Enrique Peña Nieto: Muy por debajo de las bajas expectativas

25 de Abril de 2024

Enrique Peña Nieto: Muy por debajo de las bajas expectativas

lorenabecerra

En Agosto de 2012, un mes después de la victoria de Enrique Peña Nieto, se les preguntó en encuesta a los ciudadanos qué creían que mejoraría cuando el PRI regresara a la presidencia. Más del 70% de la población consideraba que la corrupción, los precios, la creación de empleos y la inseguridad permanecerían igual o empeorarían. En la misma encuesta, más del 40% de la gente identificaba al PRI con las siguientes frases: comete más fraudes electorales, es el más corrupto, tiene más vínculos con el narcotráfico y da los mejores regalos en campaña.

En otras palabras, la población no tenía grandes expectativas con respecto a Enrique Peña Nieto y su partido al frente de la nación. Es más, el electorado estaba dispuesto a tolerar ciertos niveles de corrupción y pocas mejoras sustantivas a cambio de lo que el candidato del tricolor ofreció en campaña: capacidad para gobernar.

No obstante, Enrique Peña Nieto y su equipo han exhibido tales grados de corrupción e incompetencia que sus niveles de aprobación alcanzan hoy los más bajos que nuestro país ha visto en las últimas dos décadas y la intención de voto por el PRI se ha desplomado en casi 10 puntos porcentuales. Si Peña Nieto continúa por esta ruta el tricolor puede encontrarse en serios aprietos en las elecciones de este año.

Desde los terribles sucesos en Iguala, el Presidente se percibe cada vez más como un testigo silencioso del derrumbe de su credibilidad y su imagen ante la opinión pública. La gran incompetencia que mostró en el manejo de los terribles sucesos en Iguala le generaron un desgaste mayúsculo. Pero cuando a esto sumamos los diversos actos de corrupción y episodios de conflicto de interés que han sido expuestos, Peña Nieto ha alcanzado un deterioro completo y casi irreversible de su capital político.

Aunado a lo anterior, el Presidente parece no percatarse de que su gobierno requiere de cambios dramáticos ante la cada vez mayor degeneración de su vínculo con la ciudadanía. Ha evitado anunciar un solo movimiento relevante en su gabinete. Así mismo, ha fracasado rotundamente en ofrecer acciones que respondan al contexto actual que vive el país. Finalmente, se niega a reconocer el gran conflicto de interés que existe entre la compra de viviendas particulares por él mismo y por sus allegados y la otorgación de contratos millonarios en su administración.

Como resultado, ante la opinión pública Peña Nieto se debate entre el cinismo, la soberbia y la incapacidad para reconocer que las cosas no van bien. Pero cualesquiera que sea la motivación detrás de la ausencia de cambios, cada día que pasa perjudica más a su partido que ahora registra una intención de voto muy cercana a la del PAN.

Gracias a Enrique Peña Nieto el gran escenario de competencia local que hace unos meses parecía cantado ahora se manifiesta como más competido. Y, muy a pesar de la carencia de méritos por parte de la oposición, tanto el PAN, como Morena y los partidos más pequeños han entrado a la competencia casi por default.

Enrique Peña Nieto subió al poder ante un escenario de desencanto de la población que colocaba estándares muy bajos respecto a su desempeño. Sin embargo, logró posicionarse muy por debajo de esas expectativas e inintencionadamente ha abierto el espacio electoral a la competencia. Veremos si existe algún líder en la oposición que sea capaz de aprovechar este nuevo escenario político y genere confianza dentro del electorado.

@lorena_becerra