EU vs. funcionarios mexicanos

19 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

EU vs. funcionarios mexicanos

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Históricamente, la seguridad nacional de Estados Unidos se dibuja de sus fronteras hacia afuera, de allí que le sea clave contar con aliados estratégicos y México ha sido uno de ellos. Sin embargo, esta semana el presidente Trump lanzó su Estrategia de Seguridad Nacional que forma parte de la visión de ese país para, al menos, la próxima década, y en ella nuestro país aparece más como una amenaza, y no como un verdadero aliado en el continente; pero Canadá sí, con quien “comparten una asociación estratégica y de defensa única”.

Es muy claro el interés del gobierno de Trump de intervenir directamente en la estrategia mexicana contra el crimen organizado y la migración ilegal, además de condicionar la relación comercial, porque lo que le interesa es contar con “estados estables, amigables y prósperos”, que mejoran su seguridad y benefician su economía. “Los estados democráticos conectados por valores compartidos e intereses económicos reducirán la violencia, el tráfico de drogas y la inmigración ilegal que amenazan nuestra seguridad común, y limitarán las oportunidades para que los adversarios operen desde áreas cercanas a nosotros”, sostiene el documento.

Siempre ha existido ese interés de intervenir en la política interior de México, lo han hecho. Incluso tienen oficinas de inteligencia en diferentes puntos del territorio, especialmente en las principales ciudades. Dependiendo del gobernante mexicano en turno, tienen más o menos acceso a información y operaciones en el territorio.

En principio, el documento de 55 páginas coloca a las organizaciones trasnacionales al mismo nivel de peligrosidad para la Unión Americana que los grupos terroristas, y ambos involucran a su frontera con México, y añade una amenaza, “las prácticas económicas que dañan a los estadounidenses”. Es decir, visto así, nuestro país representa un grave riesgo para la estabilidad y desarrollo de Estados Unidos, es por ello que no es menor que Trump sólo mencione a Canadá como su más importante aliado y asuma que frente a las amenazas se protegerá “al pueblo estadounidense, a la manera estadounidense”.

“Debemos prevenir ataques nucleares, químicos, radiológicos y biológicos, impedir que los terroristas lleguen a nuestra patria, reducir el tráfico de drogas y personas, y proteger nuestra infraestructura crítica. También debemos disuadir, interrumpir y derrotar las posibles amenazas antes de que lleguen a los Estados Unidos. Atacaremos a los terroristas yihadistas y las organizaciones criminales transnacionales en su origen y desmantelaremos sus redes de apoyo. Los aliados de Estados Unidos ahora están contribuyendo a nuestra defensa común, fortaleciendo incluso nuestras alianzas más fuertes. También hemos dejado claro que los Estados Unidos ya no tolerarán la agresión económica ni las prácticas comerciales desleales”.

Como primer paso, “restablecer el control legal de nuestras fronteras” hacia la protección de la “patria estadounidense y el fortalecimiento de la soberanía estadounidense”. El segundo paso, preservar la paz, a través de la fuerza: “la Estrategia de Seguridad Nacional de mi administración establece una visión estratégica para proteger al pueblo estadounidense y preservar nuestra forma de vida, promoviendo nuestra prosperidad, preservando la paz a través de la fuerza y promoviendo la influencia estadounidense en el mundo”.

Y el tercer paso, no asumir que los norteamericanos tienen socios confiables: “estas condiciones requieren que los Estados Unidos reconsideren las políticas de las últimas dos décadas: políticas basadas en la suposición de que el compromiso con los rivales y su inclusión en las instituciones internacionales y el comercio global los convertiría en actores benignos y socios confiables. En su mayor parte, esta premisa resultó ser falsa”.

¿Qué es lo que se avecina para México? Un mayor endurecimiento de las fronteras, tecnología, las agencias estadounidenses trabajando con mayor capacidad en el territorio, y “ayudando” a fortalecer su Estado débil. Pero también han asumido como una acción prioritaria: “utilizando nuestras herramientas económicas y diplomáticas, los Estados Unidos continuarán atacando a funcionarios extranjeros corruptos y trabajando con los países para mejorar su capacidad de luchar contra la corrupción para que las empresas estadounidenses puedan competir de manera justa en climas empresariales transparentes”.