El origen del sueño (II): De Pitágoras a Kepler

25 de Abril de 2024

El origen del sueño (II): De Pitágoras a Kepler

Para alcanzar la Luna, grandes pensadores contribuyeron a la historia de la ciencia y la teorización

Desde la antigüedad, el hombre idealizó tocar el cielo y tuvo la curiosidad de observar qué había más allá cuando alzaba la mirada, para que esto fuera una realidad tuvieron que pasar muchos siglos para poder alcanzar las tecnologías que nos permitieran cumplir ese sueño.

Para ese cometido se tendrían que desarrollar las ciencias exactas de la mano de las matemáticas y de la física; así como de grandes pensadores que contribuyeron a la historia de la ciencia y la teorización.

Uno de los más notables es Pitágoras de Samos, nacido en el 572 A. C., a quien se le considera el primer matemático puro, aportando de manera significativa en la geometría, la aritmética, la astronomía y la música donde se le adjudica el descubrimiento de las leyes de los intervalos musicales (I, IV y V), que serían los pilares en la armonización griega y que son usados hasta el día de hoy, de igual manera su fantástica teoría de “La armonía de las esferas”, basada en la idea en que el universo está regido por proporciones numéricas armoniosas y que el movimiento de los cuerpos celestes y las distancias entre los planetas en nuestro sistema solar corresponderían a los intervalos musicales.

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Pitágoras es el fundador de la “Escuela Pitagórica”, a la cual se le atribuye la primera demostración general y el desarrollo del “Teorema de Pitágoras” para los triángulos rectángulos, esas aportaciones serían fundamentales para el posterior desarrollo de la matemática y por ende en la filosofía racional en Occidente.

Años más tarde, aproximadamente en el 384 A. C. nacería Aristóteles de Estagira, personaje que cambiaría las directrices del pensamiento occidental, al explicar en sus libros: “Física” y “Sobre el Cielo”, su cosmovisión del universo donde sostenía la esfericidad de la Tierra, la cual se encontraba inmóvil en un sistema geocéntrico mientras alrededor giraba el Sol con otros planetas, esta teoría equivocada perduraría durante más de 1500 años, ya que Aristóteles fue uno de los polímatas y filósofos más arropados por el Estado Ateniense y del Reino de Macedonia en ese momento, si no también muchos siglos después por parte de la Iglesia Católica.

Un contemporáneo de Aristóteles y a la vez discípulo de éste y de Demócrito fue el Astrónomo y filósofo griego Heráclides Póntico (Aprox. 390 - 310 A. C.), que afirmaba que la Tierra giraba sobre su propio eje terrestre y que las estrellas estaban fijas.

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La constante renovación del pensamiento trajo un faro de luz en un astrónomo y matemático griego llamado Aristarco de Samos (Aprox. 310 – 230 A. C.), quien sería la primera persona que propuso el modelo heliocéntrico del Sistema Solar, colocando el Sol y no la Tierra en el centro del universo, esta teoría surge después de estudiar el tamaño del Sol y determinar que este astro era mucho más grande que la Tierra.

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Otro pensador de esa época fue Eratóstenes de Cirene (Aprox. 276 – 194 A. C.), astrónomo, historiador, crítico de teatro, filósofo, geógrafo y matemático griego, quien fuera director de la gran biblioteca de Alejandría y que fue el primero en calcular la circunferencia de la Tierra, lo hizo al comparar las altitudes y las sombras proyectadas del Sol en un solsticio de verano a medio día sobre una columna ubicada en la ciudad de Alejandría y un pozo de agua que se encuentra en la ciudad de Siena, a una distancia entre estos puntos de 800 kilómetros aproximadamente, Eratóstenes creía en la esfericidad de la tierra y si en un momento determinado en ambos puntos no se proyectara sombra alguna o estas fuesen de la misma longitud sería fácil entender que la tierra es plana, pero si en un punto no hubiera sombra proyectada y en otro sí una muy pronunciada entonces se comprobaría la curvatura de la Tierra y no sólo eso, ya que a mayor curvatura mayor es la longitud de la sombra, también descubrió que por diferencia en longitudes de sombra, unos 7 grados separan a Alejandría de Siena y 7 grados es la 50tava parte de 360 grados. Al multiplicar 800 kilómetros por 50 dio 40,000 kilómetros que es la circunferencia de la Tierra aproximadamente. Con esto hace 2,200 años el gran Eratóstenes cálculo la circunferencia terrestre con gran precisión y un error porcentual mínimo, igual calculo la inclinación del eje terrestre y creó el primer mapa del mundo con paralelos y meridianos.

