En manos de las Fuerzas armadas futuro de Venezuela

24 de Abril de 2024

En manos de las Fuerzas armadas futuro de Venezuela

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Venezuelan opposition activists take part in a women’s march aimed to keep pressure on President Nicolas Maduro, whose authority is being increasingly challenged by protests and deadly unrest, in Caracas on May 6, 2017. The death toll since April, when the protests intensified after Maduro’s administration and the courts stepped up efforts to undermine the opposition, is at least 36 according to prosecutors. / AFP PHOTO / JUAN BARRETO

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JUAN BARRETO/AFP

Foto: AFP

The Economist señala que si retiraran su apoyo el cambio vendría pronto

El semanario The Economist consideró que si las Fuerzas Armadas de Venezuela tienen en sus manos la permanencia o la salida del poder del presidente Nicolás Maduro y retiraran su apoyo a un régimen asediado, el cambio vendrá pronto. En el artículo “Las Fuerzas Armadas decidirán el destino del régimen venezolano”, emitido por el semanario a principios de mayo, apuntó que aunque constitucionalmente “requieren ser apolíticas”, devienen en “los árbitros finales del poder”. Entre los datos publicados destaca que “oficiales y exoficiales dirigen 11 de los 32 ministerios, y 11 de las 23 gubernaturas estatales son encabezadas por oficiales retirados”. En el texto se ejemplifica que Maduro ha sido un prolífico político “productor de generales” y recordó que tan solo en 2016 el presidente promovió a 195 oficiales a ese rango, “con lo que elevó su número a más de dos mil”. Estados Unidos se las arregla con no más de 900 generales. El texto destaca que “Maduro se enfrenta a la mayor amenaza a su gobierno desde que asumió el poder en 2013. Cuatro quintas partes del ‘pueblo’ que pretende representar quieren que se retire”. “Las protestas callejeras, provocadas por la escasez de alimentos y el matonismo del régimen estallan diariamente y en ocasiones son masivas”, añadió.

Venezuela

Hasta el momento la cifra de muertos en las protestas se eleva a 62, la mayoría de ellos, jóvenes estudiantes cansados del estado de las cosas. The Economist hizo referencia en el artículo a una escena que retrata la situación y subrayó que “fue un momento revelador”. “Antes de que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, pronunciara su segunda declaración del 1 de mayo, explicando los planes para una nueva Constitución, hizo una pausa para reconocer a algunos invitados especiales. Una docena de generales, en uniforme ceremonial, estaban en la audiencia. Les pidió que se pusieran de pie y fueran aplaudidos”, relató. El semanario coincidió con otros medios internacionales y señaló que la economía del país sudamericano “está en un estado terrible, y la inflación es tan alta, que los venezolanos recibieron un aumento de 60 por ciento en el salario mínimo el 1 de mayo con cara ¿y qué?”. Un viraje político hacia la centroderecha en diversos países de la región ha hecho que el régimen que encabeza Maduro se encuentre cada vez más aislado, de acuerdo con el artículo. Sin embargo, hay pocas señales de disentimiento en los estratos superiores de las Fuerzas Armadas. El artículo también indicó que el jefe del estamento militar y ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, saludó el llamado de Maduro a crear una nueva Constitución como “una clara demostración de voluntad democrática”. Con ello, apoyó la última etapa en el progresivo desmantelamiento democrático de la vida institucional del país. La Constitución que Maduro quiere reemplazar la obra de Hugo Chávez, su mentor político, que murió en 2013. La oposición está dirigiendo cada vez más sus llamados a las Fuerzas Armadas, o a facciones dentro de ellas. Les dicen que es hora de que los hombres de verde “rompan su silencio”. Henrique Capriles, quien ha sido inhabilitado para buscar un cargo público durante 15 años, pidió a los soldados que consideren si quieren “compartir el destino” del partido gobernante condenado. The Economist manifestó que el régimen es apoyado además por la Guardia Nacional que dispara gases lacrimógenos y por pandillas informales llamadas “colectivos” que imponen sumisión en los barrios y son responsables de muchas de las muertes ocurridas durante las protestas. En una de sus últimas decisiones, Maduro anunció que quiere proporcionar medio millón de armas a una “milicia nacional” expandida, que se convertiría en una especie de guardia casera. Señaló que si las Fuerzas Armadas le retiran su apoyo al gobierno, el cambio vendrá pronto. “Si no, el hambre y la represión continuarán”. “Los jóvenes soldados y sus familias comparten las privaciones que llevan a los venezolanos a las calles en protesta. Están molestos, pero eso no significa que dejen de seguir las órdenes”, finalizó.