El nuevo cáncer: las creencias limitantes

25 de Abril de 2024

Rebeca Pal

El nuevo cáncer: las creencias limitantes

›Facundo Cabral fue muy sabio al decir “no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes”.

Las creencias limitantes son una barrera que impide la realización de metas. Son una percepción de la realidad que modifica nuestra seguridad y autoestima, impidiéndonos crecer.

Una creencia (positiva o negativa) tiene la capacidad de influir y extenderse en diversas áreas de nuestras vidas, también tiene el poder de definir nuestra personalidad y nuestro comportamiento. Nuestros pensamientos condicionan al cerebro y éste nos predispone para que esa acción se cumpla. Todo lo que podemos y lo que no podemos, viene orquestado por la mente y por nuestro lenguaje.

¿Qué es el sistema de creencias? Es el soporte que forma nuestra manera de pensar y se encarga de determinar y regular las pautas de los pensamientos. Es el conjunto de ideas que adquirimos sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Está formado por suposiciones y prejuicios que moldean nuestra forma de pensar, de sentir, nuestra actitud y el proceso de la toma de decisiones que hacemos día con día.

Son fruto de las opiniones y experiencias que nos han marcado, y del aprendizaje que hemos recolectado desde el día en que nacimos. Son pensamientos que en muchos de los casos están reforzados con emociones.

Las creencias son tan delicadas como una copa de cristal cortado, una vez que se rompe no vuelve a quedar igual. Si no cuidamos nuestros pensamientos y nuestro lenguaje, tanto interno (soliloquios) como externo, podemos provocar que una creencia positiva termine convirtiéndose en una creencia limitante.

Facundo Cabral fue muy sabio al decir “No digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes”.

¿Cómo podemos trabajar en nuestras creencias limitantes? Descubriendo aquello que nos frena y que nos impide avanzar, detectar en qué momento y bajo qué circunstancias aparecen. Las creencias limitantes cambian con el tiempo y podemos sustituirlas con otro tipo de creencias. Algunas herramientas para lograrlo son:

Modificar nuestro lenguaje: Dejar de hablar y pensar en negativo.

Cuestionar nuestras creencias: Preguntarnos qué utilidad tienen en nuestra vida y qué consecuencias se derivan de ella. Puede que se trate de una idea errónea que por mucho tiempo adoptamos como correcta y no es así.

Visualizar: Imaginar el campo de posibilidades del que nos hemos privado. Visualizarnos realizando nuestras metas y venciendo nuestros “no puedo”.

Es un trabajo muy personal y de mucha humilidad. Es ser conscientes de una creencia que actua de forma automática e inconsciente. Cambiar las creencias nos permite abrir nuevos canales de observación y de acción hacia el logro de resultados.

¿Qué consecuencias hay si mantengo mis creencias limitantes? Las creencias limitantes traen como resultado la desesperanza y la sensación de impotencia en todos los ámbitos de nuestra vida. Alimentan nuestros prejuicios y nos hacen creer una realidad muy ajena a la verdadera. Recordemos que los prejuicios son interpretaciones de algo y éstos dicen mucho de la persona que los emite (quieres conocer a alguien, escucha sus prejuicios). Tengamos cuidado porque funcionan como brújula hacia el futuro, cierran o abren posibilidades.

Comprendamos que éstos son como el cáncer. No se conformarán ni pararán hasta invadirnos. La diferencia es que los prejuicios no nos quitarán la vida, pero sí la oportunidad de vivirla.

“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”. Albert Einstein.