¿Estamos en guerra?

18 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

¿Estamos en guerra?

France Paris Attacks

French sailors walk by a Super-Etendard jetfighter on the deck of France’s nuclear-powered aircraft carrier Charles de Gaulle before to leave its home port of Toulon, southern France, Wednesday, Nov.18, 2015. France has decided to deploy its aircraft carrier in the eastern Mediterranean sea for fighting Islamic State group.(AP Photo/Claude Paris)

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Claude Paris/AP

Sí, estamos en guerra. El mundo como lo conocemos, está en guerra. No es el Islam contra otros credos. Es una guerra de fanáticos contra nuestra forma de vida, contra nuestros derechos democráticos, contra el derecho a disentir, a no creer en nada o a creer en el Monstruo del Espagueti Volador.

Esa es la guerra. Y lo primero que se debe hacer en una guerra, es identificar claramente al adversario, porque no hay nada más mortal en una trinchera, que la desorientación, que disparar para todos lados, que dividir esfuerzos en el combate contra sombras y contra quienes no sean los enemigos reales.

Nuestro enemigo, es el fanatismo. No la religión de nadie. Es el fanatismo. Eso es lo que hay que combatir. Las mentes que niegan la ciencia, que son incapaces de cuestionar nada, que odian la diferencia. El fanatismo —religioso o no— es lo que debemos combatir. Debemos evitar que existan mentalidades donde haya quien se sienta con la superioridad moral de decidir cómo otros deben vivir su vida, su escote, su sexualidad, su identidad.

Debemos combatir los núcleos sociales que logran cosificar a otros seres humanos, minimizarlos a un estorbo, hacerlos tan insignificantes que son capaces de suprimir —como si de un mosquito se tratara— a los que son diferentes, o piensan diferente, o votan diferente, o visten diferente. Muchísimos años y sangres y luchas nos han costado para llegar a la sociedad más liberal que tenemos hoy en nuestros países, no cedamos un ápice, ni contra los terroristas, ni contra los fundamentalistas.

Y es importante notar algo: quienes quieren poner el peligro la sociedad actual, muchas de las veces, son miembros de ella. Son los que piensan que tienen la labor divina de salvar a otros del aborto, de los condones, de las minifaldas, del pensamiento evolutivo, de no creer. Y para lograr salvarse salvando a otros, son capaces de recurrir a cualquier artimaña incluido, matar inocentes.

En los recientes ataques de Francia, la mayoría de los terroristas eran de nacionalidad francesa y belga. No venían de fuera. Los ataques de Nigeria, fueron perpetrados por nigerianos (llevan más de 7 mil asesinados). El 80% de los ataques terroristas contra Estados Unidos, han sido perpetrados por propios ciudadanos norteamericanos.

Así que repito, debemos combatir el fanatismo. Debemos luchar contra lo que esté permitiendo que las mentes de nuestros niños y jóvenes, estén radicalizándose. Algo está pasando en nuestros países, que estos niños y jóvenes crecen y son captados, atraídos, hacia el fanatismo. Y una vez que caen en sus redes, no parece haber remedio.

Algo está sucediendo, que cada vez son más los que se integran a grupos sociales donde no se permite la diversidad, donde por infundir temor, se sienten respetados y donde se refugian en dogmas e ideas radicales que los alejan de la razón.

Esa es nuestra guerra. La guerra de la razón contra el fanatismo. La guerra de los cuestionamientos vs las certezas. El obscurantismo quiere volver. Viene hacia acá con pasos firmes y decididos. Y debemos derrotarlo con las nuevas generaciones. Porque esto, apenas está comenzando. Y aún falta lo peor. Si nos concentramos en el presente inmediato, nos augura una derrota.

Bien decía el militar ateniense Tucídides (autor de Historial de la Guerra del Peloponeso): Aquellos que son más en número, vienen a la batalla confiados en sus fuerzas, no en su saber y consejo. Los que son menos y no acuden forzados a pelear poniendo toda su seguridad en su seso y prudencia, van osadamente al encuentro.

Menos de una docena, pueden matar cientos, máxime cuando creen que tienen al cielo de su lado. Podemos vencer. Debemos vencer por el triunfo de la verdad y el progreso del género humano. Y esto lo lograremos únicamente si atacamos el fanatismo de raíz; sus orígenes. Debemos acometer contra la impunidad, con un Estado fuerte que promueva la razón, la educación, la laicidad, la justicia, la igualdad y la libertad ante todo. No tolerar ninguna desviación al respecto. Porque como bien acotó el Barón D’holbach: “Cuando los hombres creen no temer más que a su Dios, no se detienen generalmente, ante nada” Sígueme en www.twitter.com/zolliker