofónico que él había solicitado se investigara su actuación. Los oficios revelan que es falso, la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR fue el área que dio vista a la Visitaduría General y al Órgano Interno de Control (OIC) de la PGR.

A pesar del golpe que significó para el gobierno, Zerón no puso su renuncia en la mesa y tampoco alguien se lo pidió. Al contrario, en esos días acumuló más poder. La SEIDO debió entregarle su Cuerpo Técnico de Control (CTC), área que lleva a cabo todas las intervenciones telefónicas para investigaciones.

Y allí, precisamente, radica el ser intocable. Es el especialista en intervenciones telefónicas. De ejercer 13 años como licenciado en administración industrial en empresas, de repente se dedicó a temas de seguridad en la Policía Federal, estuvo apenas cinco meses porque fue despedido por la administración de Genaro García Luna, por su mal desempeño. Entre 2007 y 2009 está la clave, llegó al Estado de México y desde allí coordinó las intervenciones telefónicas sobre personajes de interés para el equipo del entonces gobernador. Su desempeño fue premiada con la Coordinación de inteligencia de la Procuraduría de Justicia de la entidad.

Al convertirse en titular de la AIC, su experiencia comprobable en inteligencia se reducía a 55 meses. En la PGR, con el apoyo de Murillo se reinventó. Con desesperación buscó acreditarse, pero agencias estadounidenses y europeas lo describen como inexperto y autoritario.

El poder de Zerón se percibe en la PGR. Dentro y fuera se asegura que tiene intervenidos teléfonos de funcionarios, opositores y personajes que le pide “su grupo”. Despacha en el mismo piso que la procuradora, a quien se supone rinde cuentas, pero en realidad ha jugado un papel sordamente antagónico a su proyecto y un ancla de intereses poco claros.

La salida de Zerón de la PGR no sólo es necesaria y urgente, por el grave daño causado, sino porque las investigaciones sólo pueden concluir que es responsable y encubrirlo tendrá una mayor costo.

@Gosimai