Tres días después de dejar la gubernatura, una mudanza se llevó todos los artículos de valor, incluyendo dos pinturas de Diego Rivera, al interior de la casa que formalmente pertenece a la familia del empresario azucarero Francisco García González, quienes serán indemnizados por la expropiación del inmueble con casi tres millones de pesos
Jair Avalos / Corresponsal
Veracruz, Ver.- Le llaman la Casa del Ingenio y aunque formalmente no era su casa… lo parecía. Era costumbre de los gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte descansar con su familia y amigos en lo que desde la calle parece una sencilla casita blanca en el pueblo mágico de Tlacotalpan, junto al río Papaloapan.
Pero no es tan sencilla como lo parece. La cocina está forrada en mármol que se derrama hasta el piso del comedor con todas sus paredes de cristal.
Casi toda la casa tiene instalado un sistema de aire acondicionado, las tres recámaras contaban con todas las comodidades. La alberca, pequeña, pero climatizada, tiene un solar donde una mesa de mármol ocupa el centro de todo el jardín revestido con varias palmeras.
A unos pasos está el río, conectado por un muelle flotante, donde regularmente estaba estacionada la lancha italiana Aquariva Super, propiedad de Duarte, y algunas motos acuáticas.
El terreno supera 500 metros cuadrados y su valor comercial ronda 10 millones de pesos.
Los vecinos aseguran que tres días después de que Javier Duarte pidiera licencia, el 12 de octubre de 2016, llegó un camión de mudanzas y se llevó los muebles, ropa, vajillas, cubiertos, fotografías y hasta dos pinturas de Diego Rivera.
Foto: Jair AvalosEl objetivo era no dejar rastro y esconderlo todo. El actual gobernador, Miguel Ángel Yunes, declaró la expropiación de la casa, por tratarse, dijo, de un prestanombres de Duarte. Aunque dos días después, este martes 25 de abril, concedió una indemnización a quien aparece como propietaria, por un total de dos millones 966 mil pesos, que correspondería al 30% de su valor comercial.
ejecentral obtuvo copia de las escrituras del inmueble, visitó las inmediaciones y a través de testimonios de pobladores y extrabajadores de la casa, logró reconstruir cómo es en su interior y algunos pasajes de las visitas de los exgobernadores a una casa de descanso que por ley no les pertenecía, pero parecía suya.
Fidel se paseaba en el pueblo
Tlacotalpan es un pueblo frente al caudaloso río Papaloapan. Desde 1998 es una Ciudad Patrimonio de la Unesco que conserva sus tradiciones y mantiene la añeja arquitectura en sus casas. En el centro de la ciudad la avenida Miguel Z. Cházaro es conocida como la “calle de los ricos”, porque las casas más costosas del pueblo son las de ese barrio. Pero para llegar hasta el lugar, sólo hay una carretera en muy malas condiciones, que ninguno de los dos gobernadores se ocupó en reparar.
Foto: Jair AvalosEn 2005, Francisco García González, El Franky, llegó a Veracruz para manejar el Ingenio San Francisco, en el municipio de Lerdo de Tejada. Un año después, de acuerdo a las escrituras, ya había mandado a construir una casa en un terreno de 522 metros cuadrados.
Pero extrañamente, en vez de que El Franky usara su residencia, fue ofrecida para disfrute del entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, por eso los trabajadores del inmueble y el pueblo entero pensaban entonces que era una casa de descanso del gobierno del estado.
›Las versiones entre la clase política veracruzana coinciden en que García González ofrecía su casa a los gobernadores, en compensación por los problemas que le ocasionaba cuando se declaraba en quiebra días antes o días después de los periodos de zafra en su ingenio.
El exyerno de Enrique Molina Sobrino –empresario que llegó a controlar en la década de 1990 la cuarta parte de la producción de azúcar en el país- dejaba sin salario, bonos o prestaciones acordados a los grupos cañeros de un día para otro. Cada año se manifestaban o tomaban el ingenio más de dos mil productores por los malos manejos de El Franky.
