El nuevo poder detrás de Peña

23 de Abril de 2024

El nuevo poder detrás de Peña

AYUDA DE MEMORIA | Raymundo Riva Palacio

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1er. TIEMPO: Castillejos, el nuevo consejero. Ido a su casa el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el Presidente Enrique Peña Nieto perdió a mucho más que un consejero confiable. Se le fue su alter ego y en quien recargaba su figura pública desde hace más de una década. Fuera Videgaray del equipo compacto de Los Pinos, el único en primera línea para ocupar su lugar es Humberto Castillejos, el consejero jurídico de la Presidencia, que desde hace tiempo tiene la confianza de Peña Nieto, cuando llegó al Estado de México junto con un grupo de jóvenes que le envió el entonces Procurador General, Eduardo Medina Mora. En aquél entonces Peña Nieto era Gobernador, y había conocido a Medina Mora por su propia iniciativa, a través de un amigo común, con quien estableció una relación muy cercana. Cuando necesitó el Gobernador de personas confiables para manejar las áreas de procuración y administración de justicia, Medina Mora le envió a tres jóvenes que le eran funcionales. El principal era Alberto Bazbaz, quien era asesor en una coordinación de la PGR, y cuya función designada sería establecer una buena comunicación con la comunidad judía, a lo que lo ayudó su compañero en la Universidad Anáhuac, David Korenfeldt, con quien colaboró tangencialmente en la investigación del asesinado de Enrique Salinas de Gortari en Huixquilucan, donde su amigo era alcalde. Otro era Alfredo Castillo, primo de Castillejos, y que formaban la tríada recomendada por Medina Mora. De los tres, Castillejos, quien era coordinador de asesores de Medina Mora, era quien tenía palmarés jurídico. Era ahijado de un antecesor de Medina Mora, el general Rafael Macedo de la Concha, quien construyó el fallido caso para meter en la cárcel a Andrés Manuel López Obrador, e hijo del afamado abogado Marcos Castillejos, quien en julio de 2008 fue asesinado cuando llegaba a su despacho en la colonia Condesa, en un crimen con el método del crimen organizado, incluida el arma de uso reglamentaria del Ejército. Pensaban en aquél momento que era un mensaje contra su yerno, Luis Cárdenas Palomino, jefe de secuestros y de inteligencia en la Policía Federal. Ese crimen nunca fue resuelto y rápidamente desapareció de los medios de comunicación.

2º. TIEMPO: El poder de los primos y amigos. En el gobierno de Enrique Peña Nieto en el estado de México hubo más logros que escándalos. Pero uno fue notable: la desaparición de la niña Paulette Gebara en la Semana Santa de 2010. El tema, en esos días secos de información se volvió en un tema donde el 95% de los mexicanos, según las encuestas, sabían del caso. Paulette apareció muerta 10 días después al pie de su cama, lo que el drama internacional se volvió escándalo nacional. Alberto Bazbaz el procurador, fue salvajemente acribillado por la opinión pública que no creía en los resultados de las indagaciones por interminables días, hasta que el gobernador Peña Nieto aceptó, a regañadientes, su renuncia. Lo sustituyó Alfredo Castillo, el subprocurador de Bazbaz, y quien realmente tenía en sus manos la investigación. Los dos habían llegado años antes al Estado de México, junto con la cabeza del grupo, Humberto Castillejos, empacados desde la PGR de Eduardo Medina Mora para que ayudaran al Gobernador. De todos esos episodios de crímenes, Castillejos salió bien librado. Su campo de batalla, por decisión de Peña Nieto, no eran las áreas de administración y procuración de justicia, sino como uno de sus alfiles en el tablero de la sucesión presidencial. Lo hizo diputado local por el Partido Verde, desde donde manejó como presidente la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, para evitar que algo se interpusiera en la carrera de Peña Nieto a Los Pinos. Una de esas tareas encomendadas por Peña Nieto, fue trabajar en la campaña de su sucesor, el candidato al Gobierno del Estado de México, Eruviel Ávila, como su coordinador jurídico. Castillejos fue uno de los puentes de transición de Peña Nieto entre Toluca y Los Pinos, y uno de quienes más responsabilidades tuvo para evitar que el camino a la Presidencia estuviera limpio de obstáculos. Fue natural que al asumir la Presidencia, Peña Nieto lo designara consejero jurídico.

3er. TIEMPO: El poder tras el trono. El diseño original de operación de Enrique Peña Nieto en Los Pinos se construyó sobre los Secretarios de Hacienda, Luis Videgaray, de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño. Pero una cuarta figura, oscura en ese momento, se manejaba como líbero, Humberto Castillejos, consejero jurídico presidencial. La influencia de Castillejos se sentía desde un principio, pero sólo muy dentro de Los Pinos. Era un operador en las sombras. Le ofreció a su ex cuñado Luis Cárdenas Palomino, ex jefe de Ia Policía Federal, el manejo de la seguridad pública en el nuevo gobierno, pero declinó. En nombre de Peña Nieto negoció la presidencia de la Suprema Corte de Justicia para Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, pero perdió la batalla ante Luis María Aguilar. Quiso meter a su primo, el senador Raúl Cervantes, a la Corte, y también fracasó. Se metió a modificar la Nueva Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y chocó con las ONGs y los propios comisionados del IFAI, que pedían más apertura y menos opacidad. Acotó la Ley 3 de 3, y obligó a los senadores del PRI y el Partido Verde a defenderla contra todo, hasta que el Presidente, frente al escándalo que crecía, reculó. De Castillejos fue la idea de la iniciativa presidencia de los matrimonios igualitarios que desató una guerra política con la Iglesia Católica en el país, y quiso regresar a su primo Alfredo Castillo, director de la Comisión Nacional del Deporte, a las áreas de seguridad, pero no pudo. En su balance, el consejero jurídico ha tenido más fracasos que éxitos en los temas que más importan, pero no deja de acumular fuerza, hoy todavía más ante la ausencia del ex Secretario de Hacienda. Su músculo, sin embargo, no se debilita. Lo acaba de mostrar el evitar que el jefe de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, se quedara sin asidera tras su renuncia en la PGR la semana pasada, y logró que el Presidente lo nombrara consejero técnico del Consejo de Seguridad Nacional, directamente dependiente de él. ¿Qué tiene Castillejos para no perder ni cuando es derrotado? Es lo más cercano y confiable que tiene Peña Nieto para que cuando termine su Presidencia, pueda irse sin temor a ser enjuiciado en cortes internacionales. Al menos, esa es la promesa ofrecida por el equipo jurídico externo que ya armó para ese fin.

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