Bet-biraí Nieto
En el mundo hay un solo país donde mujeres y hombres tienen el mismo nivel de ingreso. Es Luxemburgo y, en promedio, ambos ganan 75 mil dólares al año, lo que les coloca en el primer lugar de equidad salarial. México se ubica 109 posiciones abajo de ese país europeo. Aquí una mujer gana, en promedio, 11 mil dólares al año, y un hombre más del doble, hasta 23 mil. De hecho, nuestro país está más cerca del último lugar (142), que es Jordania, donde ellas ganan 3 mil 388 dólares y ellos seis veces más, 20 mil 304.
(Dar clic en la imagen para ampliar)En el planeta hay sólo dos naciones donde las mujeres son mayoría en sus respectivos parlamentos: Ruanda (64% mujeres y 36% hombres) y Bolivia (53%-47% ). El Índice de la Brecha Global de Género 2016, estudio elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) este año muestra algo más: México está en sexto lugar, de una lista de 144 países, en cuanto a representatividad legislativa, con 42% de mujeres y 58% de hombres en el Congreso de la Unión.
Rumbo a la paridad
El tema político representó el avance más significativo para México, derivado de las reformas que obligaron a cumplir con una cuota de género en puestos de elección popular. De allí que en los últimos dos años nuestro país avanzó 14 lugares en la lucha por reducir la brecha de género, ya que del lugar 80 que tenía en 2014 pasó al 71 al año siguiente, y de ahí al 66. La brecha de género se define como la diferencia entre la media de salud, educación e ingresos entre hombres y mujeres. Cada año el WEF prepara el Índice de Brecha Global de Género en temas como instrucción, acceso a servicios de salud, economía y cargos políticos.
(Dar clic en la imagen para ampliar)El estudio analizó 13 de 14 variables que correspondieron a indicadores de organismos internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
México se colocó en el sitio 66 de 144 naciones del Índice de la Brecha Global de Género dado a conocer hace unos días. Según la clasificación del WEF, la puntuación más alta corresponde a 1 (uno) y significa equidad, en tanto que la más baja es 0 (cero) y representa la iniquidad.
Si se divide el mundo en regiones, como lo propone el informe, Latinoamérica y el Caribe tardarían 61 años en lograr la equidad de género en el aspecto económico. En Europa Occidental restarían 47 años y en África Subsahariana sucedería después de 63 años.
Las regiones que tardarían aún mas serían Europa Oriental y Asia Central, que distarían 93 años; el Este de Asia y el Pacífico 111 años; Medio Oriente y el Norte de África faltarían 356 años y el Sur Asia, más de mil años.
El Índice midió la participación económica, salarios, empleo capacitado, el acceso a niveles de educación básicos y más elevados, la participación política y su representación en estructuras de toma de decisiones, además de la expectativa de vida.
Por ejemplo, el informe concluyó que las mujeres ocupan 20% de los escaños parlamentarios, 18% son ministras o titulares de alguna secretaría de Estado y 47% de los países han tenido a mujeres como jefas de Estado.
El informe establece que, de seguir las tendencias económicas actuales, la brecha salarial de género será equitativa en 170 años, pues la diferencia corresponde a casi el doble entre hombres y mujeres.
EL DATO. México avanzó 14 lugares por acortar brecha de género. AL tardará 61 años en lograr la equidad salarial
Nicaragua sobresale de nuevo
Los países de Europa del Norte coronaron la clasificación y Nicaragua una vez más fue el único país latinoamericano que se coló en los 10 primeros lugares de la lista.
En la clasificación general, aparece Islandia como el país más equitativo en materia de género; le siguen Finlandia, Noruega y Suecia. La sorpresa dentro de este grupo es Ruanda, país ubicado en el continente africano, y al que continúan en la lista Irlanda, Filipinas, Eslovenia, Nueva Zelanda y Nicaragua, respectivamente.
Al menos 68 participantes redujeron su brecha de género, aunque en 74 de ellos se observó un deterioro. El caso de Ruanda es excepcional. Luego del genocidio ocurrido en 1994, este país recurrió a políticas basadas en el empoderamiento de las mujeres, desde el ámbito rural y hasta las altas esferas del gobierno. La mitad de 14 jueces de la Suprema Corte de Justicia de Ruanda son mujeres, además de ser el país con la mayor cifra de mujeres en el Parlamento.