Sin que representara algún problema el que el inmueble no fuera propio, el entonces gobernador usó la casa de Tlacotalpan los fines de semana que tenía disponibles y en tiempos de la Fiesta de la Candelaria. Aunque al final de su mandato se volvió más común verlo por ahí.
Los vecinos todavía recuerdan cómo la gente se congregaba para saludar a Fidel Herrera y de paso pedirle dinero para alguna “medicina o lámina”. Entonces, sacaba de su bolsillo y comenzaba a regalar algunos billetes, algunas veces entregó a una sola persona dos mil pesos.
¿Prestanombres?
Foto: Jair AvalosDocumentos en poder de ejecentral demuestran que la casa se ha mantenido en una especie de limbo legal. El terreno era propiedad del Ingenio San Francisco, administrado por El Franky, y fue vendido a Claudia Patricia Grajales Romo, actual esposa del empresario, en 455 mil 300 pesos. La transacción se llevó a cabo en la Notaria 9 del municipio de Lerdo de Tejada, el 19 de septiembre de 2012, seis años después de su construcción. Los encargados de la operación fueron Froylán Hernández Lara, como representante del Ingenio San Francisco y Claudia Patricia como compradora.
Aunque el gobernador Migue Ángel Yunes aseguró en entrevistas que el inmueble era de Duarte y aparecía registrado a favor de uno de sus prestanombres, el martes pasado, dos días después de decretar la expropiación del inmueble, se definió en la Gaceta Oficial del Estado que su gobierno pagará una indemnización a Grajales Romo, para convertir la casa en un Centro Cultural, Biblioteca y Museo.
De lo que se encontró en el interior nada se informó.
Los lujos de Duarte
“Fidel era distinto de Duarte, él salía con muy pocos guardias a saludar a la gente y les daba dinero. Duarte no, Duarte mandaba 50 policías desde un día antes de llegar y no saludaba a nadie”, cuenta uno los pobladores.
De inmediato se apropió del inmueble y entonces la historia de esa casa con Javier Duarte fue distinta. Desde las primeras semanas de su llegada al poder en 2010 conoció la casa tlacotalpeña de “Franky” y mandó a hacer algunas remodelaciones.
›Ordenó poner aire acondicionado en prácticamente toda la casa, excepto la cocina, y en la zona de la piscina el alumbrado fue instalado en el piso y la intensidad de la luz era regulada desde la misma piscina.
Al mismo tiempo, en las 12 piezas que conforman todo el inmueble, fue colocada por lo menos una foto de Javier Duarte o de su familia.
Foto: Jair AvalosPara cada una de las cuatro recámaras se compró una pantalla de plasma, películas infantiles y juguetes. Además, se acondicionó la habitación para su niñera.
Duarte y su familia siempre llegaban en helicóptero, pero antes de cada visita, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal debían ir a comprar la despensa, cumpliendo una rigurosa lista que incluía, entre otras cosas, productos de importación, como jamones, quesos, frituras, galletas y caramelos para los niños.
Desde su primer año de gobierno, uno de los gustos que Javier Duarte se dio, fue estrenar su lancha italiana Aquariva Super, de 9.9 millones de pesos, que a lo lejos podía verse estacionada en el muelle flotante. A diferencia de Fidel Herrera, cuentan los pobladores, las fiestas de la familia Duarte eran concurridas por su círculo más cercano de amigos y colaboradores, y también más largas y escandalosas.
Cuando dejó la gubernatura, luego de que la mudanza se llevara todo, la casa quedó abandonada.
Los servicios de teléfono, televisión por cable y hasta la luz fueron cortados por falta de pago. Se quedaron a deber meses de salario a los veladores y las amas de llaves, quienes siguen trabajando.
Era bien sabido por los veracruzanos que en esa casa solían descansar los gobernadores, aunque cuatro meses después de llegar al gobierno, Miguel Ángel Yunes decretó su expropiación.
EN EL LIMBO LEGAL
El terreno era propiedad del Ingenio San Francisco, administrado por Francisco García, El Franky, y fue vendido a su esposa, Claudia Patricia Grajales, por 455 mil 300 pesos.
Pueblo Mágico. La avenida Miguel Z. Cházaro, en Tlacotalpan, es conocida como la “calle de los ricos”.