Aunque había grandes avances en el pensamiento seguía muy instaurada la concepción del universo Aristotélico y esto se reafirmó con una obra llamada “Almagesto”, publicada en el año 148 de nuestra era, del astrónomo y matemático Claudio Ptolomeo (100 – 170 D. C.), donde se contenía el catalogo estelar más completo de la antigüedad y se seguía apoyando el geocentrismo ahora llamado sistema Ptolemaico, que sería utilizado por los árabes y por los Europeos hasta la Edad media, esta idea se perpetuo en todo el pensamiento occidental apoyada por el cristianismo que Constantino instauro en el ya famoso concilio de Nicea en el año 325 de nuestra era.

La Revolución Científica

El modelo Aristotélico Ptolemaico estuvo en vigor hasta el siglo XVI cuando fue remplazado y fuertemente cuestionado por el modelo heliocéntrico del astrónomo polaco Nicolás Copérnico en su libro “Sobre las Revoluciones de las Esferas Celestes”, publicado en el año de su muerte en 1543, donde se rescatan los estudios de Aristarco de Samos y 25 años de observaciones y anotaciones de nuestro sistema solar por parte de Copérnico.

La teoría plasmada en la obra copernicana iniciara la llamada “Revolución Científica”, en el periodo conocido como renacimiento, estas ideas empezaban a recorrer gran parte de Europa y llegarían a manos de un astrónomo, matemático, filósofo y poeta italiano llamado Giordano Bruno (1548 – 1600 D. C.), perteneciente a la Orden de los Dominicos, Bruno afirmaría que el universo es infinito y que nuestro Sol es sólo una estrella más entre millones que existen, esto le costaría enfrentar a la Santa Inquisición en el año 1600, donde fue juzgado y condenado a morir en la hoguera, aun así en el juicio Bruno haría una de las declaraciones más sorprendentes de la historia, al decir en plena sesión la frase: “Ustedes Tienen Más Miedo Que Yo”, ante el asombro de todos los presentes Giordano Bruno condenaría a la mismísima iglesia Católica en un acto de consciencia humana.

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El enfrentamiento de la ciencia con la iglesia católica tomaría nuevos capítulos y otros personajes como el del polímata Florentino Galileo Galilei (1564 – 1642 D.C.), al contrario de Giordano Bruno, se retractaría ante la Iglesia Católica de sus afirmaciones y observaciones, condenado por ésta, a permanecer en arresto domiciliario hasta su muerte en 1642.

Galileo también dejo su aporte con el desarrollo del telescopio a partir del año 1609, ese artefacto que ayudaría a otro astrónomo y matemático de origen alemán llamado Johannes Kepler (1571 – 1630 D. C.), a rectificar las observaciones hechas por Copérnico y Galileo, apoyado en un astrónomo danés llamado Tycho Brahe (1546 – 1601), considerado el más grande observador del cielo y este a su vez ayudo a Kepler a ser disciplinado en ese arte de observar el movimiento de los astros, Johannes Kepler se llevaría la gloria al morir Brahe al conservar sus observaciones y documentar que las orbitas de los planetas de nuestro sistema solar no eran circulares si no elípticas, esto sería el avance científico más importante en el campo de la astronomía, Kepler también recupero el concepto Pitagórico de “La Música de las Esferas” y todo eso lo plasmo en su obra “La Armonía de los Mundos” de 1619.

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Y hasta ahí escuchó y observó Kepler a través del telescopio de Galileo ayudado por los datos de Tycho e inspirado por Bruno y Copérnico en esa “Revolución Científica” que llevaría a la humanidad a nuevas formas de estudiar y entender nuestro sistema solar y el universo.

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