Elección de Puebla: ¿voto cruzado o alternancia?

25 de Abril de 2024

Elección de Puebla: ¿voto cruzado o alternancia?

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La aspiración de cambio de partido es alta, pues siete de cada 10 electores creen conveniente que gobierne otro partido

Los focos de la alternancia parecen prenderse en Puebla y varios indicadores lo señalan.

En la entidad por primera vez se realizará una elección estatal empatada con una federal, en la que los poblanos determinarán seis puestos de elección popular, presidente de la República, senadores y diputados federales; en el estatal para gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

La realización de las elecciones federales y estatales suponen un importante ahorro de recursos, pues se unifican elementos de organización y operación de los procesos electorales, aunque hay un riesgo de que los comicios presidenciales, por la importancia que tiene para los votantes del país, condicione el proceso electoral en Puebla, es decir, que la preferencia o rechazo de un candidato presidencial también determine el apoyo o rechazo que reciban los candidatos en el ámbito estatal.

La elección presidencial en Puebla es favorable para Andrés Manuel López Obrador (Morena-PT-PES) con 41% de la intención de voto; seguido de Ricardo Anaya (PAN-PRD-MC) con 25%, y en tercer lugar José Antonio Meade (PRI-PVEM-PANAL) con 16%, de acuerdo a una encuesta telefónica de Indicadores SC.

En las dos anteriores elecciones presidenciales, López Obrador no tuvo esa ventaja en Puebla. En 2006 perdió por más de 100 mil votos y en 2012 ganó por cinco mil, es decir un empate técnico. En este año, la historia parece ser diferente para el candidato de la alianza Juntos haremos Historia, pues lleva una diferencia de 16% respecto al segundo lugar. De mantenerse así, afectará el resultado en la elección estatal, especialmente la de gobernador.

La aspiración de cambio

No sólo la elección federal afecta las preferencias, sino el desempeño de las autoridades estatales, cuyo trabajo es juzgado por los electores, y aunque por sí sólo no explica el voto por un partido o candidato, afecta conjuntamente con factores de posicionamiento de aspirantes y partidos para que el electorado perciba la necesidad de un cambio de partido o de gobierno.

En el caso del gobernador Tony Gali, su desempeño está acotado por la brevedad de su mandato, pues ganó la gubernatura en 2016 para un miniperiodo de un año con ocho meses para emparejar los tiempos en las elecciones estatal y federal con el beneficio del ahorro de recursos que implica realizar ambos procesos en el mismo periodo.

Según datos la encuesta de Indicadores SC, el desempeño de Gali como gobernador es aprobado por 36% de los poblanos; 39% lo desaprueba y 25% es indiferente a su desempeño. Estos números no indican un rechazo que se traduzca en una variable determinante en los electores, pues seis de cada 10 poblanos lo aprueban o se muestran indiferentes hacia su desempeño, mientras que los desaprueban cuatro de cada 10. No obstante, la aspiración de cambio de partido es alta en la elección de gobernador: siete de cada 10 electores consideran conveniente que gobierne otro partido en la entidad, mientras que tres de cada 10 avalan la continuidad del PAN.

La fuerza política que capitaliza esta aspiración de cambio es Morena, pues cinco de cada 10 poblanos consideran que es la fórmula política que conviene para llevar las riendas de la gubernatura. Este resultado indica cómo el proceso federal condiciona la elección estatal, pues Morena como partido de reciente creación aún no tiene peso en la historia electoral de la entidad.

Posición de los candidatos

Un tercer elemento que afecta las preferencias electorales es el posicionamiento de los candidatos: qué tanto son conocidos, aceptados y rechazados por los electores que van a refrendar su aceptación o rechazo el día de la elección.

En el caso de la elección de Puebla, la candidata más apoyada y rechazada es Martha Erika Alonso, abanderada de una alianza que incluye a cinco partidos: tres nacionales (PAN,PRD y MC) y dos locales (PSI y CCP).

En este momento, Alonso es conocida por 89% de los electores en la entidad; 39% tiene una opinión negativa de la candidata, rechazo directamente relacionado con el hecho de que es esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle.

En segundo lugar de posicionamiento, se ubica Luis Miguel Barbosa, conocido por 63% de los poblanos; mientras que 27% tiene una opinión positiva de su persona y otro 18%, negativa.

La inercia de Andrés Manuel López Obrador explica cómo el elector poblano lo valora positivamente, pese a no tener narrativas acerca de su trayectoria y opinan positivamente por ser el representante de Morena en la entidad.

En tercer lugar se ubica Enrique Dóger del PRI, que es conocido por 78% de los electores en el estado; 37% tiene una opinión negativa, relacionado con el desprestigio que tiene el partido que representa, el PRI, y 13% tiene una opinión positiva de su persona.

El resto de los candidatos son poco conocidos: Miguel Chaín del Partido Verde Ecologista es reconocido por 32% de los poblanos; mientras que Alejandro Romero, candidato de Nueva Alianza, es ubicado por 28 por ciento.

Voto cruzado o alternancia

Como un último elemento para analizar el escenario en la elección de gobernador en Puebla, es la preferencia electoral.

De esta forma plantean un empate técnico entre Martha Erika Alonso (PAN, PRD, MC, PSI y CCP) con 31% de la intención de voto contra 27% de Luis Miguel Barbosa (Morena, PT y PES). En tercer lugar se ubica Enrique Dóger (PRI) con 16% de preferencias. Los otros dos candidatos tienen una intención de voto de 2%; la figura del candidato independiente, 1%; mientras que 21% no declararó su preferencia.

Las preferencias electorales marcan un aparente voto diferenciado o cruzado. La encuesta telefónica de Indicadores SC identifica 8% de electores que tienen la intención de votar para presidente de la República, por Andrés Manuel López Obrador, de la alianza Juntos haremos Historia, y por Martha Erika Alonso en la gubernatura. El 8% de electores que aparentemente votará de forma cruzada plantea algunas cuestiones que seguro determinarán el resultado de la contienda de gobernador.

En particular, una pregunta que se responderá finalmente cuando se den los resultados electorales: ¿por qué razón un elector en Puebla pretende votar por un cambio en la elección presidencial, con un sentido de voto antisistémico, y al mismo tiempo, la continuidad en Puebla, al votar por quién representa el sistema en la entidad?

Si bien en este momento no hay elementos para decir que el voto cruzado se mantendrá a través de la campaña —electores que votan Morena en la presidencial y PAN en la de gobernador— también puede ser un fenómeno de voto oculto, es decir, son electores que quieren un cambio en general, lo manifiestan a favor de Andrés Manuel López Obrador, pero en el ámbito local lo ocultan, posteriores mediciones y, especialmente, el resultado de la elección aportarán elementos para saber cómo se comportó el elector, y si se trató de un voto cruzado o de un voto oculto.