Las redes sociales fungen como pilar de toda estrategia política, sin embargo, no representan la única vía para posicionarse entre la gente.
Las redes sociales revolucionan las formas de interacción en todos los segmentos sociales, al día de hoy sus usos y aplicaciones se han vuelto omnipresentes en el quehacer diario, como entretenimiento, o para encontrar empleo e incluso nos involucran en situaciones de interés general, como la política, directo a nuestra pantalla.
De acuerdo al estudio realizado por el Gabinete de Comunicación Estratégica, los milennials, es decir, los jóvenes de 18 a 34 años son los usuarios de mayor presencia en internet, con una representación del 40%. https://bit.ly/1NeS6NX
Así mismo, las redes sociales son las consultas que más se realizan durante el periodo de conexión a internet, al ser Facebook quien lidera la cantidad de visitantes con 74.2%, seguido de Whatsapp con 12.4% y Twitter con 3.4%.
Otro dato relevante respecto a estos usuarios, es que el 49.8% son personas con un nivel educativo alto y económicamente activos, seguido de las amas de casa con 24.3%, luego estudiantes con 15.7% y los desempleados y jubilados representan el 10.2%.
Con esto se puede construir el perfil del internauta, y a partir de ello las empresas, las instituciones de gobierno y los partidos políticos obtienen datos relevantes para dirigirse a su público objetivo.
Las organizaciones públicas y privadas han centrado sus acciones en captar la atención de estos usuarios, en la búsqueda de obtener más fans y followers a quienes poder dirigir sus mensajes.
Por consiguiente, viene un cambio de paradigma en las formas de medición, la guerra de encuestas comienza a perder terreno, y la cantidad de seguidores y likes se convierten en los nuevos indicadores de popularidad y aceptación entre los potenciales clientes o votantes.
No por ello las encuestas han perdido su efectividad, al contrario, mientras exista la brecha digital, todavía existen individuos que se encuentran ajenos a internet, y que también cuentan y pueden inclinar la balanza de los sondeos.
Las campañas políticas, es donde más se han tenido que reorientar las estrategias, puesto que la forma en que solían hacerse ha perdido total vigencia, y ahora las apuestas se dirigen a las redes sociales.
Con este cambio a lo digital, el escrutinio público es más severo, y las audiencias son cada vez más exigentes. La relatoría del marketing político se hace en tiempo real, el discurso demagógico cambia por frases de 140 caracteres o menos, mientras una imagen puede hacer toda la diferencia.
La reciente campaña presidencial de los Estados Unidos fue sin duda impredecible; ambos candidatos utilizaron los social media a su favor, tanto sus detractores como sus seguidores influyentes fueron quienes determinaron la percepción a conveniencia de su candidato preferido.
Ahora la personalidad puede sobreestimarse por sobre la preparación y experiencia, dando ventaja a los que tienen cierto carisma y presencia, desafiando los pronósticos de cualquier elección.
Tanto en nuestro país como en Estados Unidos, la presencia de figuras púbicas del medio del espectáculo, la academia y organizaciones civiles para pronunciarse con mayor apertura a favor o en contra de los contendientes a través de sus redes sociales se ha incrementado.
En México, la ley electoral todavía no define algunas regulaciones sobre las redes sociales, debido a la contradicción que existe entre la libertad de expresión desde el espacio privado, y la intervención del Estado en el contenido de los mensajes emitidos en las cuentas individuales de las figuras públicas que se pronuncian a favor de un partido u otro.
Además, el Foro Económico Mundial ubica al país con altas deficiencias en el proceso legislativo y el sistema judicial para normar estas tecnologías. https://bit.ly/2fvpV1W
Incluso las campañas negras pueden verse exacerbadas gracias a los vacíos legales que se tienen respecto a estas plataformas digitales, y en ocasiones prestarse para descalificar u ofender a los contrincantes.
Las redes sociales democratizan la información compartida, y ayudan a las personas desinteresadas a conectar con personas que comparten sus creencias, lo que puede provocar un cambio sustancial en la opinión y la participación en los temas que atañen a la gran mayoría.
Ciertamente, el debate que provocan las redes sociales en torno a las decisiones colectivas es muy amplio, y los estudios al respecto intentan comprender las diferentes facetas que implica este cambio tecnológico en el quehacer político.
Poder interactuar directamente con las figuras representativas desde estos medios, dícese candidatos, líderes de opinión o gobernantes, representa un empoderamiento para las personas.
Ahora desde una publicación se exigen mejores resultados, se evidencian las deficiencias y se amplía la verdad de la información al quitar los filtros mediáticos que pueden parcializar los datos a conveniencia, haciendo de los medios sociales una vía para construir una democracia justa, inclusiva y bidireccional. *Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n