¿Existe el Ross Perot mexicano?

24 de Abril de 2024

¿Existe el Ross Perot mexicano?

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Al igual que en 1992, en EU, la posibilidad se abre en México para que un personaje al margen de los partidos irrumpa en la política y compita por la Presidencia

En 1992 se vio la irrupción de un candidato independiente estadunidense. Tras el descontento que la clase política había generado en la sociedad, consecuencia del realineamiento ideológico conservador con Ronald Reagan, y la mala percepción que había sobre la administración de Jimmy Carter, ni los republicanos ni los demócratas lograron la aprobación del electorado de la época. En aquel entonces, Larry King dominaba la televisión nocturna por cable. Todas las noches, los entrevistados de King generaban notas periodísticas a través de las preguntas del comunicador, y fue precisamente en 1992, durante su programa, cuando un empresario de nombre Ross Perot aceptó la posibilidad de competir en la elección que ese año enfrentaría al republicano George H. Bush y al demócrata William Clinton. TRUMP 72El empresario texano enfocaría su campaña en el presupuesto federal bajo una visión de nacionalismo económico, así como en el fortalecimiento de la guerra contra las drogas reforzada por Reagan. Un populista texano visto como un héroe, ajeno a la política que llegó a competir seriamente como independiente por el puesto más poderoso del mundo. Si bien Perot ha sido el candidato que más votos ha obtenido como independiente, más allá de los republicanos y demócratas, no ha sido el único que ha pesado en el resultado final de diversas elecciones presidenciales. Theodore Roosevelt ha sido el candidato independiente más exitoso de la historia de Estados Unidos. Después de servir como presidente entre 1901 y 1909, Roosevelt dejó el Partido Republicano para volver a competir en 1912 y promover una plataforma independiente más progresista a través del Bull Moose Party. Logró 27% de los votos, dividiendo a los electores republicanos entre él y el presidente en funciones, William Howard Taft, lo que provocó que el demócrata Woodrow Wilson ganara las elecciones de ese año. Otro independiente de peso en la política de Estados Unidos fue Robert La Follete, que en 1924 ganó 17% del voto popular, en detrimento de los demócratas, mientras que Perot lastimó a los republicanos con 19% que obtuvo, el mayor número de votos logrado por algún candidato por fuera de los partidos políticos tradicionales. Su campaña nació como un llamado a grupos locales en estados que hoy son “Trumplandia” con donaciones y organizaciones que le ayudaron a empujar una campaña hasta el final, que llegó a estar en primer lugar a unos meses de la elección y que le dio un lugar en la mesa de los debates presidenciales tan importantes en las elecciones estadunidenses.

›Con 60 millones de dólares gastados y casi 20 millones de votos ganados en todos los estados donde logró entrar a las boletas, gracias a que su organización civil ayudó a contrarrestar el aparato político al que se enfrentaba, no ganó un solo estado en el sistema del colegio electoral que rige las elecciones.

La diferencia para muchos fue la ilimitada disponibilidad de recursos de Perot. Independientemente de la derrota que sufrió Perot, su actuación positiva y su campaña inteligente lograron sumar temas propios de su agenda a la campaña de ambos candidatos de partidos tradicionales: Clinton y Bush. Con casi 20% de los votos totales en una elección en la que el ganador se lleva todo en cada estado, el triunfo de Perot se vio reflejado en la agenda económica que logró empujar a través del presupuesto federal, suficiente para la inversión que hizo de sus propios recursos a su campaña, negándose a aceptar donaciones por arriba de cinco dólares y gastando 400 mil dólares de su cartera al principio de la campaña. Al igual que en aquella ocasión en Estados Unidos, la posibilidad se abre en México para que un personaje como Perot irrumpa en la política de nuestro país con la oportunidad que da el INE para que personas con aspiraciones a la presidencia compitan con el apoyo de casi 900 mil firmas. La posibilidad en ese sentido de que un candidato independiente pueda enfrentarse al sistema político mexicano y al aparato electoral partidista suena imposible; considerando por ejemplo que un partido como el PAN cuenta con 400 mil afiliados y a un candidato independiente le piden 500 mil más. En cuanto a presupuesto y a la disparidad del mismo, ni se diga; el financiamiento público, comparado con el que reciben los partidos políticos hace el piso parejo un poco menos que imposible. Si bien el registro de la candidatura con las firmas es ya un logro, la posibilidad de un triunfo se encuentra en una campaña auténtica que promueva una agenda que puedan adoptar los principales contendientes ante el apoyo electoral; por otra parte, el efecto que la votación final tenga sobre el resultado. De Roosevelt a Perot pasando por el último resultado que le dio el triunfo a Trump en la que Jill Stein y Gary Johnson —aunque sí pertenecen a partidos y movimientos políticos— afectaron la elección de tal manera que terminaron por alterar el resultado a favor del ahora presidente.