1. Tras el triunfo del impresentable magnate norteamericano Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas, el mundo y México se preparan para asimilar los temores que la agresiva agenda naranja genera. Como veleidad de la democracia norteamericana, Clinton ganó el voto popular por casi 200 mil votos, pero Trump obtiene más votos electorales, que son los que deciden la Presidencia.
En sus primeros 100 días, Trump ha ofrecido reducir el número de funcionarios públicos, combatir la inmigración ilegal y deportar de 2 a 3 millones de indocumentados, aumentar el gasto en defensa, derogar el ObamaCare, reducir los impuestos, sobre todo a familias de clase media (-35% al menos), renegociar o abandonar el TLCAN, rechazar el TPP, construir un muro en la Frontera Sur financiado con recursos que México deberá reembolsar, etiquetar a China como “manipulador de moneda”; suspender inmigración de regiones con problemas e investigar a fondo a quienes arriben a Estados Unidos; reducir y simplificar los impuestos para reactivar la economía en 4% y generar 25 millones de nuevos empleos, además de asegurar que sean ofrecidos a trabajadores norteamericanos.
2. Es decir, todo lo que se temía de Trump puede ser cierto, decidido a aplicar un plan de choque que trastoque las reglas y ponga a todos con él o contra él. El peor error que se podría cometer ahora es subestimarlo pues al menos en parte estará obligado a aplicarlo.
En el mundo, los mercados han reaccionado con temor, pero sin desbordarse. El asiático, porque la pretensión de Trump de que Japón se defienda solo o pague por ello genera dudas que podrían alentar a Corea del Norte sobre Corea del Sur, además de que China no es cosa menor al ser también un poder militar; Europa tiene mejores condiciones para resistir a Trump, le pueden aguantar más aún lidiando con el Brexit en tanto que en América Latina, dada su mayor dependencia comercial, sobre todo de México, es en donde los futuros se han puesto peor.
3. En México, la moneda ha mostrado la profundidad de lo que pudiera ser una debacle. Desde la elección, el peso se ha ido casi a 21 por dólar, si bien el interbancario se ha sostenido en torno a 20. La Bolsa Mexicana de Valores ha caído un 5%, en tanto que las autoridades no han adoptado aún medidas extraordinarias, manteniéndose a la expectativa de lo que pudiera ser una burbuja especulativa. Sin embargo, los mercados esperan que el Banco de México incremente la tasa de interés en unos 75 puntos base este jueves.
4. Ciertamente, nada de esto acontecerá mañana, pero sí irá cobrando forma al aproximarse el día de inauguración el 20 de enero próximo. El final del libre comercio es lo que más daño podría causarnos, dada la profundidad del intercambio (525 mil millones de dólares anuales) pero también la fragilidad de las cadenas productivas mexicanas, dependientes de los insumos importados. El muro ofende, pero no deja de ser una ocurrencia que de una u otra forma ya existe en los cruces más activos de la frontera.
5. En el ambiente de volatilidad extrema, que golpea con más severidad al peso que a otras monedas, la divisa podría dispararse aún más, el precio del petróleo sigue zigzagueando en torno a 45 dólares el barril por las dudas sobre la capacidad de la OPEP para reducir la producción y los Estados Unidos se preparan a revolucionar la economía mundial con su apuesta por el proteccionismo y el aislamiento como el mecanismo que les recupere, dice Trump, la grandeza nacional. En ese contexto, la perspectiva para México será crecer el magro 1.7 ó 1.9% que dicen las calificadoras o bien asimilar y resistir los embates con un nuevo nacionalismo, pragmático y realista, que deberemos rápidamente reinventar.