La artista austriaca Helga Petrau-Heinzel tiene una iInusual predilección por el lado extraño de la vida: utiliza el mapazán para crear esculturas relucientes de órganos, bustos femeninos desnudos, y carnes jugosas
Sus hiperrealistas esculturas gastronómicas forman un decadente espectáculo visual que ha generado un gran revuelo en las comunidades de arte y productos de confitería.
En parte, ella buscaba expresar su oposición a la economía aún incipiente de la gastronomía de lujo en Viena.
Vía Atlas Obscura