Se equivocó Jiménez Espriú

24 de Abril de 2024

Se equivocó Jiménez Espriú

El titular de la SCT no dijo que el exgobernador, Alfredo del Mazo González, declinó la invitación de Parsons como asesor en 2015

Aunque el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, vinculó al empresario Alfredo Elías Ayub y Alfredo del Mazo González como asesores en contratos con Grupo Parsons para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, el funcionario federal cometió el error al no mencionar que el exgobernador del Estado de México declinó la invitación de la empresa en febrero de 2015.

Jiménez Espriú dio a conocer que en los anexos aparecen el finado mexiquense y el empresario, pero serán las instancias Como la Secretaría de la Función Pública quienes se encarguen de la investigación.

“Está en los anexos. Ellos fungen como asesores estratégicos, políticos. Las estancias correspondientes analizarán todos los casos, nosotros daremos vista de todos los asuntos que no son de carácter técnico y aeroportuario para que se hagan las investigaciones del caso”, setalló el funcionario.

El funcionario anunció este viernes las razones por las que se canceló la obra, entre las que destacó implicaciones ambientales, sociales, técnicos, económicos y financieros.

La principal omisión, reveló el funcionario, es que al modificarse y ampliarse la terminal de pasajeros, la torre de control, las puertas de contacto y la terminal de carga, y que se hizo sin autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el costo del proyecto se incrementó.

Grupo Parsons que era el gerente del proyecto señaló el 22 de julio de 2016 al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) que el costo de la primera fase de la obra se elevaría entre 16 y 17 mil millones de dólares, y que la fecha de inicio de operaciones ya no sería en 2020 sino hasta septiembre de 2024.

Jiménez Espriú acusó que esta información no fue notificada y ocultada al Consejo de Administración, ni a la SHCP, ni a los inversionistas de bonos y FIBRA-E, así como tampoco se le notificó al equipo de transición del nuevo gobierno, ni aparece en el libro blanco, que es donde se informa a los órganos legislativos o a la opinión pública.

“La información de Parsons de 2016 se ocultó siempre, se archivó y se mintió sin recato; por ello hemos afirmado reiteradamente que no se sabía ni cuánto costaría el proyecto, ni cuándo se podría terminar la obra, que era un elefante blanco, un pozo sin fondo, con un daño patrimonial que deberán evaluar las autoridades competentes”.

Parsons aclaró situación de Del Mazo González en 2015

Alfredo del Mazo González fue incluído dentro de una lista de posibles asesores para la empresa Parsons International, la cual realizó una de las empresas subcontratadas, Felipe Ochoa Consultores, que junto al exgobernador del Estado de México enlistó a Felipe Ochoa, Aaron Dychter y Alfredo Elías Ayub, director general de Fundación Telmex.

“Parsons decidió no establecer una relación contractual ni de trabajo con varias de las personas y empresas ahí mencionadas, entre ellas el Sr. Alfredo del Mazo González, con quien no mantiene ni ha tenido en momento alguno una relación profesional”, explicó la empresa.

“El NAIM en Texcoco nunca debió aprobarse y menos iniciarse”

El secretario de Comunicaciones y Transportes aseguró que al cancelarse el proyecto se evitó un desastre ecológico mayor, una severa explosión demográfica en la zona, la sobreexplotación de recursos, el dispendio de recursos públicos y la herencia de altos compromisos financieros a las siguientes administraciones.

La Manifestación del Impacto Ambiental del proyecto no llevó a cabo un análisis de los impactos acumulativos iban a generar, estuvieron alejados de una lógica regional y se buscó fragmentar las obras para disimular los impactos.

Según estudios de la administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador señalaban que el NAIM iba a generar un crecimiento urbano acelerado y una sobrepoblación, en cerca de tres millones de personas en una zona con desabasto de agua y sobrexplotación de acuíferos.

No existían proyectos ejecutivos ni presupuestos para la ampliación y construcción de la red de transporte público, por eso se hizo famosa la expresión de que “la única forma de llegar al NAIM iba a ser por avión”.

Tampoco se consideraron obras de infraestructura importantes, como las de alivio social, de infraestructura urbana, así como de agua, alcantarillado y electricidad.

El secretario apuntó que no se consideró la integralidad y no se profundizó en los estudios técnicos que se requerían, y que sólo se priorizó los asuntos aeronáuticos y de demanda.

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