AMLO es como yo, me debo de sumar

24 de Abril de 2024

Elías Aguilar García

AMLO es como yo, me debo de sumar

EliasAguilar-Web

Los mensajes mediáticos de quienes ejercen el poder muestran las características de la forma en que se comunican con la sociedad, en este caso me referiré a la figura de Andrés Manuel López Obrador. Hay que destacar la relevancia que tiene en un sistema presidencialista como el mexicano, representa los rasgos esenciales del sistema. La valoración que tenga el ciudadano respecto al desempeño del presidente en turno está relacionado con la valoración general de su gobierno e incluso impacta la percepción que se tiene de los otros actores del sistema como son partidos políticos, funcionarios, gobernadores, por mencionar algunos. Eso explica cómo la amplia desaprobación que recibió Enrique Peña Nieto también generó un amplio rechazo al PRI en las pasadas elecciones, aunque también hay que decir que una amplia aprobación a la figura presidencial tampoco es una garantía de simpatía y lealtad hacia la fuerza política que representa. Es necesario también, señalar que las noticias, conferencias, transmisiones en redes sociales, y todos los mensajes mediáticos que tienen como actor central al presidente son en sí mismos relatos que diagnostican y prescriben los asuntos y temas que tratan. A través de imágenes, textos, discursos, lo que se dice, lo que se omite, y los símbolos usados en los mensajes diagnostican sobre el tema que se trata y se prescribe una orientación a la audiencia de dichos mensajes, que no necesariamente siguen estas. Por ejemplo, el caso del decreto presidencial para la verdad en el caso de Ayotzinapa se pueden identificar los elementos que desde campaña el hoy presidente manejó presentes ahora en su gobierno. AMLO_EliasEl primer elemento que hay que destacar es la posición del presidente respecto a la sociedad civil, los diferentes elementos del evento del caso de Ayotzinapa marcan el descenso de la figura presidencial hacia la sociedad civil. En primer lugar, hay poca altura entre la mesa de AMLO y la audiencia, así como los dos familiares de los afectados que flanquean al presidente. Además, la presencia del ejecutivo y funcionarios de primer nivel están virtualmente sin ningún tipo de seguridad, al alcance de los mismos participantes. Además la toma que usa la cámara para reportar el evento, transmitido por Facebook en una de las cuentas del presidente, es en picada, de arriba hacia abajo, que contrasta con el uso de la toma en contra picada tan empleada por los gobiernos anteriores que tenían el efecto de engrandecer la figura presidencial, contrario a lo que se hace en un evento de López Obrador. Además hay que destacar las fotos de los desaparecidos en la mesa del presídium, en este caso el presidente junto con su gabinete toman la causa de los familiares de los desaparecidos como propia, lo cual quita de inicio la distancia que marca cuando hay una relación entre la autoridad y las víctimas, que en la intervención de la señora, María Martínez Zeferino madre de uno de los normalistas desaparecidos, reconoce el interés del gobierno en esclarecer los hechos tan lamentables, y no expresó alguna sospecha o desconfianza con la actuación de las autoridades del anterior gobierno, que marcó siempre una distancia entre la figura presidencial y los actores del caso, que como consecuencia generó una percepción de sospecha y ocultamiento en la actuación de las autoridades. Los símbolos que desde la campaña manejó López Obrador también están presentes, es el caso del logotipo del nuevo gobierno, que representa con los personajes de Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas, que este gobierno va a hacer historia al ubicarse dentro de estos personajes, cuyas actuaciones impactaron el estado de cosas en los momentos históricos en que actuaron. Si tomamos los diferentes elementos presentes en este evento, así como los temas que se trataron y las decisiones que se tomaron, se puede inferir que los eventos del presidente de la república busca en sus mensajes plantear un marco de referencia totalmente diferentes al de los gobiernos que le precedieron, que busca comunicar que el ejecutivo es una gente sencilla como cualquiera de los mexicanos que nos encontramos en la vida cotidiana -“AMLO es como yo” para el 60% de la población que vive en las zonas populares del país- que está cumpliendo su palabra, que escucha a la gente sencilla, y prescribe para la audiencia de estos mensajes la necesidad de sumarse para generar una transformación. Situación diferente si se le compara con el gobierno de Peña Nieto, donde la figura presidencial se agrandaba a través de un dispositivo de seguridad, un presídium alejado de la sociedad civil, y tomas que lo exaltaban, por ejemplo contra picada, acompañados con discursos triunfalistas, que comunicaban que el presidente estaba trabajando y resolviendo el problema de los mexicanos, más como una beneficio de un padre benefactor, que como el resultado de un esfuerzo social.